Sozialismus von unten
El éxito electoral de Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones regionales de Turingia y Sajonia —los mejores resultados que ha conseguido hasta ahora— es un shock para el panorama político en Alemania. ¿Cómo sucedió esto y qué podemos hacer al respecto?
En Turingia, la AfD creció 9,4 puntos porcentuales en comparación con las últimas elecciones regionales y se convirtió en el partido más fuerte con un 32,8%. Por lo tanto, puede bloquear todas las medidas en Turingia que requieran una mayoría de 2/3 en el parlamento. En Sajonia, el AfD ganó 3,1 puntos porcentuales y acabó justo detrás de la CDU con un 30,6%.
Según una encuesta postelectoral de Infratest dimap, la seguridad social, la delincuencia y la migración fueron los tres temas más importantes en las decisiones electorales en las dos regiones. El miedo al declive social no es imaginario: desde la crisis del coronavirus y el inicio de la guerra en Ucrania, la brecha social entre ricos y pobres se ha ampliado y las grandes pérdidas de salarios reales debidas a la inflación solo han sido parcialmente compensadas por las huelgas.
La AfD es un partido fundamentalmente fascista que pide abiertamente la deportación de millones de nuestros conciudadanos y colegas de origen migrante (lo llaman “remigración”). El éxito electoral en Turingia es alarmante porque se trata de la región del líder nazi Björn Höcke, que durante años se ha centrado en trabajar con fascistas fuera de la AfD y movilizar fuerza y violencia en las calles. La apariencia burguesa de Jörg Urban, su líder en Sajonia, con camisa y corbata es un engaño. También formó parte del ala fascista de Höcke: se supone que ésta se disolvió, pero solo lo hizo formalmente sin que cambiase nada de fondo, solo la apariencia.
Estos éxitos electorales fortalecen la confianza de la AfD en sí misma y alentarán a muchos nazis a llevar a cabo ataques contra albergues de personas que buscan asilo y contra gente migrada.
Las políticas gubernamentales ayudaron al ascenso de los nazis
Los responsables del ascenso de la AfD son principalmente las políticas del gobierno federal, formado por el partido social demócrata (SPD, partido hermano del PSOE), el partido liberal (FDP) y los Verdes [N.de.T: lo llaman “la coalición del semáforo”, por los colores —rojo, amarillo y verde— de los respectivos partidos]. Han invertido miles de millones de euros en un gigantesco rearme y a cambio han aceptado el abandono de las infraestructuras sociales. En vista de estos acontecimientos, el posicionamiento público de empresas y empresarios contra la elección de la AfD les sale muy barato: las recomendaciones políticas de corporaciones que se benefician masivamente de los bajos salarios en la Alemania del Este y que apoyan los ataques a las condiciones de vida sociales no reducirán el apoyo a la AfD entre la gente trabajadora.
La CDU también tiene su parte de la culpa, por haber dar oxígeno político a la AfD cuando, tras el ataque de Solingen, se pasó a la propaganda de la AfD y pidió el fin de la migración, la deportación masiva de personas refugiadas y fuertes recortes en sus prestaciones sociales. Los partidos del semáforo y la recién fundada Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) adoptaron rápidamente este rumbo. Fue grano para el molino de la AfD. Con esta política, convierte a las personas refugiadas en chivos expiatorios y víctimas de la política imperialista.
Inestabilidad política y crisis de gobierno
El ascenso del BSW hasta convertirse en la tercera fuerza se puede explicar principalmente por la decepción con la política de Die Linke [el partido de izquierda; partido hermano de Izquierda Unida y ahora Sumar]. La razón dada por el 70% de los votantes de Sajonia para votar por el BSW fue “porque estoy decepcionado con la izquierda”. Tanto Infratest dimap como el Grupo de Investigación Electoral estiman que alrededor de la mitad de los votantes del BSW votaron anteriormente a Die Linke.
No solo la decepción con la política del gobierno del semáforo en el gobierno federal, sino también la decepción con la política gubernamental de larga duración de la izquierda en Turingia ayudó a la AfD a ascender al estatus de fuerza de oposición sin alternativa. Turingia registró su mayor participación electoral en 30 años, y en Sajonia también alcanzó un récord del 73,5%. Este desarrollo ilustra el hecho aterrador de que muchos ex no votantes pudieron ser activados hacia la extrema derecha.
Falta de oposición de la izquierda
La caída del gobierno de Turingia liderado por Bodo Ramelow de Die Linke —del 31% en 2019 al 13,1%— es una expresión de esto. Ya en 2020 advertíamos en un artículo sobre las consecuencias de la participación gubernamental para la izquierda. Pero Die Linke también actúa como gobierno en ciernes en Sajonia.
A nivel nacional, Die Linke se ha enfocado durante años en la participación gubernamental con el SPD y los Verdes y por lo general ha evitado enfrentarse públicamente con sus políticas.
