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Durante los últimos meses, las crisis se han agudizado de manera alarmante. La guerra en Ucrania (sin olvidar las otras guerras en marcha); las temperaturas récord y los incendios descontrolados, fruto del cambio climático; el auge del racismo y la extrema derecha; y ahora las subidas enormes en los precios.
Necesitamos respuestas radicales, pero reales y prácticas. No basta con declaraciones teóricas alejadas de los problemas reales de la gente (aun reconociendo la importancia del análisis y la teoría). Hacen falta luchas amplias que respondan a esta crisis social.
Ahora mismo no parece que haya propuestas convincentes en este sentido, pero en Gran Bretaña ha surgido una nueva iniciativa impresionante. En pocas semanas, más de medio millón de personas se han sumado al proyecto “Enough is Enough!” (¡Ya Basta!), con actos enormes en diferentes ciudades.
Aquí hablamos de esta importante iniciativa, y planteamos las posibilidades de crear algo parecido en el Estado español.
Enough is Enough! en Gran Bretaña
Gran Bretaña se encuentra actualmente en una situación de fuerte inestabilidad política, debido a diversos factores. Está la larga crisis de liderazgo en los Tories —que seguramente no se solucionará con la elección de la thatcherista Liz Triss— junto con sus nefastas políticas antisociales y racistas. Por otro lado, está el creciente descontento entre la clase trabajadora con el no-liderazgo de Keir Starmer de la “oposición”: un Partido Laborista que ya no promete ni siquiera un reformismo descafeinado. Todo esto ha provocado un clima de descontento social, permitiendo así el surgimiento de un nuevo espacio de rechazo a los efectos de la crisis, llamado Enough is enough! (¡Ya Basta!)
Enough is Enough! es una nueva campaña que busca luchar contra la crisis del coste de la vida. La fundaron líderes sindicales de izquierdas y organizaciones comunitarias con el objetivo de hacer retroceder la miseria impuesta a millones de personas por el aumento de las facturas, los bajos salarios, la pobreza alimentaria, las viviendas de mala calidad y una sociedad dirigida solo por una élite adinerada. Tienen además el apoyo de los pocos restantes diputados del ala izquierda del Partido Laborista como Zara Sultana e Ian Bryne, junto con Jeremy Corbyn, actualmente suspendido del grupo parlamentario laborista.
Toda esta campaña se centra en cinco demandas sociales muy claras.
- Un aumento real de sueldo (en un contexto de inflación de más del 10% e indicios de que pronto superará el 20%);
- Reducir drásticamente las facturas de energía;
- Acabar con la pobreza alimentaria;
- Viviendas dignas para todas las personas;
- Más impuestos a los ricos.
La campaña declara que lucha con la intención real de ganar estas cinco demandas. Afirman que eso significa comenzar con la celebración de mítines en Gran Bretaña, la formación de grupos locales, la movilización de solidaridad mediante huelgas y otras luchas, así como la adopción de medidas contra las empresas y las personas que se benefician de esta crisis.
Enough is enough! tiene claro que no se puede confiar en que el establishment resuelva los problemas de la clase trabajadora. Esto depende de nosotros/as en cada lugar de trabajo y cada barrio.
La campaña llama a que se involucren las personas que están luchando para sobrevivir y porque no llegan a fin de mes con sus ingresos actuales, personas que están hartas de tener que trabajar más a cambio de menos y que están preocupadas por el futuro, o si simplemente no pueden soportar ver lo que está sucediendo en el país.
El mensaje es sencillo: “¡Ya basta! ¡Es hora de convertir la ira en acción!”
En los videos de la campaña destaca un mensaje muy claro —“Un salario justo, facturas asequibles, lo suficiente para comer y un lugar decente para vivir. ¡Estos no son lujos, son tus derechos!”— que conecta con la mayoría de las personas trabajadoras, junto con la llamada a luchar por ello.
Ganas
Se notan las ganas de lucha. La campaña anunció que, en solo en los primeros tres días, recibieron 300.000 inscripciones y más de 6 millones de reproducciones de los videos del lanzamiento. La nueva página web tuvo tanto tráfico en su lanzamiento que incluso se bloqueó.
