Socialist Worker (GB)
Los banqueros y los comentaristas económicos nos dicen que nos apretemos el cinturón. Pero el aumento del coste de la vida es producto de su sistema.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) le dice a la gente que reduzca su consumo, ya que muchos más pasan hambre y tienen que depender de los bancos de alimentos.
El FMI, el asesino a sueldo del capitalismo global, ha advertido a miles de millones de personas que deben apretarse el cinturón y estar preparados para tiempos difíciles. Las reuniones del FMI y el Banco Mundial esta semana trazaron de manera sombría cómo la Covid-19 y la guerra en Ucrania aumentarán aún más los precios y perturbarán la economía mundial.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo que 143 países rebajarán su perspectiva de crecimiento durante el próximo año ante el aumento de los precios de los alimentos y la energía. Un informe reciente de la organización benéfica Oxfam dice que al menos 250 millones de personas más podrían verse empujadas a la pobreza extrema, definida ésta como recibir menos de 1,80 euros al día. Esto eleva el total a 860 millones de personas.
El número de personas por debajo del umbral de pobreza, de 5 euros al día, ya supera con creces los 3.000 millones, casi la mitad de la población mundial. Oxfam señaló que a medida que la gente común sufre, la riqueza de los multimillonarios “ha experimentado el mayor aumento de su historia” con una mayor acumulación por venir.
“Las grandes corporaciones parecen estar explotando un entorno inflacionario para aumentar las ganancias a expensas de los consumidores. Los crecientes precios y márgenes de la energía han llevado las ganancias de las compañías petroleras a niveles récord, mientras que los inversionistas esperan que las empresas agrícolas se vuelvan rápidamente más rentables a medida que los precios de los alimentos se disparan”, ha dicho Oxfam.
El peso aplastante de la deuda y las demandas de intereses de los banqueros y las instituciones financieras conducirán a más llamadas a la austeridad. Pero continúa la resistencia a la reducción de los niveles de vida en Perú, Sudán y Argentina.
Miles de estudiantes en las principales ciudades de Indonesia protestaron el lunes, 18 de abril, contra el aumento de los precios de los alimentos. También se enfurecieron por una posible extensión del mandato del presidente Joko Widodo.
Los trabajadores petroleros, agricultores, estudiantes y trabajadores jubilados han estado protestando en Irán.
“Sin una acción radical inmediata, podríamos ser testigos del colapso más profundo de la humanidad hacia la pobreza extrema y el sufrimiento que se recuerde”, dijo la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher.
“Esta perspectiva aterradora se vuelve más repugnante por el hecho de que billones de dólares han sido acaparados por un pequeño grupo de hombres poderosos que no tienen interés en interrumpir esta trayectoria”.
Hay dos formas de salir de la crisis que describen el FMI y Oxfam. Una es doblegarse a las exigencias de los patrones y que los que ya tienen hambre coman menos, que los trabajadores hagan más por menos. La otra es luchar, hacer que los ricos paguen y empujar hacia el derrocamiento del sistema.
Este artículo apareció en Socialist Worker, nuestra publicación hermana en Gran Bretaña.