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La mejor manera de vencer la invasión de Putin es una combinación de revuelta del pueblo ruso y un movimiento en Ucrania independiente de las potencias de la OTAN.

Charlie Kimber

La alianza militar de la OTAN utiliza cada vez más la guerra en Ucrania para extender su propia influencia imperialista y aumentar masivamente el dinero para el ejército. Está inundando el este de Europa con tropas y armas.

Su intención no es liberar a la gente de la región, sino convertirlos en sus peones. Y esperan que el horror y el disgusto, completamente justificados de la gente común ante la invasión de Vladimir Putin, ayude unirlos a su proyecto.

Los grupos de batalla de la OTAN en Lituania, Letonia y Estonia casi se duplicarán de 3.400 soldados a principios de año a más de 6.000 en un futuro próximo. Alrededor de 1.000 soldados británicos han llegado a Estonia. Gran Bretaña también envió al HMS Trent y al HMS Diamond para realizar ejercicios de la OTAN con helicópteros Merlin y aviones de patrulla marítima RAF P8 Poseidon en el Mediterráneo oriental.

Estados Unidos desplegó recientemente 5.000 soldados adicionales en Polonia y Rumania. Las tropas francesas viajaron a Rumania esta semana y se está formando un grupo de batalla adicional de la OTAN para Eslovaquia. Incluirá 1.500 soldados.

Los funcionarios del presidente Joe Biden también están trabajando con el gobierno polaco en un acuerdo para proporcionar a Ucrania aviones de combate polacos. Esto implicaría que Ucrania reciba aviones de combate de fabricación rusa de Polonia, que a su vez recibirán F-16 de EEUU.

Útiles

Estos gobiernos reciben el apoyo de la OTAN porque son útiles para mantener la línea del frente contra Rusia y porque seguirán lo que exige Occidente. La OTAN no es una alianza defensiva, está diseñada para impulsar las demandas de Occidente. Y como parte de eso, la OTAN está aumentando masivamente la ayuda militar al gobierno ucraniano con el objetivo de subordinarlo a su proyecto global.

En una declaración el miércoles, la OTAN dijo: “Se están enviando a Ucrania miles de armas antitanque, cientos de misiles de defensa aérea y miles de armas pequeñas y municiones. Los aliados también están proporcionando asistencia financiera y ayuda humanitaria valorada en millones de euros, incluidos suministros médicos para ayudar a las fuerzas ucranianas.”

La lista de proveedores de armas incluye a más de la mitad de los 30 miembros de la OTAN. Según la declaración “Bélgica, Canadá, la República Checa, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Letonia, Lituania, los Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, el Reino Unido y Estados Unidos ya han enviado o están aprobando entregas significativas de equipo militar a Ucrania”. Añade que “Ucrania ya ha recibido armas críticas, incluidos misiles Javelin y misiles antiaéreos, de los aliados de la OTAN, así como millones de euros de asistencia financiera”.

Los suministros de armas de la OTAN tienen un precio: apoyo incondicional a Occidente. Dichos suministros no van a cualquier gobierno que se enfrente a una agresión rusa. No hubo tal apoyo para los chechenos cuando fueron pulverizados por Rusia.

A pesar de las objeciones ocasionales sobre métodos particularmente sangrientos, los gobiernos occidentales respaldaron públicamente la primera guerra de Rusia en Chechenia entre 1994 y 1996. Y se negaron a reconocer el reclamo de independencia de Chechenia. Esta guerra provocó la muerte de cerca 100.000 civiles.

Culminó con la destrucción de Grozny, la capital chechena. Según el historiador y general ruso Dmitri Volkogonov, el bombardeo de la ciudad por parte del ejército ruso mató a unos 35.000 civiles, incluidos 5.000 criaturas.

Solo durante la Segunda Guerra Chechena de 1999 a 2000, después de que el amigo de Occidente, Boris Yeltsin, fuera reemplazado como líder ruso, hubo cierta condena occidental de la guerra. E incluso entonces no hubo armas para los chechenos. De hecho, quienes los apoyaran en Occidente podían ser denunciados y encarcelados por ser “terroristas”. Luego, el primer ministro laborista británico, Tony Blair, voló a Moscú para apoyar a Putin.

