Marx21
Hamás ha llevado a cabo una serie de ataques contra Israel, traspasando el muro fronterizo y tomando brevemente el control de ciudades y puestos militares israelíes.
Este es un acto de resistencia contra la brutal ocupación israelí. Más de 200 palestinos ya habían muerto este año en tiroteos israelíes casi diarios y por la violencia de los colonos. Nos solidarizamos con la resistencia palestina contra Israel.
Esta guerra no comenzó cuando Hamás envió cohetes y soldados a través de la frontera. Israel ha estado librando una guerra contra toda la población civil de Gaza casi continuamente desde 2007.
Desde entonces han sufrido cuatro guerras importantes en las que han muerto alrededor de 5.400 palestinos, según la ONU, frente a menos de 100 israelíes, la mayoría de ellos soldados.
Israel ha bloqueado la zona durante más de 15 años, atrapando a 2,3 millones de personas en una prisión al aire libre. Cerca del 60 por ciento de la población de Gaza vive en la pobreza y depende de la ayuda alimentaria, sin agua potable ni electricidad fiable. Los constantes bombardeos han dejado casas, hospitales y escuelas en ruinas.
En un acto de castigo colectivo, ahora Israel ha cortado toda la electricidad y está impidiendo la entrada de combustible y mercancías a Gaza.
La mayor parte de la población de Gaza son personas refugiadas, expulsadas de sus casas en 1948 cuando se estableció el Estado sionista de Israel.
Como era de esperar, el gobierno español se ha alineado de facto con Estados Unidos y otros líderes occidentales, poniéndose del lado de Israel, “condenando inequívocamente” a Hamás y olvidando la promesa hecha por Sánchez en 2015 de reconocer el Estado palestino si él llegaba a ser presidente del gobierno.
“Seguimos con consternación el ataque terrorista contra Israel y nos solidarizamos con las víctimas y sus familiares” declaraba Pedro Sánchez.
No dijo nada sobre las abominables condiciones en Gaza o la ocupación y el terror de Israel contra el pueblo palestino.
Israel humillado
Justo cuando el gobierno israelí más derechista y agresivo jamás visto se jactaba de un acuerdo histórico en Oriente Medio centrado en el pacto con Arabia Saudita, los ataques de Hamás han asestado el mayor golpe contra Israel en décadas.
Más de 700 israelíes han muerto y decenas han sido tomados como rehenes. Hamás espera canjear a los rehenes por prisioneros i prisioneras palestinas u otras concesiones.
Su jefe adjunto, Saleh al-Arouri, dijo a Al Jazeera que Hamás tenía suficientes rehenes para liberar a las 5.200 personas palestinas encarceladas de las cárceles israelíes.
Pero Israel se cobrará un precio brutal por el humillante ataque. El presidente israelí, Benjamín Netanyahu, ha declarado que “tomará una poderosa venganza” y hará que Gaza “pague un precio sin precedentes”.
Los ataques aéreos de Israel ya han alcanzado varios bolques de pisos residenciales, matando a más de 300 palestinos en el primer día. En la gran guerra de 2014, Israel mató a 2.200 personas palestinas en siete semanas. Esa guerra incluyó una invasión terrestre de Gaza, y muchos esperan que Israel lance nuevamente una operación de ese tipo.
El pueblo palestino ha seguido resistiendo valientemente. Pero la resistencia militar palestina por sí sola no tiene el poder de poner fin a la ocupación israelí.
Hamás ha hecho un llamamiento a las armas dirigido a los partidarios de Palestina en la región. “Todos debemos librar esta batalla, especialmente los combatientes de la resistencia en Cisjordania”, dijo el líder adjunto de Hamás en la Cisjordania ocupada.
La cuestión crucial será si la lucha se extiende a los Estados árabes que rodean a Israel.
Aliado imperialista
Israel está armado hasta los dientes por el imperialismo estadounidense, con las bombas, aviones de combate y sistemas de defensa antimisiles más avanzados. Tiene uno de los ejércitos más poderosos del mundo y una ventaja militar abrumadora sobre otros Estados de la región.
Desde su fundación ha dependido del apoyo de las potencias imperialistas occidentales para apoderarse y ocupar tierras palestinas, desempeñando a cambio un papel clave en la imposición del poder estadounidense en los Estados árabes circundantes. Todavía recibe más de 4.000 millones de dólares en ayuda militar estadounidense cada año, solo superado por Ucrania.
Esto no responde a ningún supuesto “lobby judío”: esa idea forma parte de una visión antisemita que no ayuda a entender la situación en absoluto. Más bien, el Estado israelí, como entidad colonial en una región clave, es un aliado esencial del imperialismo occidental. Por eso lo apoyan incluso personajes como Donald Trump o el dirigente ultra húngaro, Viktor Orbán, que también promueven el antisemitismo.
Resistencias
Algunas de las resistencias palestinas más poderosas han sido los movimientos de protesta masiva que incluyen manifestaciones, desobediencia civil y huelgas.
En la “intifada de unidad” de 2021, las y los palestinos organizaron protestas y huelgas en toda la Palestina histórica, desde Haifa y Lydd hasta los territorios ocupados de Jerusalén, Gaza y Cisjordania. Esto ayudó a poner la atención mundial sobre el racismo y la violencia de los colonos israelíes y su continua expulsión de personas palestinas de lugares como Sheikh Jarrah.
El mayor temor de Israel es la forma en que la resistencia palestina ha inspirado movimientos desde abajo en todo el mundo árabe. Existe una profunda solidaridad con la lucha palestina en toda la región.
Las manifestaciones de solidaridad con Palestina desempeñaron un papel importante a la hora de alimentar la oposición al régimen en Egipto en el período previo a la revolución de 2011. La primera intifada palestina, en 1988, inspiró un levantamiento desde abajo en Argelia ese mismo año.
Israel depende de los corruptos gobernantes árabes de países como Egipto, Jordania y Arabia Saudita para que le ayuden a mantener el control sobre las y los palestinos. El dictador egipcio Abdel Fattah al-Sisi ayuda a sellar la frontera con Gaza que impone el bloqueo de Israel.
Las revoluciones de 2011 en países como Egipto y Túnez finalmente fueron derrotadas. Pero mostraron el poder de la clase trabajadora árabe para derrocar regímenes. En última instancia, la libertad de Palestina requerirá una revolución desde abajo en todo el mundo árabe.
En este momento, el pueblo palestino necesita la más amplia solidaridad internacional posible con su lucha, mientras Netanyahu amenaza con extender la ocupación y reducir partes de Gaza a escombros.