Colectivo Amazigh Melillense por la recuperación de la memoria histórica
Cuando los individuos se sienten cada vez más inseguros como resultado de una crisis económica o de los estragos de la guerra, cuando los conflictos entre clases y grupos se exacerban y ya no pueden resolverse simbólicamente dentro de la esfera política, cuando el poder parece haberse hundido al nivel de la realidad y no ser más que un instrumento para la promoción de los intereses y apetitos de la ambición vulgar… vemos los comienzos de la búsqueda de una identidad.
Claude Lefort, «The question of democracy», en Democracy and Political Theory, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1988. Cit. Ernesto Laclau
La Revuelta de los Aubach o Motines del pan fue un levantamiento fundamentalmente rifeño acontecido en enero de 1984, que se saldó con la muerte de cuatrocientas personas, gran parte desaparecidas enterradas en fosas comunes, y más de quinientas personas detenidas. Este levantamiento rifeño, como el levantamiento catalán de 2017, reúne las tres condiciones propias de una revolución: desprestigio político del Estado + crisis económica + conciencia nacional.
Crisis política
En 1984, tanto la izquierda del Majzén[1] (Unión Socialista de Fuerzas Populares) como su derecha (Istiqlal), estaban distanciadas y descontentas con respecto al régimen. La Unión Socialista de Fuerzas Populares concibió que para debilitarles el Majzén había creado un nuevo partido de izquierdas llamado Movimiento de Acción Socialista, apoyado por el prestigioso exiliado, Ben Said Ait Idder. La derecha (Istiqlal) también estallará en las mismas iras al verse desplazada del gobierno en las elecciones municipales de 1983 por un partido cercano a la administración del Estado, la Unión Constitucional.
Desde ese momento, se puede considerar que los principales partidos marroquíes se habían constituido en la oposición al mismo régimen.
Crisis económica
Desde 1975, el régimen marroquí se encontraba en guerra contra el Frente Polisario. Esta guerra consumía gran parte del presupuesto del Majzén, haciéndolo dependiente del Fondo Monetario Internacional, que le exigía planes de ajustes estructurales, que aniquilaban toda posibilidad de protección o seguridad social para los pueblos del Estado. Esta realidad se continúa a día de hoy.
A principios de 1984, a la economía de guerra se añadía el aumento en el precio de los combustibles y la bajada en el precio internacional de los fosfatos. Todo esto se tradujo en un aumento de la inflación. Panorama que estamos volviendo a vivir con la guerra ucraniana.
Conciencia nacional rifeña
La crisis económica de 1984, servirá de levadura para una campaña de presión mediante multitudinarias manifestaciones articuladas por los sindicatos de los principales partidos, con motivo de la IV Cumbre de Países Islámicos celebrada en Casablanca. Un duro golpe de estos partidos resentidos a la reputación internacional pretendida por el Trono alauí.
Aunque la dirección de las movilizaciones no fuera nacionalista rifeña (sino marroquí) y para nada independentista, esta campaña evolucionará a una autentica rebelión nacional rifeña, que puede considerarse continuación de la rebelión de 1958 y la precedente de 2017.
Relato de los hechos: primera fase, Marrakech
El miércoles 4 de enero de 1984, estudiantes de las escuelas de EGB y de los Institutos de Bachiller de Marrakech, en el sur de Marruecos, convocan una huelga general e inician una jornada de movilizaciones para protestar contra la subida de las tasas escolares. (Diario ABC, 25/01/1984)
Ante un Partido Comunista marroquí que se opone a las movilizaciones, los estudiantes se convierten en la vanguardia revolucionaria, atrayendo tras sí a una parte de la sociedad civil, ahogada por la subida de precios del consumo. Estas movilizaciones irán ganando en intensidad hasta ser aplastadas de manera violenta el lunes 9, provocando la represión decenas de muertos. A pesar de todo, todos los colegios y escuelas seguirán en huelga.