Armas nucleares

Envalentonado por el respaldo de la OTAN, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, continúa exigiendo que Occidente imponga una zona de exclusión aérea sobre el país. Tal movimiento conduciría casi inevitablemente a que las fuerzas de la OTAN derribaran aviones rusos y serían los primeros disparos de una Tercera Guerra Mundial entre potencias con armas nucleares.

El presidente ucraniano también ha pedido a la OTAN que presente la candidatura del país para unirse a la alianza. E insiste en que Ucrania exigirá promesas de intervención militar de los países occidentales incluso si la OTAN se niega a que el país sea miembro de la alianza. Tales movimientos preparan imprudentemente guerras futuras, sobre una base aún más peligrosa.

Socialist Worker se opone a la invasión rusa de Ucrania. Queremos ver esa invasión repelida como un golpe contra el imperialismo de Putin. La mejor derrota para la fuerza invasora de Putin sería una combinación de rebelión del pueblo ruso, motines en las fuerzas armadas y un movimiento en Ucrania independiente de las potencias de la OTAN.

Nada de esto es imposible. Todas las personas debe sentirse inspiradas por las personas rusas que se han opuesto tan valientemente a su propio gobierno, a pesar del inmenso riesgo de arresto, cárcel o algo peor. Este tiene que ser nuestro modelo.

Y en algunas de las áreas de las que Rusia se ha apoderado en Ucrania, como Kherson en el sur del país, hay valientes manifestaciones callejeras de cientos o quizás miles de personas. Las protestas masivas tienen un gran potencial para desconcertar a las tropas rusas y sentar las bases para la organización contra la ocupación.

Pero cuanto más subordinada esté Ucrania a la OTAN, menos libre será, incluso si los rusos son expulsados. Será una victoria para los militares occidentales, no para el pueblo ucraniano. Una guerra que se extienda no beneficiará a los ucranianos comunes. A los que dicen “hay que hacer algo” y dicen que la OTAN es la única respuesta, les decimos que eso empeorará las cosas.

Y los ataques brutales de la OTAN y del resto de Occidente en Yugoslavia en 1999, Afganistán, Irak y Libia han creado un mundo donde las poderosas clases dominantes pisotean a otros países en la búsqueda de sus objetivos imperialistas. Putin sigue este patrón.

Por eso, mientras se exige la retirada de las tropas rusas de Ucrania, es crucial analizar el papel de la OTAN. Y cómo los gobiernos están encontrando enormes fondos nuevos para la guerra, incluso mientras exprimen la salud, la educación y los salarios.


Años de entregar armas desde Occidente

El respaldo militar occidental a Ucrania es un proyecto a largo plazo.

Un informe de investigación del parlamento británico publicado esta semana, principios de marzo, subraya cómo Occidente ha alentado al gobierno ucraniano mediante un aumento del suministro de armas.

El programa de armas es la razón por la cual los líderes ucranianos presionan ahora para conseguir una zona de exclusión aérea y otros refuerzos directos de la OTAN.

Debido a la crisis actual, la tecnología asesina entregada sin mucho ruido en el pasado ahora puede proclamarse abiertamente.

El informe nos dice que desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y “la solicitud del gobierno ucraniano, los aliados occidentales aumentaron significativamente su apoyo. La asistencia militar a las fuerzas armadas ucranianas ha sido una parte clave de su enfoque general”.

Al principio se dijo que todo esto era apoyo “no letal”. Pero el año pasado, “por primera vez, varios países, incluido el Reino Unido, comenzaron a suministrar armamento letal defensivo a Ucrania”.

El 30 de enero de este año, el gobierno confirmó que “se habían suministrado 2.000 misiles antiblindaje”.