El mitin inicial en Londres, celebrado el 17 de agosto en un gran teatro en Clapham, reunió a más de 1.500 asistentes, con más gente fuera que no cabía. Contaron con un mensaje de solidaridad de Bernie Sanders, de EEUU. El ambiente electrificante recordó los grandes mítines de Jeremy Corbyn en 2015 y 2017, pero esta vez el foco estaba en las luchas obreras en marcha. La multitud predominantemente joven mostró un fuerte apoyo a las huelgas de trenes, metros, autobuses, correos…
El segundo acto fue en Manchester el 30 de agosto. La enorme catedral, con espacio para 1.500 personas, se llenó, y se tuvieron que repetir las ponencias en un mitin improvisado al aire libre para las 500 personas restantes.
El tercer evento, el 2 de septiembre, llenó los 1.300 asientos de St George’s Hall de Liverpool y al igual que en los mítines anteriores, contó con un sentido apoyo a la resistencia y la lucha.
Más sorprendente fue el mitin del 6 de septiembre en Norwich, en el principalmente rural y plácido este de Inglaterra; de nuevo un acto grande y vibrante, animado por una intervención de Jeremy Corbyn. En el acto de presentación en Glasgow, el 7 de septiembre, más de mil personas llenaron el viejo mercado de frutas de la ciudad. Hubo otros actos programados en Bristol (9 de septiembre), Brighton (13 de septiembre) y Leeds (17 de septiembre).
El hecho de reunir a tantas personas, incluyendo a gente de diferentes huelgas, es muy positivo y puede animar a más sectores a participar en las luchas. Pero los mítines no son un sustituto de la acción unitaria en sí. Una señal positiva fue que, durante un día de huelga en correos, Enough is Enough! se movilizó para traer la solidaridad de otros sectores a un piquete-concentración delante de la oficina central de correos en Londres.
Today it was the posties. Tomorrow it can be you.
A spirit of resistance is spreading across Britain.
We’re not going to accept more cuts to our living standards. We’re going to fight.#EnoughIsEnough pic.twitter.com/S5NUq4169t
— Enough is Enough (@eiecampaign) August 26, 2022
Como dijo nuestra publicación hermana en Gran Bretaña: “Cada socialista y sindicalista debería estar en sus mítines y en las otras actividades de las que ha hablado, como piquetes de solidaridad con huelgas y acciones contra las empresas energéticas. Pero mientras las ponencias insistieron en la necesidad de apoyar a las huelgas actuales, los líderes sindicales no hablaron de la necesidad de aumentar y unificar estas huelgas.”
En todo caso, el éxito de Enough is Enough! es una excelente noticia. Deberíamos aprender de ello.
Colapso del capitalismo
Mientras las empresas energéticas disfrutan de un incremento de más de diez veces en sus ganancias, la catástrofe social crece.
Los estudios de pobreza energética desvelan que 5,1 millones de personas en el Estado español y 36 millones en la Unión Europea no pueden permitirse mantener su vivienda a una temperatura adecuada. Esos mismos estudios sitúan al 10% de los hogares españoles en una situación de auténtica “crisis humanitaria”, pues apenas tienen con qué vivir, una vez pagados los gastos del hogar y de la energía.
Especialistas en el aparato respiratorio y neumología no tienen dudas de que este invierno, en los países de la “rica” UE, los hogares fríos provocarán graves problemas de salud y costarán muchas vidas. Destacan que, para los niños con asma, la función pulmonar empeora con cada grado que desciende la temperatura interior por debajo de los 9 grados, aspecto confirmado por la Organización Mundial de la Salud.
Los medios de comunicación occidentales hablan mucho sobre los precios de la electricidad o la gasolina y mucho menos de la alimentación, un problema igualmente grave.
En Gran Bretaña muchas familias han tenido que eliminar una de las comidas del día. En el Estado español, desde diciembre de 2021, hemos visto como productos habituales de consumo incrementaban su precio entre un 9% y un 34%. Las personas que ya se han visto afectadas por esos aumentos en los precios de los alimentos pronto tendrán que enfrentarse a compras aún más caras.
