Xoán Vázquez
Hace dos semanas Elon Musk adquiría Twitter y despedía a la mitad de la plantilla de la plataforma. Luego le tocó el turno a Mark Zuckerberg quién de un sólo golpe comunicó el despido de 11.000 personas empleadas de Meta —matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp— lo que representa un recorte del 13% del total de la empresa, el mayor en 18 años de existencia. Es también el mayor recorte que ejecuta una de las grandes empresas tecnológicas.
El recorte de personal afectó a todos los departamentos y zonas, aunque las áreas de reclutamiento y de negocios resultaron las más afectadas. La criba afectó incluso a Reality Labs, la división que acoge los proyectos de Metaverso, supuestamente el futuro.
El mismo día que Twitter anunciaba los despidos, Lyft —alternativa a Uber de los servicios de transporte— despidió a 650 de sus 5.000 empleados mientras que Stripe —un software para pagos electrónicos— despidió a 1.120 personas de su plantilla.
Le siguieron DataRobot con 260; Hello Fresh, 611; Peloton, 500 y Zillow con 300 despidos. Todas ellas vinculadas de alguna forma al sector tecnológico
A eso hay que añadir que Google ha dejado de contratar y que Apple se enfrenta a problemas de producción.
Pero la ola de despidos no se detuvo ahí. El 14 de noviembre, el diario The New York Times informaba que Amazon, siguiendo el camino de Meta (Facebook) y de Twitter planeaba despedir a unos 10.000 trabajadores en todo el mundo. A partir de ahí, la compañía fundada por Jeff Bezos pondrá en marcha este ajuste en distintos puestos corporativos y tecnológicos.
Como en el caso de Meta, sería el mayor recorte de plantilla en toda la historia de la firma. Los despidos se centrarán sobre todo en el área de organización de dispositivos de Amazon, como el asistente de voz Alexa, y en su división de Recursos Humanos. La cifra representará un 3% de la plantilla corporativa de Amazon y menos del 1% de su plantilla laboral a nivel mundial, que cuenta con más de 1,5 millones de personas.
Crecimiento
El comienzo de la COVID provocó un crecimiento espectacular del comercio online y los gurús económicos auguraron que este crecimiento sería permanente. Esto provocó un exceso de optimismo como en el caso de Amazon que pasó de tener cerca de 800.000 personas trabajadoras a 1.500.000.
En el caso de Meta, una caída de la cotización de la empresa en lo que va año de más del 70% puso de manifiesto el error de las predicciones.
Ante este panorama, estaríamos ante el fin de una burbuja como la de las empresas punto com (tecnológicas) en 2000?
Goldman Sachs predijo que, en 2025, la propuesta de Meta podría alcanzar valores cercanos a los 80.000 millones de dólares por año, con una tasa de crecimiento anual acumulado de entre el 40 y el 80%. A la vista de lo sucedido habrá que tomarse la predicción con reservas
La respuesta de la plantilla
La inmediata respuesta de las y los trabajadores de Twitter denunciando la ilegalidad de los despidos ante las autoridades laborales pone de relieve que algo está cambiando.
En los últimos cinco años hemos asistido a este proceso de cambio que tiene su expresión en los intentos de sindicación de las personas trabajadoras de las empresas tecnológicas. Desde los casos más conocidos como los de los centros de distribución de Amazon, en Alabama o el de Nueva York, hasta otros menos conocidos como la creación, en junio de este año, del primer sindicato en una tienda minorista de Apple en Maryland.
Según Collective Actions in Tech, un proyecto que documenta las acciones de los trabajadores en la industria tecnológica global, el número de protestas, huelgas, cartas abiertas y otras acciones colectivas en la industria Tech han aumentado drásticamente en los últimos años. En 2020, el sitio web confirmó 124 incidentes de este tipo, frente a unos 68 incidentes, reportados entre 2015 y 2018.
Por otra parte y según Project Include, una organización que lucha por una mayor inclusión en el mundo de la tecnología, los problemas de racismo, sexismo y edadismo también están siendo parte importante de las protestas sindicales que han tenido las empresas de tecnología en los últimos meses.
Así, en junio de este año, Google aceptó pagar 118 millones de dólares para resolver una demanda judicial de 15.500 empleadas que trabajaron en California y afirmaron haber sufrido discriminación salarial.
Pero no es la primera vez que se ve envuelto en un caso de racismo o sexismo. En 2021 llegó a un acuerdo para pagar 3,8 millones de dólares al Departamento de Trabajo de Estados Unidos tras acusaciones de discriminación contra mujeres y personas empleadas de origen asiático.
Aunque pudiera parecer que los problemas laborales de los trabajadores corporativos son muy diferentes a los de quiénes, dentro de la misma empresa, trabajan en almacenes o fábricas, sin embargo, tienen en común que el origen de ambos es el crecimiento en la popularidad de las empresas de tecnología durante los últimos años.
Un estudio de la consultora Harvey Nash Group puso de relieve que casi un 55% de los profesionales de empresas tecnológicas informaron en los dos últimos años de horarios de trabajo agotadores. Y aunque eso fue acompañado de incrementos salariales, casi un 30% de las personas encuestadas estaban preocupadas por su estado de salud mental.