El gobierno envió barcos de la Royal Navy a la región del Mar Negro en numerosas ocasiones para realizar ejercicios de entrenamiento conjuntos con la Armada de Ucrania, más recientemente en el verano de 2021 como parte del ejercicio Cossack Mace.

En junio de 2021, el HMS Defender también hizo escala en el Mar Negro en “una muestra de solidaridad con Ucrania y los aliados regionales de la OTAN”.

Esto condujo a una posible batalla, con el Ministerio de Defensa ruso diciendo que se habían hecho disparos de advertencia.

El documento también detalla el apoyo militar estadounidense a Ucrania. Este cambió más rápido que los británicos al suministro de armamentos letales.

“Ucrania ha sido uno de los principales receptores de ayuda exterior y militar de Estados Unidos desde principios de la década de 1990. En la primera década tras la independencia, Ucrania recibió casi 2,6 mil millones de dólares en ayuda.

“Desde el inicio del conflicto en 2014, el Servicio de Investigación del Congreso de EEUU estima que EEUU proporcionó a Ucrania más de 2,5 mil millones de dólares en asistencia de seguridad”.

Donald Trump intensificó los envíos, alentando al gobierno ucraniano a desarrollar su fuerza militar: “En 2018, y nuevamente en 2019, EEUU proporcionó a Ucrania misiles antitanque Javelin. Entre otras cosas, EEUU también ha proporcionado rifles de francotirador, lanzagranadas propulsadas ​​por cohetes y dos lanchas patrulleras de guardacostas estadounidenses a la Armada de Ucrania”.

Este giro hacia el apoyo militar continuo continuó con Joe Biden. “El 1 de marzo de 2021, el Departamento de Defensa de EEUU anunció un paquete adicional de asistencia militar de 125 millones de dólares para Ucrania. El Departamento de Defensa declaró que “Esta acción reafirma el compromiso de EEUU de proporcionar armas letales defensivas para permitir que Ucrania se defienda de manera más efectiva contra la agresión rusa”.

“En junio de 2021 se anunciaron otros 150 millones de dólares para la Iniciativa de Asistencia de Seguridad de Ucrania, seguidos de un paquete adicional de 60 millones para equipos letales y no letales, incluidos misiles antiblindaje Javelin, en septiembre de 2021.”

El informe admite que, con razón, “Rusia dijo que la asistencia militar occidental a Ucrania era una provocación y acusó a Occidente de apoyar a Ucrania en la militarización del este de la misma y el desmantelamiento de los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015, que habrían sido la base para una solución política al conflicto allí”.

Pero eso no detuvo el suministro de armas, porque eran fundamentales para fortalecer la presencia occidental.


Los tratos de Zelenski con el jefe de la energía de Trump

El apoyo militar llegó al mismo tiempo que los lazos económicos entre el gobierno de Volodímir Zelenski y el régimen de Trump.

En 2018, el secretario de energía de EEUU, Rick Perry, dijo que Ucrania podría ser el “Texas de Europa”.

Y al año siguiente, dos de los partidarios políticos cercanos de Perry obtuvieron un acuerdo de exploración de petróleo y gas potencialmente lucrativo del gobierno ucraniano. Esto sucedió justo cuando el nuevo gobierno de Zelenski buscaba ayuda militar de Estados Unidos.

Ucrania adjudicó el contrato a los partidarios de Perry un mes y pico después de que el secretario de energía asistiera a la toma de posesión de Zelenski. En una reunión durante ese viaje, Perry le entregó al nuevo presidente una lista de personas que él recomendaba como asesores energéticos. Uno de los cuatro nombres era su antiguo partidario político Michael Bleyzer.

Una semana después, Bleyzer y su socio Alex Cranberg presentaron una oferta para buscar petróleo y gas en un sitio controlado por el gobierno, llamado Varvynska.

Su propuesta fue millones de dólares inferior a la de su único competidor. Pero su empresa conjunta recién creada, energía ucraniana, se adjudicó el contrato por 50 años.


Este artículo apareció en nuestra publicación hermana en Gran Bretaña, Socialist Worker.