El sindicato docente más grande de Florida presentó una demanda para impugnar una orden de reapertura de escuelas el próximo mes.

La noticia llegó el lunes de la semana pasada, cuando el estado reportó más de 10,000 nuevos casos de virus por sexto día consecutivo.

Es uno de los estados más afectados en los Estados Unidos.

Pero su comisionado de educación emitió una orden de emergencia que requiere que las escuelas estén abiertas al menos cinco días a la semana a partir del próximo mes.

Fedrick Ingram, presidente de la Asociación de Educación de Florida, dijo que la orden es “imprudente”.

“El gobernador debe aceptar la realidad de la situación aquí en Florida”, agregó.

“El virus está fuera de control. Tiene que aceptar las novedades científicas.

“Ahora parece que los niños de diez años en adelante pueden transmitir el coronavirus tan fácilmente como los adultos”.

Una encuesta de casi 50,000 personas realizada por el sindicato a principios de este mes descubrió que más de tres cuartos pensaban que su escuela no podría reabrir de manera segura el próximo mes.

Distancia

Y una mayoría preferiría que continuaran las clases a distancia en lugar de regresar a las escuelas.

Algunos maestros y simpatizantes han realizado protestas exigiendo un retraso en el inicio de la reapertura de las escuelas. Los carteles decían: “No puedo enseñar desde un ataúd” y “Hasta que los casos disminuyan, quédense online”.

El presidente Donald Trump ha amenazado con retener los fondos federales de las escuelas que no vuelvan a abrir.

Pero necesitaría la aprobación del Congreso para retener el dinero.

La secretaria de educación, Betsy DeVos, llegó al extremo de afirmar que “los niños son en realidad los que detienen la enfermedad” en una entrevista a principios de este mes. El análisis realizado por el periódico Washington Post mostró que sus afirmaciones se basan en un estudio alemán que no ha sido revisado por expertos.

Trump y sus patrocinadores del mundo de los negocios quieren un retorno a la obtención de ganancias, y eso significa que los padres vuelvan al trabajo. Pero hay resistencia en muchos estados.

Los dos distritos escolares más grandes, Los Ángeles y San Diego, han dicho que no permitirán que los estudiantes regresen a las aulas.

La crisis económica se profundiza

El movimiento Black Lives Matter está profundizando la crisis política y económica de la clase dominante estadounidense.

Más de 150.000 personas en los EE. UU. han muerto a causa de COVID-19, con más de 1.100 nuevas muertes diarias.

Alrededor de 20 millones de personas desempleadas esperaban que el Congreso decidiera esta semana si extender un programa que complementa los ingresos hasta por 515 euros por semana.

Ha sido un salvavidas clave durante la pandemia porque el esquema básico paga solo alrededor del 40 por ciento de los salarios.

El beneficio adicional expiró el fin de semana pasado, pero las conversaciones sobre un reemplazo continuaron.

E incluso si hay un nuevo esquema, sin duda pagará menos.

Esto aumentará la presión para regresar a lugares de trabajo inseguros.

El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, está indignado de que “las primeras prestaciones de desempleo en realidad pagaban a las personas por quedarse en casa”.

El senador Ted Cruz afirmó: “He hablado con propietarios de pequeñas empresas en todo el estado de Texas. Están llamando a sus camareros y camareras, están llamando a sus ayudantes, y no volverán”.

De hecho, hay 14 millones más de trabajadores desempleados que puestos vacantes.

A medida que crecen las múltiples crisis, tiene que haber resistencia y políticas socialistas.


Este artículo apareció en Socialist Worker, nuestra publicación hermana en GB.

La foto es de una protesta del año pasado por la Asociación de Educación de Florida