Segunda fase, el Rif
Con una evidente preparación (tras la que se intuye la mano de los partidos del régimen resentidos) en la víspera de la IV Cumbre de Países Islámicos (que se iniciaba el lunes 16), el jueves 12 y el viernes 13, el corazón del Rif (Nador y Hoceima) toma el relevo a Marraquech (Diario ABC, 25/01/1984). El Majzén, contra las cuerdas, intentando evitar su desprestigio internacional, apenas puede aislar militarmente el Rif, en virtud del Dhahir militar de 1959, impidiendo el paso a los periodistas.
Con la actividad periodística extranjera entorpecida por el régimen y el único diario de izquierdas Al Bayani suspendido, el conocimiento de los hechos los debemos a la vital labor de la Asociación de Marroquíes en Francia (AMF) y la Asociación de Trabajadores Marroquíes en Francia (ATMF) que se apoyan, sobre todo, en testimonios recibidos por teléfono, y en menor medida a la prensa española de izquierdas y a la prensa postfranquista de Melilla, que supo penetrar en Nador posiblemente al disponer de información privilegiada. (Ver Epílogo),
Así, conforme el trono alauí recibe a dignatarios de todos los países musulmanes, el Rif clamaba contra los agravios del régimen sucesor del colonialismo español. Paralelamente, las Milicias Auxiliares, integradas por colonos marroquíes en el Rif, se ensañaban con los manifestantes. El jueves día 19, mientras la IV Cumbre terminaba, la movilización del pueblo rifeño llegaba a su punto culminante, extendiéndose las protestas a Tetuán. No obstante, con el fin de la Cumbre llegará el fin de la libertad del pueblo rifeño para quejarse.
El viernes, día 20 de enero de 1984, o viernes negro, el Majzén utilizará a sus fuerzas profesionales de asalto para aplastar las movilizaciones. Ciento sesenta tetuaníes serán ametrallados, en Alhucemas serán medio centenar y en Nador setenta en un sólo día. Centenares de nadorienses, alhucemeses y tetuaníes resultarán heridos por la acción del ejército y/o serán detenidos. A pesar del carácter rifeño de la revuelta también se producirán heridos, detenciones y siete muertos en la ciudad de Marrakech, donde se iniciaron las revueltas.
El domingo 21, el Rey Hassán II aparecerá en televisión, enfurecido por el ridículo internacional de Casablanca, y responsabilizando de la revuelta a una conjunción de marxistas-leninistas, sionistas y jomenistas. En su discurso, acusará a los profesores de poner en primera línea a sus propios alumnos, llamándolos aubach (apaches, salvajes), nombre por el que desde entonces la extrema derecha marroquí conoce al pueblo norteño, aunque Hassán no se refiriera stricto sensu al pueblo rifeño.
En todo caso, se mostró amenazante, “Ya me conocéis. También conocéis mi firmeza”, recordando la revuelta rifeña de 1958-59, que él mismo ahogó. Ese mismo domingo, el Ejército terminaba de aplastar Tetuán y marchaba sobre Alhucemas, donde al parecer, ante la ofensiva, los manifestantes rifeños llegaron a tomar el cuartel de la Marina, consiguiendo armarse. Un centenar de rifeños de Alhucemas sería asesinado ese día.
Inmediatamente, son detenidos los líderes sindicales de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) de Nador, el Mahimi Hucien, el Armec Driss y Buhjar Mustafá; el secretario general del sindicato de marineros de Alhucemas, el Bazuri Abed, y Ait Solimán, del sindicato nacional de pequeños comerciantes de Rabat. A los pocos días, la cifra de detenidos ascenderá a más de 500 personas, los cuales serán puestos a disposición de un Tribunal Militar. Muchos de los asesinado y desaparecidos durante la funesta marcha militar de 1984, serán enterrados en fosas comunes, donde permanecen hasta el día de hoy, a pesar de la reclamación de los familiares de dar a los suyos santa sepultura.
