Hamas nació como resultado de la resistencia contra el Estado de Israel.
Su nombre proviene de un acrónimo en árabe que significa Movimiento de Resistencia Islámica.
Fue fundado en 1987 durante el estallido de la primera intifada o levantamiento. Pero durante décadas antes, sus miembros se centraron principalmente en temas de salud y bienestar general.
La primera intifada terminó en 1993 con la premisa de un acuerdo de paz integral. El acuerdo, intermediado por Estados Unidos y la Unión Europea, contó con el respaldo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el gobierno israelí.
Se conoció como los Acuerdos de Oslo. A cambio de reconocer a Israel, la OLP y sus aliados obtuvieron un control limitado sobre la Franja de Gaza y Cisjordania.
Sin embargo, las cuestiones centrales, como el estatus del Jerusalén oriental árabe y el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares, se pospusieron para “negociaciones de estatus final” que se celebrarían en una fecha futura.
Hamas rechazó el acuerdo y se negó a participar en las elecciones para la Autoridad Palestina en 1996. El partido principal, Fatah, ganó la mayoría en el nuevo parlamento.
Mientras tanto, los israelíes continuaron apropiándose de tierras palestinas y expandiendo sus asentamientos. Además, en Estados Unidos, el Senado aprobó un proyecto de ley para trasladar la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén. Esto significaba que la ciudad sería la capital “indivisible” de Israel.
Durante este período, Hamas se convirtió en el foco de la desilusión. El grupo desempeñó un papel central en la Segunda Intifada, que estalló en 2000. En Cisjordania y la Franja de Gaza, los palestinos llevaron a cabo una feroz resistencia contra la ocupación, incluso utilizando atentados suicidas.
En las elecciones de 2006, Hamás arrasó en Gaza, y ganó una mayoría en el conjunto de Gaza y Cisjordania, con el 44,4% frente al 41,4% de Fatah.
Sin embargo, el gobierno liderado por Hamas se colapsó después de un golpe organizado por Fatah y respaldado por Israel y Estados Unidos. Hamas sigue siendo el partido gobernante en Gaza.
Aunque nació de la ira en las calles, Hamas se ha visto involucrado en negociaciones. El grupo se niega formalmente a reconocer al Estado de Israel, pero ha aceptado lentamente el argumento de que un estado palestino puede coexistir con Israel.
Aboga por que el territorio palestino se restaure a lo que era en 1967. Pero esto no implica recuperar las tierras que Israel robó en la Nakba de 1948.
Es por eso que algunas voces israelíes en el pasado reciente han abogado por negociaciones con el grupo.
Pero no puede haber una solución negociada para la opresión del pueblo palestino, a menos que se base en permitir que todos los palestinos regresen a sus hogares.
Solo cuando puedan vivir como ciudadanos iguales puede haber paz.
Gaza ocupada: una prisión al aire libre
Hamas lanzó sus ataques desde Gaza, la prisión al aire libre más grande del mundo. Aunque no está formalmente bajo control de Israel, está sometida a su asedio y bloqueo.
Unos 2,3 millones de personas están confinadas en un área que es la mitad del tamaño de Lanzarote. La mayoría de la población tiene menos de 18 años y dos tercios son refugiados.
Israel ocupó Gaza durante la guerra de 1967. La problemática de controlar a una población insurgente hizo que retirara sus tropas y a unos 7.000 colonos en 2005. Cuando su pueblo eligió democráticamente a Hamas en 2006, Israel intensificó la represión.
Dov Weissglass, asesor del primer ministro israelí en ese momento, dejó claro que el plan era aumentar el sufrimiento palestino como castigo por el voto a favor de Hamas. “La idea”, dijo, “es poner a los palestinos a dieta, pero no dejarlos morir de hambre”.
Junto con el régimen egipcio, Israel todavía asfixia el territorio. El movimiento de bienes y personas está estrictamente controlado.
Gaza tiene una de las densidades de población más altas del mundo. Según las Naciones Unidas, casi 600.000 personas refugiadas en Gaza viven en ocho campos superpoblados.
En promedio, hay más de 5.700 personas por kilómetro cuadrado, muy similar a la densidad de la población en Londres, pero esa cifra aumenta a más de 9.000 en la ciudad de Gaza.
Israel lanza periódicamente importantes asaltos militares y campañas de bombardeos contra la población civil en Gaza, matando a cientos en cada ocasión.
En su ataque de 2014, Israel mató a más de 2.200 palestinos, incluyendo a 500 niños, en el espacio de seis semanas.
El asalto destruyó o dañó 140.000 hogares. En 2012, la ONU dijo que si Israel no levantaba el asedio a Gaza, el territorio no sería habitable para 2020.
Tres años después de ese plazo, no ha habido mejoras.
Se esperaba que Israel lanzara una invasión terrestre en Gaza esta semana. Pero eso volverá a ser un problema para Israel al tratar de controlar a una población insurgente.
Y el primer ministro Benjamin Netanyahu también será cauteloso antes de iniciar una guerra más amplia con Hezbolá en Líbano o con fuerzas respaldadas por Irán. Hezbolá derrotó a Israel en 2006.