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Una declaración de la Corriente Socialista Internacional, de la que forma parte Marx21, en respuesta al ataque de Israel.

1 Los ataques lanzados por Hamás y otras organizaciones de resistencia el 7 de octubre fueron una advertencia acerca de que no puede haber paz en Oriente Medio hasta que se resuelva la cuestión palestina. Pero la reacción del Estado de Israel y sus aliados occidentales, encabezados por Estados Unidos, es lanzar una nueva guerra imperialista. El ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra Gaza ya ha causado miles de muertes de civiles y una enorme devastación y alteración de la vida de la gente corriente.

2 Demasiados miembros de la izquierda liberal y reformista se han apresurado a seguir a sus gobiernos al condenar a Hamás y afirmar el derecho de Israel a la autodefensa. La avalancha de historias de atrocidades en los medios de comunicación ha oscurecido lo que realmente ocurrió el 7 de octubre. Pero cuando opresor y oprimido chocan no puede haber neutralidad ni equivalencia. Apoyamos el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino y su derecho a librar una lucha armada contra el Estado colonial israelí.

3 El corrupto gobierno de extrema derecha de Benjamín Netanyahu, con el apoyo de la administración Biden, había estado tratando de “normalizar” las relaciones con Arabia Saudita, tras los “Acuerdos de Abraham” con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin en 2020. Netanyahu buscó marginar a los palestinos enfrentando a Hamas contra la Autoridad Palestina mientras los colonos sionistas y las FDI seguían desposeyendo y expulsando a la población palestina en Cisjordania y Jerusalén Este.

4 Los ataques del 7 de octubre han demostrado brutalmente que el pueblo palestino no puede ser ignorado ni marginado. También han humillado al sistema militar y de seguridad israelí, que no supo anticipar los ataques y tardó en repelerlos. Para los gobernantes racistas de Israel, esta derrota debe ser castigada mediante una venganza espectacular.

5 La extrema derecha israelí, cuya influencia ha aumentado enormemente con Netanyahu, también ve la nueva guerra como una oportunidad para hacer realidad su sueño de “la transferencia”: la expulsión masiva de la población palestina de los Territorios Ocupados. Las órdenes de las FDI a los palestinos en Gaza de avanzar hacia el sur, hacia la frontera con Egipto, se consideran en general como un primer paso hacia la realización de este objetivo, al empujarlos hacia el desierto del Sinaí. Estados Unidos ha tratado de presionar al gobierno egipcio para que abra la frontera y Netanyahu presionó a la UE para que hiciera lo mismo. Mientras tanto, las y los colonos han intensificado las expulsiones de pastores beduinos de Cisjordania. Los gobiernos de Oriente Medio deben advertir tanto a Israel como a las potencias occidentales que una segunda Nakba significará una guerra general en la región.

6 Estados Unidos, la Unión Europea y los principales Estados de Europa occidental se han apresurado a respaldar a Israel, no solo con palabras, sino también con apoyo militar (en el caso de Estados Unidos, dos grupos de portaaviones, 2.000 marines y aviones) y sistemas de defensa aéreos. La administración Biden ha sido contundente al definir a Hamás y a Putin como a enemigos de la “democracia”. Para el resto del mundo, esto simplemente ha subrayado la hipocresía con la que Estados Unidos y la OTAN han librado una guerra por poderes con Rusia, apoyando el derecho de las y los ucranianos a la autodefensa y denunciando la invasión y los ataques de Moscú contra civiles e infraestructuras, mientras niegan al pueblo palestino el mismo derecho y hacen la vista gorda ante las atrocidades de Israel.

7 De hecho, Israel y sus partidarios imperialistas occidentales se encuentran en una posición vulnerable. Si Irán y Hezbolá en el Líbano se unieran a la guerra, las FDI se encontrarían en apuros. Estados Unidos se está apresurando a proteger a sus propias tropas y bases en la región, aunque los ataques que está realizando, por ejemplo contra objetivos en Siria y Yemen, podrían precipitar una guerra más amplia que está tratando de evitar. Washington también busca gestionar las relaciones con China, cuya influencia económica y política, en Oriente Medio, está creciendo rápidamente. La escalada militar en la región podría exacerbar las crecientes rivalidades interimperialistas a escala mundial. De ahí la creciente presión sobre Israel por parte de Estados Unidos y muchos otros gobiernos para que adopte medidas “humanitarias” para aliviar el sufrimiento civil en Gaza.

