ES CA

Sebastián Castiglioni Gramajo

Volver a casa después de un año nunca había sido algo que me generara preocupación o angustia, pero esta vez ha sido distinto.

Desde que ganó las elecciones Milei, para todo el pueblo argentino ha comportado recibir una mala noticia, cada vez que mirábamos la televisión, hablábamos por teléfono, o cuando tocaba hacer la compra o pagar los gastos.

Incluso las personas que, como yo, no vivimos actualmente en Argentina, también estamos al corriente y sentimos la angustia y el dolor del pueblo. Y no solo por la situación económica, sino también por el negacionismo y el trato cercano que tiene este gobierno con los genocidas que perpetuaron la última dictadura en el país, que todavía deja a madres sin hijos, abuelas sin nietos y personas que no conocen su identidad.

Muchas personas caen bajo el autoengaño que, aunque su discurso es terrible, el gobierno de Milei está mejorando la economía, que solo debemos darle tiempo…

Pero, ¿cuánto tiempo deben esperar las 35 personas contadas que he visto durmiendo en el Subte (metro)? ¿Y las cinco que han muerto en la calle por el frío? ¿Y los miles de familias que llegan a los comedores populares porque en casa no tienen nada? ¿Cuánto tiempo deben esperar las escuelas y universidades que han comenzado las clases sin luz o que deben recibir a los estudiantes con hambre porque no tienen comida en su casa? ¿O los jóvenes que deben salir cada día a vender lo que sea que encuentren para alimentar a sus familias?

Que no hay dinero se mentira, y que debemos darle tiempo también lo es, porque mientras el pueblo muere de frío, de hambre y de angustia, Milei y su gobierno compran aviones de guerra en Estados Unidos, viajan por todas partes del mundo, realizan mejoras innecesarias en sus propiedades y se gastan millones en hoteles y en encuentros con los fascistas de América y Europa.

Grandes empresarios

Además, aunque el pueblo ha sufrido una pérdida de aproximadamente el 40% del sueldo, los grandes empresarios han reportado beneficios de aproximadamente un 800%: cada centavo que le han robado al pueblo trabajador.

Además, también ha sido muy desalentador el tema del genocidio que sigue sufriendo el pueblo palestino hace casi diez meses (que como ya todos sabemos, llevan más de setenta y seis años viviendo bajo una ocupación ilegal y un estado de apartheid). Es que los mayores medios de información no ofrecen noticias verídicas y lo único que llega siempre es desde el foco israelí, ya que en Argentina la comunidad sionista (que no la judía, y hay que aclarar que hay muchos judíos que no son sionistas y que no apoyan el estado ilegítimo de Israel) es muy fuerte.

Hay grupos como Judies x Palestina (@judiesxpalestina en Instagram) que tratan de difundir información y realizar protestas y actos. Aunque hacen un trabajo muy bueno y admirable, nunca llegan a la magnitud que vemos en el resto del mundo. También es cierto que es muy complicado hablar de temas extranjeros cuando la gente está muy fijada y (razonablemente) preocupada por lo que ocurre en nuestro país.

Como ya sabemos, el resurgimiento del fascismo a escala global está estrechamente relacionado con el desgaste del capitalismo, que hace mucho tiempo que no aporta nada bueno al mundo (si es que en algún momento lo ha hecho…), y que cada día más y más de nosotros nos damos cuenta de que es necesario realizar un cambio radical y urgente del sistema si queremos sobrevivir, tanto nosotros los humanos como todos los seres vivos y la misma Tierra, que sufrimos los excesos y abusos de la clase dominante.


El autor es militante de Marx21 Catalunya, procedente de Argentina.