ES CA EN عربي CS DA PL TR ελ 한국어
IST
- Celebramos la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria. Felicitamos al pueblo sirio por la derrota final de una dictadura que lo había gobernado terriblemente durante más de 50 años, había matado a cientos de miles de personas, había empobrecido y desplazado a millones y había destrozado el país. La revolución democrática y popular de marzo de 2011 finalmente ha sido vindicada.
- Se ha quitado un enorme peso de encima de los hombros del pueblo sirio. La caída de Assad es una oportunidad para que este pueblo, con independencia de su religión o etnia, construya una nueva Siria libre e independiente sobre las ruinas de esta dictadura asesina.
- El régimen respondió a la revolución desatando la terrible guerra que devastó Siria durante la última década. Con la ayuda de sus aliados —Rusia, Irán y Hezbolá— Assad logró aplastar militarmente a las fuerzas revolucionarias. Sin embargo, la resistencia popular con el tiempo debilitó tanto al régimen que, cuando Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) montó su ofensiva, nadie estaba dispuesto a defenderlo.
- El momento del colapso estuvo determinado por factores internos y externos que se entrecruzaron, tales como: la distracción de Rusia en Ucrania; el debilitamiento de Irán y Hezbolá por la ofensiva israelí desde septiembre; la negativa del régimen para normalizar las relaciones con Turquía; su negativa a buscar una solución política negociada; y la decadencia y el colapso de sus instituciones, en particular el ejército.
- El avance de HTS y otras milicias opositoras no habría sido posible sin la aprobación y el apoyo de Turquía. Hubo muy pocos enfrentamientos importantes con las fuerzas del régimen y las ciudades cayeron a un ritmo extraordinario. Damasco cayó tras solo 12 días. Las fuerzas del régimen, incluidos soldados y oficiales subalternos, se negaron a defenderla. Las tropas abandonaron las armas y regresaron a sus pueblos y ciudades. Cuando las masas vieron que las fuerzas del régimen se habían retirado, inundaron las calles, gritando por la caída del régimen y la liberación. Fue después de esto que las fuerzas de HTS avanzaron por las ciudades.
- La guerra ya había permitido a las potencias extranjeras hacerse con sus propias esferas de influencia en Siria. Esto continúa a pesar de la huida de la dinastía Assad. Turquía ahora tiene una influencia dominante. Aunque Estados Unidos e Israel probablemente hubieran preferido mantener un régimen de Assad debilitado en Damasco, ven su caída como parte del proceso de “reordenamiento de Oriente Medio” que comenzó con la ofensiva contra el Líbano. Israel ha lanzado bombardeos masivos diseñados para destruir las capacidades militares de Siria, consolidó su control de los Altos del Golán y ocupó nuevos territorios. Israel pretende convertir a Siria, que ha librado tres guerras contra él, en un Estado desmilitarizado, sea cual sea su futuro gobierno. EEUU también ha llevado a cabo numerosos ataques aéreos y mantiene su propio enclave en Siria. Estas son amenazas importantes para la nueva libertad del pueblo sirio.
- HTS ahora controla el gobierno en Damasco. Se trata de una organización yihadista que, aunque disciplinada y eficaz, ha aplicado políticas represivas y socialmente conservadoras en Idlib. Tiene muy poca base social y tendrá dificultades para lograr un equilibrio entre sus propias ambiciones e intereses, los de las fuerzas políticas sirias rivales y las demandas de las potencias extranjeras. Esta es una receta para una mayor inestabilidad y conflicto.
- Apoyamos todas las acciones para ampliar y fortalecer las posibilidades de organizar a la clase trabajadora y a las masas en general contra el capitalismo sirio y contra los depredadores imperialistas y regionales. Apoyamos las demandas de nuestro grupo amigo, Corriente de Izquierda Revolucionaria, para la rápida construcción de una Siria democrática:
- Proteger las libertades públicas e individuales: las libertades que la gente siria ganó a través de grandes sacrificios deben ser salvaguardadas. Pedimos la reactivación de las actividades políticas, sindicales y sociales, así como la libertad de formar y operar partidos, asociaciones y sindicatos. También deben restaurarse las libertades de opinión, de prensa, de organización y de protesta.
- Un gobierno de transición incluyente: este gobierno debe garantizar y proteger estas libertades, brindar seguridad a la ciudadanía, rechazar el sectarismo y el racismo, y reestructurar el aparato militar y de seguridad para centrarse únicamente en la salvaguarda de la soberanía nacional y las fronteras. Este gobierno de transición tendrá dos tareas principales:
- Preparar las condiciones para la elección de una asamblea constituyente que redacte una nueva constitución democrática.
- Organizar elecciones parlamentarias libres y justas basadas en la representación proporcional.
- Unir a los movimientos de izquierda y democráticos en Siria: las masas sirias están deseosas de toda forma de activismo y rechazan tanto el retorno al antiguo régimen como un nuevo sistema autoritario sectario. La izquierda debe participar en estas luchas y coordinar esfuerzos por el bien mayor de las clases trabajadoras y de todo el pueblo sirio, construyendo un sistema democrático y no sectario que garantice la justicia social y la igualdad.
- Poner fin a toda ocupación extranjera: trabajar para expulsar a todas las fuerzas extranjeras de Siria y liberar los territorios ocupados, incluidos los Altos del Golán.
- Hacer frente a la ocupación israelí: resistir las agresiones en curso de Israel y reafirmar el apoyo revolucionario y de principios a la causa palestina.
- Turquía debe poner fin a todas sus operaciones militares, su presencia militar y sus políticas que crean tensiones y conflictos en Siria entre las fuerzas de oposición sirias y la oposición kurda en Siria. Un conflicto entre el pueblo kurdo y otros pueblos en Siria podría conducir a otra guerra civil y convertirse en un grave ataque al derecho del pueblo kurdo a existir y vivir en Siria. Deben crearse las condiciones para que el pueblo kurdo, como todos los pueblos de Siria, determine libremente su propio destino, y Turquía no debe intervenir en tales acontecimientos.
- Los políticos tradicionales y la extrema derecha en Europa y Turquía han reaccionado a la caída de Assad exigiendo que las personas refugiadas sirias regresen a casa. Austria ha anunciado planes para deportarlas, mientras que Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Grecia y Alemania están suspendiendo las solicitudes de asilo sirias. Las personas refugiadas sirias son víctimas de la opresión de Assad y del racismo antiinmigrante. Tienen derecho a regresar a sus hogares si así lo desean, pero también tienen derecho a decidir quedarse en los países donde han reconstruido sus vidas. Es despreciable que una gran victoria democrática sea la excusa para una campaña racista que convierte a las personas sirias en chivos expiatorios. Damos la bienvenida a las personas migradas y refugiadas a la vez que rechazamos todos los controles de inmigración.
Coordinación de la Corriente Socialismo Internacional (IST), la corriente internacional de la que Marx21 forma parte, 14 de diciembre de 2024