Corriente Socialismo Internacional (IST)
1. Saludamos a todas aquellas personas que salieron a las calles en Corea del Sur anoche para oponerse al intento del presidente Yoon Suk-yeol de imponer la ley marcial, así como le obligaron a retirar su declaración seis horas después.
2. La incompetencia con la que Yoon y sus compinches llevaron a cabo el golpe no es motivo de complacencia. Fue un intento serio de silenciar a la mayoría opositora en la Asamblea Nacional y de suprimir toda actividad política. Se dirigió especialmente contra el movimiento obrero, con cláusulas en la declaración que prohibían las huelgas, las protestas y ordenaban a las personas trabajadoras médicas en huelga a que regresaran al trabajo. Si se les permite un respiro, Yoon y sus partidarios de la derecha pueden aprender de sus errores y volver a intentarlo por segunda vez.
3. Corea ha sido una sociedad amargamente dividida desde la guerra civil que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Esto se expresa en la partición de la península entre el Norte y el Sur. La derecha surcoreana sigue recordando la dictadura militar de 1961-87. La última vez que el general Chun Doo-hwan impuso la ley marcial fue cuando tomó el poder en 1979 y reprimió brutalmente el levantamiento de Gwangju. En 2017, se necesitaron huelgas masivas de las y los trabajadores ferroviarios para expulsar a la corrupta presidenta de derechas, Park Geun-hye, hija del dictador militar original, Park Chung-hee.
4. Incluso después de que una revuelta obrera y estudiantil pusiera fin al régimen militar en 1987, la amenaza de Corea del Norte se ha utilizado para justificar amplias restricciones de las libertades civiles en virtud de la Ley de Seguridad Nacional. Yoon jugó con la amenaza del Norte en su discurso de anoche 3 de diciembre, denunciando “las amenazas de las fuerzas comunistas norcoreanas y… las desvergonzadas fuerzas pro-norcoreanas antiestatales”. Ha sido un aliado leal de EEUU, intensificando la muy peligrosa confrontación con Corea del Norte, apoyando la contención de China y enviando ayuda a Ucrania.
5. El intento de golpe de Estado tiene importancia mundial. Otros presidentes neoliberales —Emmanuel Macron en Francia y Javier Milei en Argentina— tienen dificultades para implementar sus políticas sin mayorías parlamentarias. Si Yoon lo logra, esto sería un precedente tentador. Cuando Donald Trump regrese a la Casa Blanca en enero, los republicanos controlarán todos los poderes del gobierno estadounidense. Pero si las cosas empiezan a irle mal, se verá tentado a recurrir a métodos directamente antidemocráticos. El asalto al Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021, que Trump alentó, fracasó cuando el aparato de seguridad nacional finalmente intervino para detenerlo. No podemos contar con tener tanta suerte nuevamente.
6. La incompetencia de Yoon ha animado a algunos sectores de la izquierda a decir que los golpes de Estado están pasados de moda. Eso es una estupidez. El levantamiento de masas más importante del siglo XXI, la revolución egipcia del 25 de enero de 2011, fue aplastado por el sangriento golpe militar montado por el mariscal de campo Abdel Fattah El-Sisi el 3 de julio de 2013. Ha habido una serie de golpes de Estado fallidos en América Latina, donde regímenes militares asesinos gobernaron y siguen presentes en nuestra memoria.
7. La declaración de la ley marcial en Corea del Sur es otro síntoma más de la desestabilización de la política burguesa dominante desde la crisis financiera mundial. Hay que aplastarla por completo y expulsar a Yoon y a sus compinches de sus cargos y encarcelarlos lo antes posible. La huelga general indefinida convocada por la Confederación Coreana de Sindicatos debe llevarse a cabo con la máxima fuerza hasta que la administración de Yoon sea derrocada por completo. Si Yoon intenta mantenerse en el poder, ayudaremos a construir un movimiento de protesta mundial en solidaridad con la lucha para defender la democracia en Corea del Sur.
Coordinación de la Corriente Socialista Internacional (IST)
4 de diciembre de 2024
Ver también:
Corea del Sur: ¡Yoon Seok-yeol debe dimitir!
Workers Solidarity (Corea del Sur)