Los logros de los “Aubach”, una victoria con forma de derrota
Durante el mismo discurso, el Rey asumiendo las reivindicaciones de “los Aubach” -sic-, anunció una serie de medidas para luchar contra el fraude y la especulación. Inmediatamente, fuerzas policiales se lanzaron a cerrar los establecimientos que en Casablanca y Rabat cobraban los productos básicos por encima del precio oficial, sancionando duramente a sus propietarios. Los medios de comunicación intentaron difundir que el Rey no pensaba autorizar las subidas y que la población, ¡desconfiada ella!, se había dejado engañar por los sindicatos.
Asistimos a una técnica, la de asunción de las demandas del bando contrario, que la Delegación del Gobierno español en Melilla y Ceuta repetirá con los rifeños en 1987, cuando, tras sus movilizaciones, el Gobierno español afirme que no pensaba aplicar la Ley de Extranjería en las Plazas, a pesar de llevar defendiéndolo desde finales de 1985.
El caso marroquí fue especialmente hiperbólico. El Rey, aparentando gran indignación, anunció que suspendería su visita a Marrakech, e inmediatamente los aparatos del Estado congregaron a 2.000 personas en la ciudad suplicando que por favor les perdonara y castigara de la manera más terribles a los revoltosos, muy posiblemente pensando en sus vecinos del norte.
Recuerdos de la revuelta
Profesor Ahmed Motiq, nadoriense participante en la revuelta:
¿Quién recuerda aquella sublevación de obreros y parados para lograr mejorar su situación?… fue vinculación al desarrollo del pueblo marroquí de carácter dinámico y compulsivo… Al otro lado (ejército), también había muertos y víctimas. No lo olvidéis, en un combate hay versiones de ambas partes.
Fátima, mujer rifeña:
“Aubach” significa “Apache”, que era como llamaban los invasores y usurpadores ingleses a los nativos americanos que resistieron a su invasión, haciendo referencia a la tribu “Apache”, Hassan II lo copió de allí, es un honor para mí que nos asemejen al honorable pueblo Apache, verdaderos americanos, que defendió su tierra y su pueblo de la plaga de invasores ingleses. Los ingleses lo utilizaron como insulto, se insultaba a los apaches con el nombre de su tribu.
Bualán, melillense:
He conocido a una mujer cuyo hijo era estudiante. Y fue muerto en esa revuelta, también mintieron e intimidaron, a las familias de los asesinados, las familias no denunciaron lo sucedido, temían por sus vidas en peligro, pero murieron muchos estudiantes, ahora se puede abrir una investigación, funcionaba la ley del terror en Nador, muchos apoyaron al gobierno por defender sus negocios sobre todo los comerciantes.
Laureano Folgar, médico melillense:
Los helicópteros eran visibles desde Melilla y el ruido de la M60 (cerda) que montaban esos helicópteros también. También conozco a quien trató esas heridas de bala. Tengo mi conciencia muy refrescada con ese tema.
Epílogo. El sospechoso papel de Melilla
Si algo resulta sospechoso, no obstante, fue el papel de las autoridades y medios de las Plazas de Ceuta y Melilla. A diferencia de diarios conservadores españoles como ABC, que trasmitieron los bulos del Majzén, tales como que los manifestantes querían establecer “una república islámica del Rif” (Diario ABC, 24/01/1984), el único diario de Melilla, que era orgánicamente de origen franquista, rivalizó con los diarios de izquierda en trasmitir con todo lujo de detalles la revuelta rifeña.
El hospital melillense de la Cruz Roja acogió a heridos rifeños (Diario El Telegrama de Melilla, 24/01/1984) mientras el Delegado del Gobierno de Ceuta, Manuel Peláez López, anunciaba que si algún manifestante solicitara asilo político “éste le sería concedido siempre de acuerdo con la legislación vigente” (Diario ABC, 24/01/1984) , ello mientras en ambas plazas se discutía como solucionar “el problema demográfico musulmán” (Diario El Telegrama de Melilla, 1982 “el proceso de marroquinización de Melilla”).
