Xoán Vázquez
En un discurso pronunciado el pasado viernes el presidente francés Emmanuel Macron reiteraba su “determinación absoluta” de seguir adelante con sus reformas del Código de Trabajo al tiempo que advertía que “no cedería nada” ante “los holgazanes (fainéants), los cínicos o los extremos”.
Ayer, 12 de septiembre, más de 500.000 personas en 180 ciudades tomaban las calles en una jornada de huelga que, convocada por CGT, SUD-Solidaires, CNT, CNT-SO y FSU, ya es denominada familiarmente como “la revuelta de los holgazanes”.
Aunque la convocatoria de la manifestación no estaba firmada por todos los sindicatos franceses, sí es casi generalizado el descontento entre todos ellos sobre la mayoría de los puntos de la nueva reforma laboral, que acentúa sobre los cambios introducidos por el Gobierno del ex primer ministro socialista Manuel Valls.
La reforma laboral es el primer gran proyecto legislativo de la presidencia de Macron. El pasado agosto, el primer ministro, Édouard Philippe, presentó las cinco ordenanzas de las que consta la reforma. Las ordenanzas son textos legislativos que pueden aprobarse sin pasar por el proceso de debates y enmiendas del Parlamento. El Gobierno las somete al Parlamento y este lo adopta o lo rechaza. La reforma establece límites a las indemnizaciones por despido improcedente; ofrece más libertad a las multinacionales para despedir a trabajadores en caso de crisis; agiliza la negociación laboral en las pequeñas empresas, que pueden llegar a acuerdos esquivando los sindicatos; y simplifica las instancias de negociación dentro de las empresas.
Esto es solo el comienzo, como nos recuerda Macron y su ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud. Por cierto, esta última, que pretende actuar para el bien de los/as trabajadores/as, comenzó por hacer el bien a sí misma y se aprovechó de un ERE para 900 trabajadores de Danone, para lograr una plusvalía “modesta” de 1,13 millones de euros en 2013. En ese momento, ella era la Directora general de Recursos Humanos del grupo.
Macron y su camarilla van a entregar los trabajadores atados de pies y manos a los empresarios subordinando los derechos de los trabajadores a los requerimientos del negocio. El gobierno toma el ejemplo de países en los que se han aprobado ya tan nefastas medidas, como Italia o Alemania, alegando que la situación ha mejorado. Son mentiras. Estas reformas sólo acaban proporcionando mano de obra intensiva a las empresas que, por el contrario, sólo contratan cuando lo necesitan. En Alemania, un estudio reciente demuestra que los empresarios aprovecharon las reformas para convertir puestos de trabajo fijos en puestos de trabajo precarios subvencionados, y que ¡dos millones de trabajadores ganan menos de seis euros por hora! En Italia, después de un inesperado boom inicial, el desempleo ha vuelto a subir.
El éxito de la jornada del 12S ha cambiado el ambiente. Desde este día muchos/as trabajadores/as hablarán de los ataques de Macron. Pero no será suficiente para ganar. Se necesitará más poder que la movilización contra la ley laboral, una unidad comparable a la construida en 1995 contra el plan Juppé o en 2006 contra el CPE. Esto se está construyendo, y todas las fuerzas son necesarias para eso.
Como señala Robert Pelletier en un artículo titulado “Holgazanes” de todo el país, ¡unámonos! aparecido en el periódico L’Anticapitaliste:
“El meeting unitario del 9 de septiembre impulsado por la Fundación Copernic muestra que es posible sentarse alrededor de una mesa para decidir las modalidades de construcción de la movilización. Ya la fecha fijada por la CGT del 21 de septiembre debe servir de relevo, punto de apoyo al enraizamiento del movimiento. El compromiso de muchas estructuras del sindicato FO el 12 de septiembre, las posiciones menos conciliadoras de la CFE-CGC, e incluso Laurent Berger muestran oportunidades para ampliar el movimiento. Y corresponde a los dirigentes La France Insoumise hacer que su movilización del 23 de septiembre permita la expansión del movimiento. Como sabemos la unidad es un combate, pero también un activo considerable para movilizar… y ganar”.