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Rodrigo Lombo

El próximo 28 de mayo tendrán lugar elecciones municipales generales y algunas autonómicas —como las que tendrán lugar en la Comunidad Valenciana o en la Comunidad de Madrid— en el Estado español. Aunque la irrupción de SUMAR —que no se presenta a estos comicios, aunque sí sus socios— ha dado un empuje a las expectativas de la coalición de gobierno, todo apunta a un viraje hacia la derecha en muchos municipios y territorios.

Parece que las medidas llevadas a cabo por la coalición de gobierno no están teniendo la repercusión electoral que deberían según las expectativas de Unidas Podemos y otras fuerzas de la izquierda reformista. Pero, como muchas veces hemos comentado en nuestros artículos, la gente prefiere votar al original y no a la copia cuando las medidas que se llevan a cabo parecen no ir más allá de lo que marca el status quo.

Hay que reconocer que gracias a la participación de Unidas Podemos en el gobierno estatal se han hecho reformas a favor de la clase trabajadora y diferentes sectores oprimidos. No hubieran sido igual las medidas sociales —insuficientes— ante la pandemia o leyes con calado social si en el gobierno hubiera estado el PSOE en solitario, no digamos si hubiera sido un gobierno de las derechas con la extrema derecha.

Sin embargo, cuando una fuerza como Podemos irrumpe con un programa reformista radical —que hablaba incluso de nacionalizaciones y reducción de la edad de jubilación— su moderación solo puede inflar al socio mayor de la izquierda, en este caso el socio liberal. Y no hay que olvidar los ataques brutales de los mass media sobre el partido y sus dirigentes, pero no solo hay que mirar fuera sin hacer autocrítica.

Porque muchos análisis, como los que tienen que ver con las derrotas de las izquierdas reformistas latinoamericanas, se ha de ver que la culpa es también de la gente trabajadora. Según este análisis, al aumentar su nivel de vida y entrar en la categoría de lo que se llama clase media, dejaría de votar a la izquierda y se harían de derechas.

Se obvia que vivimos en un escenario con una inflación brutal que encarece la cesta de la compra o el combustible, precios de la vivienda disparados y una crisis climática que se ve reflejada en una sequía que augura un verano de incendios en la Península Ibérica.

Está claro que la mayoría de la gente no pide el socialismo, por la visión deformada que se tiene de éste debido al capitalismo de Estado de la URSS o el socio liberalismo del PSOE. Pero sí piden una vida digna, y mucha gente cae en la abstención o usa uno de los pocos derechos democráticos que tiene, el voto, para votar a otros que les solucionen los problemas.

No podemos alegrarnos de la previsible bajada de Unidas Podemos y otras fuerzas progresistas en las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales. Aún con sus limitaciones pueden aplicar ciertas medidas que beneficien a la clase trabajadora.

Además, el ascenso de VOX, aunque las encuestas hablan de que será moderado, debe hacer reflexionar a toda persona que se considere mínimamente progresista y/o demócrata. Desde nuestra tradición política, defendemos el frente único, la unidad de acción con los sectores y organizaciones —ONGs, colectivos de migrantes, partidos y sindicatos de la izquierda reformista, etc— no revolucionarias, que abarcan a la mayoría de la gente trabajadora y sin los cuales no podremos derrotar a los racistas, machistas, homófobos y mayordomos de los ricos que son VOX y sus secuaces.

Por eso desde estas líneas pedimos el voto para cualquier opción progresista a la izquierda del PSOE con posibilidades de conseguir representación. Sabemos que esto no basta y debemos ejercer nuestros derechos democráticos y sociales cada día, por lo que llamamos a la participación en los frentes amplios contra el fascismo y la ultraderecha como son UCFR en Catalunya y Andalucía.

Y si como nosotros crees que el capitalismo no ofrece nada a la humanidad y depreda el planeta, organízate en Marx21.


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