Xoán Vázquez
El pasado 10 de abril en el local de la Fundación Anselmo Lorenzo de Madrid se presentaba en rueda prensa lo que algunos denominan “un paso histórico” para el anarcosindicalismo en el Estado español.
Tres organizaciones —la CNT, la CGT y Solidaridad Obrera— presentaban el documento “A la clase trabajadora. Por la movilización y la confluencia” en el que se hace un llamamiento a la unidad de acción del sindicalismo combativo, en la línea de lo que fueron las movilizaciones del 29S de 2011 y las de 2013.
Con este acuerdo histórico, en palabras de los firmantes, y después de tres décadas de desencuentros los sindicatos libertarios parecían decididos a superar el aislamiento que les impone la dinámica de las luchas parciales y centrarse en lo que tienen en común. Eso sí, desde la mesa han dejado claro “diferencias organizativas” entre las tres fuerzas sindicales, pero que “están unidas por el mismo fin”.
Responsabilidad
Según Miguel Fadrique, Secretario General de la CGT: “el ejercicio de responsabilidad que las tres organizaciones estamos llevando a cabo debe de ir más allá de un comunicado y una rueda de prensa. Esa responsabilidad nos tiene que llevar a construir una alternativa sindical y social seria, un espacio que trabaje de manera conjunta día a día y en el que la mayoría de la clase trabajadora se vea reflejada. Por encima de las siglas está la defensa de unos derechos laborales y sociales cada vez más deteriorados; y frente a esto, solo la unidad de la clase trabajadora va a conseguir revertirlo.”
Pero, una vez más, parece que las diferencias organizativas son más poderosas que los fines y el anarcosindicalismo vivirá un 1 de mayo dividido en todo el Estado español menos en Barcelona.
En el recuerdo quedan las buenas intenciones expresadas por los portavoces explicando el significado del acuerdo.
Antonio Díaz de la CNT señaló que la confluencia tiene como objetivo “fomentar la lucha de la clase obrera”. Para Maribel Ramírez de la CGT: “es una responsabilidad de todas empezar a confluir y llevar a cabo una lucha conjunta ante las agresiones que se están produciendo por parte del capital y el Estado”.
En ese sentido, José Luis Carretero de Solidaridad Obrera ha expresado que la unidad de acción que plantea el documento llega cuando nos encontramos en una “encrucijada histórica” y ha añadido que las tres organizaciones comparten un “pasado común” y que lo que se está planteando es “un acuerdo de presente, para construir un futuro”.
Tras las declaraciones de intenciones, los portavoces de las tres organizaciones han desarrollado los puntos que menciona el documento, comenzando por la reivindicación de unas pensiones dignas, la lucha sindical contra la brecha salarial, la reivindicación del feminismo y la defensa de los servicios públicos.
Los tres representantes anarcosindicales también han compartido la idea de los sindicatos como “nuevas instituciones del común”, que representan a una clase obrera diversa, con “multiplicidad de sujetos”, que tiene que ver con las y los trabajadores de las empresas estratégicas, pero también de las pequeñas empresas y los trabajos precarios.