8 El asedio de Gaza ha estimulado un enorme movimiento mundial de solidaridad con Palestina, incluso en aquellos países donde la represión es intensa. Esto se ha desarrollado a pesar de las campañas oficiales, que se han intensificado en los últimos años, para tildar al antisionismo de antisemitismo, así como de los esfuerzos, especialmente en Europa, por criminalizar la solidaridad con Palestina. En algunos países, la escalada y el creciente movimiento de solidaridad con Palestina van acompañados de una nueva ola de represión y racismo antimusulmán. Nos oponemos a las prohibiciones de manifestaciones y a los ataques racistas contra las poblaciones palestina y musulmana en muchos países, a quienes se les niega el derecho a manifestarse y se les acusa de antisemitismo. Las y los manifestantes incluyen un número cada vez mayor de judíos en todo el mundo que se niegan a permitir que Israel hable en su nombre. Nosotros, en la corriente Socialismo Internacional, hemos participado activamente en la construcción de manifestaciones masivas y nos comprometemos a continuar haciéndolo. Las personas socialistas debemos estar en el centro del movimiento: éste contiene un potencial real en diferentes países para fortalecer cualitativamente a la izquierda revolucionaria.

9 El actual movimiento de solidaridad palestino representa una impresionante oleada de internacionalismo popular que ha dado voz a la profunda ira contra nuestras clases dominantes, que tan descaradamente se han puesto del lado del sionismo. Presionar a nuestros gobiernos es clave. El enfoque variará de un país a otro, pero demandas como la de expulsar al embajador israelí pueden proporcionar un medio concreto para obligar a los gobiernos a cambiar.

10 La solidaridad debe expresarse no solo en las calles. Las manifestaciones masivas deben ser reforzadas por la acción directa y comunitaria y por la afirmación del poder organizado de la clase trabajadora. El movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) ha sido objeto de un creciente ataque estatal en los últimos años. Es necesario intensificar los esfuerzos para construirlo. La solidaridad con Palestina dentro de los sindicatos es especialmente importante. Durante la Intifada de la Unidad de 2021, los portuarios de todo el mundo, desde Italia hasta Sudáfrica y Estados Unidos, bloquearon el suministro de armas a Israel. Necesitamos aprovechar este ejemplo. El apoyo a la libertad palestina ha resurgido en las universidades y la acción combativa en apoyo del BDS puede ayudar a reconstruir un movimiento estudiantil radical fuerte. Las y los activistas también pueden promover el BDS en sus áreas locales, por ejemplo pidiendo que se retiren los productos israelíes de los supermercados.

11 No puede haber solución a la cuestión palestina mientras exista el Estado colonial sionista de Israel. Se basa estructuralmente en el despojo y la opresión del pueblo palestino. No puede coexistir pacíficamente con este pueblo, sino que debe librar una guerra perpetua contra él o, como exige la extrema derecha, exterminarlo o expulsarlo. Además, los ataques del 7 de octubre demostraron que este Estado ni siquiera puede garantizar la seguridad de sus propios ciudadanos judíos, el objetivo histórico del sionismo. Apoyamos la visión original del movimiento nacional palestino de un Estado democrático secular en el territorio de Israel y los Territorios Ocupados donde árabes y judíos, musulmanes, cristianos y aquellos sin religión puedan coexistir pacíficamente con igualdad de derechos. Consideramos muy significativo el surgimiento de una nueva generación de activistas radicales dentro de Palestina que rechazan la fallida visión de dos estados, la corrupta traición de la Autoridad Palestina y que buscan reconstruir la resistencia masiva de intifadas anteriores.

12 La resistencia palestina es una condición esencial para la consecución de este Estado. Pero es necesario movilizar el poder de todo el mundo árabe para derrotar al organismo de control imperialista occidental que es Israel. Los regímenes árabes existentes, corruptos, opresivos y estrechamente vinculados al imperialismo, han demostrado desde hace tiempo que son incapaces de librar esta lucha. La revolución socialista en el Oriente árabe, donde la clase trabajadora, la gente pobre urbana y las y los campesinos derrocarían estos regímenes, completando las condiciones para la victoria sobre Israel. Los levantamientos de 2011 y más recientemente en Argelia y Sudán nos dieron una idea del potencial para una revolución en Oriente Medio y la región del Norte de África. Uno de los peligros más importantes para el imperialismo occidental creado por la salvaje guerra de venganza de Israel contra los palestinos es que está haciendo que las masas árabes vuelvan a las calles. Como solía decir Tony Cliff, el fundador de nuestra corriente, el camino a Jerusalén pasa por El Cairo.

La Coordinación de la Corriente Socialismo Internacional, 31 de octubre de 2023.