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Ninguna de las grandes potencias o los grupos militares en disputa en este país de África occidental están interesados en la gente común.

Charlie Kimber

Un golpe de Estado en Níger, en África occidental, es un gran golpe para el imperialismo. El “corresponsal de seguridad” de la BBC, Frank Gardner, siempre una guía confiable para el pensamiento del Estado británico, dijo: “La influencia occidental en la región se está reduciendo como una piscina de agua en la temporada seca”.

El presidente Mohamed Bazoum fue detenido por su propia guardia presidencial el miércoles, 26 de julio, en un golpe de Estado que el grueso del ejército luego apoyó. Al día siguiente, cientos de personas se reunieron en Niamey, la capital de Níger, ondeando banderas rusas.

Abdourahmane Tchiani lideró la revuelta atrincherando a Bazoum dentro de su residencia y exigiendo su renuncia.

Tchiani apareció brevemente en televisión el viernes, 28 de julio, para decir que se había apoderado del país. Yevgeny Prigozhin, jefe del Grupo Wagner de Rusia, dio la bienvenida al golpe y ofreció a sus nuevos líderes los servicios de su grupo mercenario.

A cambio de fajos de dinero en efectivo, el ahora derrocado Bazoum había permitido con entusiasmo que las fuerzas militares occidentales operaran dentro del país. También prometió a la Unión Europea (UE) que dificultaría el paso de las personas refugiadas en su camino hacia Europa.

El gobierno británico, que respalda dictaduras en África y el mundo, dijo esta semana que quiere ver el fin de “los eventos inaceptables y garantizar la restauración completa y rápida de las instituciones democráticamente elegidas de Níger”.

Níger había respaldado una resolución en las Naciones Unidas el año pasado que condenaba la invasión rusa de Ucrania; otros muchos países africanos no lo hicieron.

Francia tiene una gran base en Niamey y Alemania ha entrenado el ejército de Níger. Estados Unidos tiene dos bases de aviones no tripulados, una de ellas cerca de la desértica ciudad de Agadez, y tiene 1.100 militares en el país.

El secretario de Estado de Estados Unidos, su “ministro de exteriores”, Antony Blinken, ofreció a Bazoum su “firme apoyo” y advirtió a los detenidos que “cientos de millones de dólares de asistencia” estaban en riesgo. Pero fueron palabras vacías. Es muy poco probable que Bazoum sea restaurado en el cargo.

En febrero, la UE lanzó una “misión de asociación militar” para apoyar el entrenamiento de tropas del mismo ejército que respaldó el golpe, y en marzo acordó proporcionarle 40 millones de euros.

Occidente quería usar a Níger para extender su influencia en la región y mantener fuera a Rusia y China. Níger produce alrededor del 5% del uranio del mundo, un componente crucial de la energía nuclear, pero lo exporta todo a Francia, que obtiene el 70 por ciento de su electricidad de fuentes nucleares.


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Josep Borrell, el jefe de la diplomacia de la UE, se reunió con Bazoum, y posiblemente con algunos de los insurrectos, hace pocas semanas.

Durante ese viaje, Borrell elogió a Níger como “un remanso de estabilidad”. “Níger es un socio sólido y confiable, tanto políticamente como en términos de seguridad”, dijo Borrell. “Y apoyamos enormemente al presidente Bazoum, con todas nuestras fuerzas”.

Como informa el periódico Financial Times, “Desafortunadamente para Borrell, las fuerzas especiales insurreccionales tenían otros planes”.

La agitación en Níger sigue a los golpes de Estado en los vecinos Malí y Burkina Faso en 2021 y 2022 que debilitaron la influencia occidental en el área alrededor del desierto del Sahara.

En Malí, tras el golpe de Estado de 2021, el nuevo régimen expulsó a las tropas francesas y firmó un contrato con los agentes de Wagner, la empresa rusa de mercenarios.

Ibrahim Traore, presidente de Burkina Faso, dijo en una sesión de la Cumbre Rusia-África el viernes después del golpe: “Los países africanos han sufrido durante décadas una forma bárbara y brutal de colonialismo e imperialismo, que podría llamarse una forma moderna de esclavitud. Sin embargo, un esclavo que no lucha por su libertad no merece ninguna indulgencia. Los jefes de los Estados africanos no deben comportarse como marionetas en manos de los imperialistas”.

Pero el imperialismo de Putin o Wagner no ofrecen ninguna alternativa positiva a la intervención occidental. Níger es uno de los países más pobres de la Tierra. Y tiene la población más joven del mundo, con una edad promedia de 14,8 años.

El imperialismo y el capitalismo no ofrecen nada más que pobreza, guerra, opresión y caos climático. Este mes, Níger ha estado en las garras de una severa ola de calor. La ciencia señala que las temperaturas en Níger están aumentando una vez y media más rápido que en el resto del mundo.

Ninguna de las grandes potencias, o los grupos militares en disputa en Níger, están interesados en la gente común.


Este artículo apareció en la web Socialist Worker, publicación hermana de Marx21 en Gran Bretaña.