Los precios empezaron a subir en 2020 cuando muchas empresas cerraron debido a la pandemia, lo que tensó las cadenas de suministro. Frutas y verduras se pudrieron por falta de transporte y de mano de obra para recogerlas debido al confinamiento.
La guerra en Ucrania empeoró la situación, pues Rusia y Ucrania representan un tercio de las exportaciones de trigo y cebada del mundo, dos tercios del aceite de girasol y un porcentaje importante del maíz.
La ola de calor y los incendios forestales son señales de que estamos asistiendo al comienzo del colapso del capitalismo como sistema económico.
Para sobrevivir, un sistema debe ser capaz de reproducir los elementos humanos y materiales de producción, así como las relaciones económicas que los unen. La crisis del coste de la vida es otra señal de este colapso. Y es particularmente peligrosa porque alimenta directamente la revuelta.
Los gobiernos y las empresas de las economías de los “mercados emergentes” más prósperos están comprando buenas tierras de cultivo en todo el mundo para garantizar su suministro de alimentos.
Los países más populares para estos proyectos son Australia, Brasil y Rusia, pero también incluyen países africanos mucho más pobres como Sudán, Mozambique, Congo y Costa de Marfil. Muchas de estas apropiaciones de tierras ya han provocado la oposición local. Esto aumentará a medida que los alimentos se vuelvan más costosos y escasos. Estamos entrando en un período de intenso conflicto de clases que probablemente sea diferente al que experimentamos durante la era neoliberal.
Después de las grandes derrotas de la década de 1980, la lucha de clases pasó a ser unilateral, los patrones impusieron interminables “reformas” a la gente trabajadora. Pero frente a sus hijos hambrientos, las y los trabajadores lucharán.
¿Ya basta en el Estado español?
¿Es necesario y posible impulsar una iniciativa como Enough is Enough! (EiE) en el Estado español? La necesidad existe.
Se acaba de anunciar que los salarios reales en el Estado español, que ya cayeron en 2021, van a bajar otro 4,4 % en 2022, el doble del conjunto de los países más ricos. Y es que los precios de la energía e incluso de la comida están subiendo de manera escandalosa (ver caja Colapso del capitalismo).
En Marx21 pensamos que sí se puede y se debe impulsar una respuesta amplia, aunque las diferencias de contexto y en los movimientos implican que no podría ser un calco del movimiento británico.
Sindicalismo
El elemento clave de EiE son los sindicatos, con la participación destacada de dirigentes sindicales de izquierdas. Y no se trata de sindicatos alternativos y minoritarios, sino de los principales sindicatos de diferentes sectores, pertenecientes el TUC, la central mayoritaria de Gran Bretaña.
Un impulsor es el CWU, el sindicato mayoritario de correos y comunicaciones, con unos 200.000 miembros, que actualmente impulsa grandes huelgas en diversos sectores. Otro es el RMT, el principal sindicato de los ferrocarriles, que protagoniza la combativa huelga en ese sector que ha entusiasmado a mucha gente trabajadora en Gran Bretaña. Ha hablado en actos de EiE la presidenta de Unison, el sindicato de servicios públicos que, con 1,4 millones de miembros, es el mayor del país.
El discurso de EiE, exigiendo una salida de la crisis a costa de los ricos, no de la clase trabajadora, lo impulsan las y los dirigentes de sindicatos como éstos.
El movimiento sindical en Gran Bretaña ha perdido miembros en las últimas décadas. La “densidad sindical” —la proporción de personas empleadas que pertenecen a un sindicato— cayó del 30% en 2000 a poco más del 23% en 2019 (aunque ahora ha vuelto a subir, inspirado por las huelgas en marcha). En todo caso, sigue siendo relativamente fuerte.
En el Estado español, la afiliación sindical era del 44,5% en 1978, del 20,4% en 1993, del 17,4% en 2008 y del 12,5% en 2019. No es casualidad que a este descenso lo ha acompañado un empeoramiento de las condiciones laborales y sociales para la gente trabajadora. Está demostrado que una baja tasa de afiliación sindical se asocia con mayor desigualdad social.
