Mujeres en la historia

ES CA

Teresa G.

Ida B. Wells nació en 1862, en Holly Springs, Misisipi, al sur de Estados Unidos, tan solo un año antes de la abolición de la esclavitud en ese territorio.

Pese a ello, tuvo que dedicar su vida entera a luchar contra la desigualdad y la discriminación racial de un país que se aferraba a la segregación incluso tras el fin de la guerra civil.

Una de sus primeras acciones, y por la que es probablemente más conocida, tuvo lugar en 1884, cuando apenas tenía veintiún años: Ida B. Wells se negó a moverse a la sección de pasajeros negros en un tren tras haber pagado el precio por un billete de primera clase. Tras ser obligada a moverse a la fuerza por el revisor, demandó a la compañía de trenes, ganando el derecho a una compensación que sin embargo nunca recibió.

Docencia, periodismo y activismo

Como docente, se volcó en la escritura de artículos, folletos y libros sobre racismo y desigualdad. Co-fundó el periódico Memphis Free Speech, del que también fue editora, centrándose en la denuncia de los linchamientos que seguían teniendo lugar y que la mayor parte del tiempo no obtenían atención de los medios.

Firme defensora de que la mejor forma para cambiar el sistema pasaba por contar los hechos, Wells se dedicó a viajar a distintos estados para hablar con testigos, examinar fotografías de las víctimas y visitar los lugares donde tuvieron lugar los asesinatos, enfrentándose en el proceso a intimidación racial y amenazas de muerte que en ocasiones la obligaron a huir de Memphis.

Wells se opuso al argumento común de que los linchamientos tenían como objetivo proteger a las mujeres blancas de agresiones sexuales perpetradas por hombres negros; demostró que dos tercios de los linchamientos ni siquiera hacían mención a una supuesta violación. En su lugar, Wells argumentó que los linchamientos no tenían nada que ver con las supuestas violaciones, sino con una voluntad estructural y sistemática de establecer la dominación y el terror racista.

Todas las mujeres o ninguna

La faceta periodística de Wells es inseparable de su lado activista. Wells luchó por la libertad de las mujeres, y defendió que esta lucha está inevitablemente ligada al movimiento antirracista.

En Chicago, fundó la primera organización de sufragistas negras en el país, y luchó de manera continua en contra de las concepciones racistas de algunas de las sufragistas blancas, que veían la inclusión de las mujeres negras como una amenaza para su propia lucha (ejemplo de ello fue la exigencia de las feministas blancas de que las manifestantes negras se movieran a la parte final en la marcha por el sufragio universal en Washington, DC en 1913).

Sus ideas fueron a menudo consideradas demasiado radicales, incluso para organizaciones por los derechos de las personas negras, pero Wells luchó hasta su muerte en 1931, intentando mostrar la brutalidad del sistema en el que vivimos y cambiarlo.

En sus propias palabras: “Es mejor morir luchando contra la injusticia que morir como un ratón en la ratonera”. Wells demostró que la única lucha viable es la lucha por los derechos de todo el mundo, sin dejar a nadie atrás, una lucha que nace desde abajo y se expande de forma horizontal, y dedicó su vida a ayudar, informar y convencer a sus contemporáneos.

Sus ideas son aún relevantes en un contexto social y político que vuelve a insistir en la división y la fragmentación, y nos enseñan el camino hacia un modelo de lucha unitaria, consciente y rompedora.


Teresa G. es militante de Marx21 en Madrid.