Estas incongruencias parecen resolverse si acudimos al considerado mayor experto en espionaje en España, Fernando Rueda. Por lo visto, en respuesta al bombardeo de Melilla y Ceuta de 1975 a 1979 por un supuesto grupo nacionalista marroquí, el servicio secreto militar español, el CESID, llevaría desde 1979 intentando formar un grupo de desestabilización de carácter independentista rifeño.
Para esta labor habrían intentado captar a un joven rifeño de Melilla, recién licenciado en Económicas y que por entonces (1979) estaba realizando unas molestas actividades en pro de la nacionalización de los entonces llamados “marroquíes asentados en Melilla”, se llamaba Omar Duddú:
—Vuestra lucha sin cuartel no tiene ninguna posibilidad de éxito y tú lo sabes mejor que nadie.
—Puede ser…
—Con tus dotes de infiltración te va a salir bastante más rentable trabajar con nosotros en una operación desestabilizadora mucho más viable.
—¿Con qué tipo de condiciones?
—Las mejores, y las mayores garantías. Lo sabrás en su momento.
—Ya hablaremos…
Con mayor o menor triunfo en su proyecto, en 1984 las autoridades de Melilla y Cebta habrían acogido la revuelta rifeña como un modo desvío y forma de debilitar las reivindicaciones marroquíes sobre las Plazas.
Dos años después, en 1986, la cuestión rifeña se les volvió en contra cuando los rifeños de Melilla y los yeblitas de Cebta empezaron a reclamar sus derechos civiles frente a la Ley de Extranjería.
La actitud de 1984 cambió en 1986, y las mismas autoridades militares de la Plaza, concretamente, un grupo de oficiales reunidos en el Regimiento de Caballería Acorazada Alcántara X, el lunes 27 de enero de 1986, trasladarían al Delegado del Gobierno socialista que si al día siguiente, las fuerzas de orden público no cargaban contra las manifestantes rifeñas, que se manifestaban en la Plaza de España, las fuerzas militares de la guarnición marcharían sobre ellas (Carazaba, 1992).
El líder rifeño Omar Duddú revelará esa doble moral hacia el pueblo norteño, típica del colonialismo, en un artículo en el diario Melilla Hoy, titulado “Entre la infamia y la estupidez”.
En él, corroboraría que mientras se negaban los derechos más básicos a los rifeños de Melilla, se urdían planes de instrumentalización de la causa rifeña por parte del servicio secreto militar del CESID, llegando a identificar a sus interlocutores, resultando ser el Canciller de España en Nador, Antonio Zapata, (Melilla Hoy, 14/01/1986) y un alto mando militar en la Plaza, Eduardo el gallego. Quince días después de hacer públicos estos detalles, el domicilio Duddú sería tiroteado desde un edificio relacionado al Estado español (Melilla Hoy, 31/01/1986).
Fuentes
Carabaza, Enrique y de Santos, Enrique (1992). Melilla y Ceuta: Las ultimas colonias. Ed. Talasa.
Gilson Miller, Susan (2013). Historia del Marruecos moderno. Ed. Cambridge University.
Laclau, Ernesto (2005). La razón populista. Ed. Fondo de Cultura Económica.
Rueda, Fernando (1993). La Casa: El CESID: agentes, operaciones secretas y actividades de los espías españoles. Temas de Hoy.
Hemeroteca de ABC, El País, El Telegrama de Melilla
Este texto del Colectivo Amazigh Melillense por la recuperación de la memoria histórica se publicó por primera vez en su web. Les damos las gracias por habernos permitido reproducirlo aquí.
[1] El Majzén es como se conoce la cúpula dirigente de Marruecos, el círculo cercano al rey. Majzén significa depósito, o almacén, una palabra derivada de este término en árabe.