Ahora mismo, en el Estado español, no se puede contar con un fuerte impulso desde las cúpulas sindicales. Pero esto no es motivo en absoluto para descartar al movimiento sindical, ni mucho menos menospreciar al sindicalismo como tal. Incluso en su estado actual, relativamente débil, muchísimas personas pertenecen a los sindicatos; solo entre CCOO y UGT cuentan con casi dos millones de miembros. Una resistencia real a los ataques que estamos sufriendo —y habrá más en camino— será imposible sin implicar a las y los activistas del conjunto del movimiento sindical, sin sectarismos.
Un hecho muy positivo en este contexto es que, sin llegar al nivel de luchas que se está viviendo —excepcionalmente— en Gran Bretaña ahora mismo, en el Estado español se empiezan a producir más huelgas, en diferentes sectores y a menudo de manera aislada.
Por otro lado, la izquierda radical de Gran Bretaña tiene una fuerte tradición de participación en los sindicatos. En el Estado español esta tradición existió, pero ha decaído mucho desde hace varias décadas.
Debemos insistir en la importancia de los sindicatos, y también en las limitaciones de la burocracia sindical —tanto de izquierdas como de derechas— debido a su naturaleza contradictoria, como capa intermedia entre la clase trabajadora y la patronal. No se trata de ocupar cargos directivos, como sea, sino de construir una base combativa de verdad. De todo esto se tendrá que hablar.
Pero repitámoslo: cualquier proyecto real para combatir los ataques actuales contra la gente trabajadora debe contar con esta propia clase como elemento fundamental.
Contra las opresiones, por el clima
Dada la naturaleza internacional de la crisis, las cinco demandas básicas de EiE en Gran Bretaña —una subida salarial real; una reducción en las facturas energéticas; el derecho a la comida; vivienda accesible y digno; impuestos a los ricos— son totalmente aplicables en el Estado español.
Estos temas afectan directamente al conjunto de la clase trabajadora. Pero debemos ser conscientes de que actualmente tanto la extrema derecha como los propios gobiernos buscan dividirnos, mediante el racismo, el machismo, la LGTBIfobia… No habrá unidad de clase sin una lucha firme contra todo tipo de opresión.
Además, las demandas de EiE tocan de paso la cuestión del clima, pero convendría hacer una apuesta mucho más clara a favor de las luchas climáticas.
Aun sin ser uno de sus cinco puntos, en los actos de EiE en Gran Bretaña, las luchas contra el racismo, el machismo etc., y la defensa del planeta, han estado muy presentes, como no podía ser de otra manera.
Pero un proyecto de este tipo en el Estado español debería tener estos aspectos en cuenta explícitamente, como un sexto punto —Reforzar las luchas amplias contra las opresiones y por el clima— si es que se asumen los otros cinco, como parecería sensato.
Manos a la obra
Marx21 es un grupo pequeño, sin la capacidad de impulsar un movimiento como EiE. De hecho, aunque fuéramos más grandes, un proyecto como éste no lo puede impulsar una solo organización; para que tenga sentido, requiere de gente de sensibilidades y procedencias muy diversas.
Hay que implicar a la gente sindical, pero también a los movimientos sobre la vivienda, organizaciones vecinales y de barrio, movimientos antirracistas y de migrantes, de mujeres, LGTBI+, ecologistas…
A lo que sí nos comprometemos, en la medida de nuestras capacidades en los diferentes sitios donde tenemos militantes, es a plantear la necesidad de trabajar en este sentido.
Más allá de las campañas esenciales de luchas concretas que deben continuar —sobre el clima, contra el racismo y la extrema derecha, sindicatos, etc.— hace falta un espacio que plantee una lucha general, y con el tiempo una alternativa global, ante los ataques del sistema.
Este modelo de lucha unitaria, junto a una visión propia del anticapitalismo radical y más cosas, forma parte del ADN del grupo Marx21. Si compartes nuestra visión general, deberías considerar sumarte al grupo. Y si solo quieres participar en este proyecto que planteamos aquí, pues hablemos de cómo podemos tejer las redes necesarias para tirarlo adelante.