Alternativa anticapitalista
En el gobierno regional de Turingia, Die Linke, como administrador del sistema capitalista, participó en deportaciones y recortes sociales. El respaldo del líder del partido, Ramelow, a los envíos de armas alemanas para la guerra en Ucrania y su apoyo a la militarización alemana, incluida la reintroducción del servicio militar obligatorio, han contribuido al desmoronamiento del apoyo al partido.
No solo el BSW, sino también la AfD pudieron aprovecharse del vacío político. La relativa flexibilidad de la ideología fascista permitió a la AfD perfilarse como un supuesto “partido de la paz”. Aunque la AfD, liderado por fascistas en los estados del este de Alemania, quiere abordar la cuestión social con un anticapitalismo étnico, su programa de partido, poco conocido, sigue siendo neoliberal y antiobrero.
Lo que se necesita para alejar a la gente de los nazis de AfD sería una alternativa consistente y una oposición visible al capitalismo y sus crisis. La debilidad de la izquierda a la hora de presentar este sistema alternativo ha dado espacio a las fuerzas de extrema derecha.
La BSW desempeñará un papel importante en las negociaciones sobre la formación de gobierno. Die Linke en Turingia no ha aprendido nada de su derrota, pero está considerando tolerar o participar en un gobierno con la derecha conservadora de la CDU y el BSW. Si el BSW participara en el gobierno, simplemente copiaría el error de Die Linke y, tarde o temprano, conduciría a su caída. Esto contribuiría a un mayor fortalecimiento de la AfD, en particular debido a la posición racista del BSW respecto a la migración. Como ha demostrado la experiencia, una estrategia de frente popular para un gobierno estatal sin la AfD como “mal menor” solo contribuye al crecimiento a medio plazo de los nazis de Höcke.
Sin embargo, existe un peligro real de que la derrota de los partidos establecidos aumente la presión sobre la CDU para que integre a la AfD en un gobierno o lo tolere.
Movilización de masas antifascista para las próximas luchas
Una resistencia eficaz al ascenso de los nazis de la AfD solo puede lograrse mediante movilizaciones extraparlamentarias, huelgas y actividades sindicales. La indignación ante el objetivo declarado de la AfD de deportar masivamente a millones de personas llevó a manifestaciones masivas en las calles a principios de año. Las protestas han disminuido desde entonces.
Pero también en Turingia y Sajonia hay muchas personas que están en contra de la AfD. En Bautzen y Leipzig, ante la amenaza nazi, manifestantes se unieron a participantes en las acciones del Orgullo LTGBI+ y enviaron así una señal clara contra las muestras de fuerza neonazis.
En Jena-Lobeda, 2.000 activistas contra el fascismo utilizaron bloqueos a pesar de la represión policial para impedir que la AfD pudiera celebrar su acto electoral con su principal candidato, Höcke. Después de las contramovilizaciones, la AfD tuvo que cancelar su fiesta anunciada el domingo de las elecciones en el barrio diverso berlinés de Neuköll.
Las personas antifascistas deberíamos ver estas protestas como una fuente de esperanza porque muestran que existe una sociedad civil activa que puede lograr el éxito contra la extrema derecha. Necesitamos construir sobre eso. Las contramovilizaciones contra las celebraciones de la victoria, las reuniones y las apariciones públicas de la AfD deben hacerse de forma continuada.
Para seguir logrando éxitos electorales, la AfD depende de esconder en la medida de lo posible sus planes extremistas y su terrorismo callejero fascista. Por otro lado, sus éxitos conducen repetidamente a intentos de reforzar sus organizaciones neonazis mediante la movilización callejera y convertirlas en un factor de fuerza política independiente del poder estatal. La solidaridad de la AfD con el terror nazi en Chemnitz en 2018 demostró que esta contradicción siempre puede alimentar una contramovilización.
El movimiento contra el fascismo debería ahora hacer todo lo posible para combatir la amenaza de éxito electoral de la AfD en las próximas elecciones regionales de Brandeburgo a finales de septiembre y contrarrestar las apariciones de la AfD en la campaña electoral.
Para ampliar la lucha antifascista contra la AfD, alianzas como Aufstehen gegen Rassismus (En Pie Contra el Racismo, movimiento hermano de UCFR.cat) y Widersetzen (Resistencia) desempeñan un papel importante en toda Alemania. Es una tarea de toda persona antifascista abrir estas estructuras a todo el mundo que esté conmocionado por los resultados electorales y que quiera actuar. Los y las socialistas también debemos promover la participación sindical e impulsar la lucha contra la AfD en los lugares de trabajo.
Los planes de deportación masiva (“remigración”) de la AfD amenazan la existencia de millones de nuestra gente vecina y colega de origen migrante. Esto hace aún más necesaria y posible una amplia y decidida resistencia contra los nazis de la AfD.
Este artículo apareció en la web de Sozialismus von unten, un grupo en Alemania que comparte la perspectiva de Marx21.net.