El académico y activista iraní Peyman Jafari dice que hay un radicalismo creciente entre sectores de la juventud, pero todas las generaciones están participando.
Las y los manifestantes en Irán han incendiado estaciones de policía en las ciudades cuando las manifestaciones por el asesinato policial de una mujer joven entraron en su sexto día. Al menos siete personas han muerto en el intento de la policía para acabar con las protestas, centradas principalmente en la región kurda del noroeste, pero también en la capital, Teherán.
Las manifestaciones son las últimas de una serie de desafíos desde abajo a los gobiernos iraníes afectados por la crisis desde 2019. Comenzaron el sábado 17 de septiembre, tras el asesinato policial de Mahsa Amini el día anterior.
Mahsa entró en coma en un centro de detención después que las “patrullas de orientación” de Irán, que hacen cumplir las leyes religiosas de Irán, la arrestaron el martes de la semana anterior. Murió tres días después en el hospital.
La policía afirmó que Mahsa fue detenida por no usar su hijab (pañuelo en la cabeza) de una manera que cubriera completamente su cabello. También negaron que los agentes le hubieran golpeado la cabeza con una porra y la hubieran golpeado contra uno de sus vehículos, y en cambio afirmaron que había sufrido una insuficiencia cardíaca. Pero su familia dijo que no tenía problemas de salud.
Las protestas a raíz de su muerte retomaron el lema “Mujer, vida, libertad”. En muchas de ellas, las mujeres se quitaron el velo en público, desafiando la ley de Irán, y se cortaron el cabello.
Libertad
Pero, el académico y activista iraní Peyman Jafari le dijo al Socialist Worker que las protestas no son tanto contra el velo en sí como contra su uso obligatorio y su brutal imposición.
“Las mujeres y los jóvenes están al frente, pero las protestas son realmente mixtas y participan todas las generaciones”, dijo. “Ha habido un estado de ánimo creciente, entre las generaciones más jóvenes, que no quieren la interferencia del Estado en su vida diaria, su vida social.”
“Esto no significa que sean antirreligiosos o que estén en contra del hiyab. Realmente se trata de la libertad de usarlo o no usarlo. Estaba hablando con una amiga que se ha unido a las protestas y tiene una madre que lleva hijab que la apoya. Muchas de estas mujeres tendrán madres, abuelas, tías, incluso amigas que usan el hiyab. Así que esto cruza la línea de ser religioso o no religioso. Se trata de la libertad de vestirte como quieras.”
Las protestas se producen en medio de una crisis para los gobiernos de Irán que dura muchos años, y olas de resistencia. Irán ha sufrido crisis económicas provocadas por las sanciones occidentales, y también reformas diseñadas para abrir la economía a la privatización y al mercado.
Esto ha dado como resultado repetidas explosiones de manifestaciones y huelgas, principalmente frente a la pobreza, el desempleo y la escasez. Comenzaron con una serie de protestas masivas a principios de 2019, donde la policía y las fuerzas estatales mataron a hasta 1.500 personas.
Revuelta social
Más recientemente, hubo protestas a principios de este año tras el recorte por parte del gobierno de los subsidios para alimentos básicos. Esto, junto a una creciente clase trabajadora urbana y al aumento de mujeres que ingresan en la fuerza laboral y en las universidades, ha creado las condiciones para la revuelta social.
En respuesta, el gobierno de Ebrahim Raisi prometió hacer cumplir las leyes religiosas con más dureza, en un intento de contentar a sus seguidores conservadores. En cambio, esto solo amplió la brecha entre el gobierno y las generaciones más jóvenes que quieren una mayor libertad, mientras que el alto desempleo y la pobreza erosionan su apoyo.
Los informes de los medios de comunicación occidentales se han centrado en los cánticos de “abajo el dictador” grabados en algunas manifestaciones. Los gobiernos occidentales que ven a Irán como un desafío al dominio de EEUU en Oriente Medio a menudo se aferran a las protestas antigubernamentales.
Pero, dice Peyman, los manifestantes también corearon: “Abajo el opresor, sea el líder supremo, sea el Sha”. Eso se refiere tanto al régimen actual de Irán como a la dictadura anterior —respaldada por Occidente— derrocada por la revolución de 1979.
En cambio, dice Peyman, el eslogan principal de las manifestaciones, “Mujeres, vida, libertad”, une las demandas políticas y económicas en una revuelta más amplia contra el sistema.
“El lema ‘Mujeres, vida, libertad’ pone el tema del sexismo en primer plano”, dijo Peyman. “La vida significa que todo el mundo quiere tener una buena vida; esto también se refiere a la gente trabajadora, pobre, etc. Y la libertad se refiere a liberarse de la represión estatal”.
Agregó: “Creo que este es un sentimiento creciente entre sectores radicales de la juventud que se oponen a todo el sistema. Es por la corrupción y la mala gestión económica y por la violación de las libertades políticas y sociales.”
Este artículo apareció en nuestra publicación hermana, Socialist Worker, el 22 de septiembre de 2022.