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Dana Fischer

El primer fin de semana de junio llegó el momento, tras dos años de pandemia, por fin el congreso anual “MarxIsMuss” podía volver a realizarse de forma presencial en Berlín. Es una de las convenciones de la izquierda más grande en Alemania y dónde se junta gente de varios contextos políticos: marxistas, activistas o simplemente gente interesada en la política que quiere cambiar el mundo. Tres semanas antes del evento, ya había 450 inscripciones y al final participaron unas 700 personas.

MarxIsMuss es un juego de palabras 😉
Marxismus = marxismo
Marx Ist Muss = Marx es un deber

Durante cuatro días se tuvo la posibilidad de informarse, educarse y debatir sobre las grandes cuestiones de nuestro tiempo. Había más que 90 charlas con más que 70 conferenciantes internacionales que ofrecían una amplia programación. El primer día se dedicó a talleres para dar a las personas más nuevas una introducción a las ideas marxistas y su significado para las luchas actuales. Así se preparó para entrar en los cuatro temas principales del congreso.

A la luz de la guerra en Ucrania uno de los enfoques era imperialismo y guerra. Para entrar en el tema hubo una charla sobre imperialismo hoy en día. Luego vinieron los conferenciantes de Ucrania y Rusia para compartir su perspectiva de la guerra y la resistencia ante ella. Además, se discutió sobre el rol de los movimientos de liberación nacional y, siguiendo el lema “el enemigo principal está en casa”, sobre la militarización de la política exterior alemana.

Otro asunto principal fue el cambio climático y los movimientos climáticos. Preguntas como “¿De qué manera se excluyen las necesidades y los requisitos de los movimientos sindicales y los movimientos climáticos? ¿Cómo se pueden satisfacer los dos? estaban en el debate. Además de la crisis climática se habló de la crisis de La Izquierda (Die Linke) y cómo el partido puede salir de ella. El cuarto enfoque fue Palestina. En este contexto se discutió sobre las posibilidades de promover la solidaridad con Palestina y la cuestión de en qué medida la izquierda de Israel puede formar parte de su liberación.

Durante las pausas en el patio, mientras se comía algo, se podían oír conversaciones animadas impulsadas por lo antes escuchado. Pero la meta del evento no solo es quedarse con impulsos teóricos y debates emocionantes.

Entonces, el último día comportó uno de los momentos más importantes: cómo dar el paso entre teoría y práctica. Hubo reuniones y talleres para conectarse con movimientos ya formados o grupos políticos, y también conectar los movimientos entre sí. Allí se elaboraban estrategias prácticas y se compartía métodos y luchas exitosos.

Entre otros, el movimiento hospitalario nos muestra un buen ejemplo. Después de una larga huelga pudieron obtener los primeros éxitos contra el sector sanitario que, siguiendo las reglas del capitalismo, solo está dirigido a sacar beneficios. El congreso se cerró con un panel final que terminó con el canto espontáneo de La Internacional, la canción más importante del movimiento obrero.

Agrupémonos todos en la lucha final, el género humano es la internacional. Ni en dioses, reyes ni tribunos, está el supremo salvador. ¡Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor!

Voces de participantes

Taner (54 años, maestro de primaria) y Dagmar (59 años, profesora). Miembros de Aufstehen gegen Rassismus (Levántate contra el racismo) y de Marx21:

“Venimos aquí desde hace mucho tiempo y nos produce mucha ilusión volver a hablar de ideas revolucionarias y encontrar a nuestros compañerxs en forma presencial. Queremos intercambiar nuestra experiencia con lxs demás y saber más de otros movimientos.”

Christian (68 años, profesor del alemán, historia y política). Sindicalista:

“Los últimos años he vuelto a ocuparme con la teoría marxista como hice durante mi tiempo de estudiante. Recuerdo que,  después de leer Das Kapital, me enfadé mucho con nuestro sistema político. Vivimos en un sistema destructivo y debemos actuar. Es absurdo que todavía hablemos de las mismas cosas que cuando yo tenía 18 años. Pero bueno, como dice el filósofo marxista Antonio Gramsci: ‘tenemos que actuar con el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad’. Y yo quiero hacer algo que tenga sentido para mis nietos.”

Steffi (55 años, trabajadora precaria). Vive en un proyecto residencial político y formó una cooperativa de energía renovable:

“Vengo aquí desde hace 10 años. Por el momento no sé muy bien que hacer. Era ingeniera eléctrica, pero no me llenaba. Todavía no he encontrado algo dónde no se haga nada mal. Así que esta vez he venido aquí para encontrar respuestas a las cosas que me preocupan, para tener nuevos impulsos y para conectarme con movimientos que ya existen.”

Ben (33 años, trabajador social). Miembro de la asociación Palestina-Anticolonial:

“Estoy aquí con otrxs de Palestina-Anticolonial y mi motivación es la de obtener más imput con el conflicto israelí-palestino y el antirracismo.”

Lina (31 años, asistente de investigación en derechos humanos). Miembro de un colectivo feminista:

“He venido aquí para aprender más de la teoría marxista y debatir sobre temas de la perspectiva marxista. Me parece que aparte de leer no hay muchos sitios donde ocuparse y discutir sobre Marx y su teoría. Ya he tenido discusiones muy interesantes, pero me molesta que también en estos círculos las conversaciones sean dominadas por hombres que encima te interrumpan. Y además pienso que el evento es bastante académico, pero eso generalmente es un problema, lo de hacer tales eventos atractivos para la amplia masa.”

Leo (30 años). Doctorando sobre “Resistencia Queer en la República de Weimar”:

“Espero escuchar debates enriquecedores, así como temas y perspectivas variados.”

Stella (21 años, estudiante). Miembro de la Asociación de Estudiantes de Die Linke:

“Me gusta este congreso, porque se habla de muchas cosas de las que el partido Die Linke no suele hablar. Por ejemplo, Palestina o el anticolonialismo.”