Zaher Zenjli

Entrevistamos a un taxista de Barcelona acerca de la lucha actual.

1. ¿De qué va el conflicto del taxi? ¿Cuáles son vuestras demandas?

Básicamente el problema es que una empresa camuflada en lo supuestamente tecnológico realiza exactamente la misma actividad que un taxi, que es desplazar a la gente de A a B en un vehículo, sin embargo ellos no cumplen con ninguna regulación ni fiscal, ni laboral ni de ningún otro tipo.

Nuestras exigencias son que si hacen lo mismo que un taxi se atengan a las leyes establecidas, tal y como dictamina el tribunal europeo, y dejen de camuflarse desde paraísos fiscales en la mentira de la economía colaborativa.

2. Si muchos taxistas son autónomos, ¿no es un conflicto comercial y de la defensa del proteccionismo, más que una lucha obrera?

El 90% de los taxistas de España son autónomos, y la mayoría tienen prohibida la contratación, exceptuando algunos supuestos, por lo tanto al fin y al cabo son trabajadores autónomos pero trabajadores al fin y al cabo.

3. ¿Cuáles organizaciones han impulsado la lucha; realmente son representativas?

En esta última ocasión, el impulso vino del propio taxista que cansado de ser un rehén dentro de la ley, ve como peligra su futuro, también cansado de tantas promesas incumplidas a lo largo de los últimos 4 años en los que no se ha solucionado este problema que venimos avisando, un problema de fraude de ley y competencia desleal en toda regla, ahora ha explotado y volverá a explotar aun más fuerte si no se soluciona.

4. La lucha empezó en Barcelona, ¿cómo se ha extendido al resto del Estado?

El taxi de Barcelona siempre ha sido una referencia de la lucha por los derechos del taxi. En esta ocasión también tuvo mucho que ver la escandalosa suspensión del reglamento metropolitano de Barcelona, utilizando unos mecanismos judiciales que dejan mucho que desear.

Cuando el planteamiento regular de suspensión no surgió efecto, tuvieron que utilizar el brazo “armado” del gobierno que es la CNMC, que asombrosamente tiene la capacidad de pedir la nulidad directa de algunas decisiones políticas.

Luego se extendió al resto del Estado, por compañerismo y porque a fin de cuentas todo el taxi nacional tenemos el mismo problema.

5. Correctamente o no, el sector del taxi no es famoso por ser progresista ni antirracista. ¿Cómo se ha vivido está lucha desde el punto de vista de los y las taxistas de origen pakistaní, marroquí, etc?

En el mundo del taxi igual que en otros lugares, hay muchos prejuicios y mitos que al final no son ciertos.

La unión de todos los taxistas es y ha sido total, independientemente del origen.

6. ¿Y qué dices de la situación de las mujeres en el sector y en esta lucha concreta?

El taxi históricamente siempre ha sido mayoritariamente de hombres, pero esta tendencia empezó a cambiar estos últimos años y cada vez más notoriamente. En la lucha por nuestros derechos todos somos iguales, tanto hombres como mujeres, igual que tampoco hay diferencia en el origen de las personas.

7. Ahora hace casi un año desde los atentados de Barcelona y Cambrils. Tú protagonizaste una de las historias positivas de esa triste experiencia. ¿Cómo ves el atentado y sus repercusiones ahora?

Fuimos muchísimos los taxistas que protagonizamos ese acto que no deja de ser humanitario, nosotros los taxistas sentimos la ciudad como nuestra casa, y no podíamos irnos y dejar a la gente ahí atrapada. Por eso, cuando todo el mundo pensaba en huir lejos de la Rambla, los taxistas volvíamos en dirección contraria, para ayudar en lo que se pudiera, igual que hacemos a diario.

El atentado fue algo terrible y es algo que deseamos que no vuelva a ocurrir nunca, de todas formas el taxi estará ahí siempre con la ciudad y su gente para lo que haga falta.

8. ¿Qué puede hacer la otra gente para apoyar vuestra lucha?

Muy sencillo, buscar información real del problema que estamos denunciando, que es al final un problema global que afecta a todos los sectores, y es que las grandes compañías se apoderan de los mercados sin cumplir con las regulaciones fiscales y laborales que sí cumplimos la clase obrera.

Se darán cuenta de que con la mentira de la economía colaborativa, al final todos estamos en riesgo de la precariedad absoluta, y de que los mercados, en vez de distribuirse equitativamente mediante la regulación pública, quedarán secuestrados por grandes compañías escondidas en la jungla de internet.

9. ¿Qué te parece la decisión de dejar la lucha para septiembre?

Ahora tenemos un compromiso público para septiembre, y somos concientes de que es un problema muy complejo, por eso esta lucha es larga y requiere de una estrategia, en esa estrategia está la dosificación de las oportunidades. ¡Esto es sólo una tregua!

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