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Hace 54 años, el 4 de abril de 1968, en Atlanta, King era asesinado.

Para conmemorar esta gran pérdida para las y los antirracistas y revolucionarios, Yuri Prasad en su obra A Rebel’s guide to Martin Luther King argumenta correctamente que es esencial rescatar a King de los hagiógrafos.

Incluso Donald Trump cita a King como inspiración, pero la nueva generación de activistas que se apoyan en King en las muchas luchas por la justicia y la igualdad en la actualidad, incluido Black Lives Matter, se enfrentan a la misma violencia policial brutal que sufrieron los y las manifestantes en la década de 1960.

El asesinato de King y los ataques del Estado indican la amenaza que él representaba para ellos. Fue un hombre de inmenso coraje y, a pesar de los numerosos atentados contra su vida, nunca titubeó en su constante y agotadora batalla para acabar con el racismo.

Su lucha no produjo el cambio que él imaginaba. Sin embargo, produjo la clase media negra que culminó con la elección de Barack Obama como el primer presidente negro de EEUU en 2008. A pesar de las muchas limitaciones de su mandato, la elección de Obama se sintió como un logro significativo para las personas negras que recordaban las leyes racistas y la segregación, conocidas como el sistema “Jim Crow”.

Muchas personas hoy en día todavía ven a King como la figura decorativa moderada del Movimiento por los Derechos Civiles que va con la gorra en la mano al gobierno estadounidense rogando por reformas. Él y Gandhi son los tipos a los que apela el establishment para defender la idea de protestas pacíficas.

Esto contrasta fuertemente con la forma en que Malcolm X es retratado como el líder intrépido e intransigente de la América negra, que predicó una estrategia más militante y violenta para lograr el cambio.

Ambos eran hijos de predicadores y oradores inspiradores. Aunque al comienzo de su viaje tenían puntos de vista opuestos respecto a la estrategia y los objetivos finales del movimiento negro, al final de sus vidas estaban mucho más de acuerdo de lo que muestran los libros de historia.

Con el ascenso de la extrema derecha y Trump, la lucha de King es importante para las y los socialistas revolucionarios de todo el mundo hoy en día.

Hoy en ciudades como Londres el mestizaje es el mayor de todos los tiempos, pero la muerte de hombres negros a manos de la policía es un temor constante para muchas familias. El bloque de pisos de la Torre Grenfell (un edificio en un barrio obrero y mestizo de Londres, donde un incendio en 2017 causó 72 muertes, debido a fallos en la construcción) incita a mucha gente a exigir justicia para los muertos y los vivos en viviendas superpobladas, inseguras e inhumanas. Muchas personas migrantes racializadas pierden la vida ahogadas en los mares alrededor de Europa.

El auge de la islamofobia y el fascismo en Europa demuestra que la situación es crítica y las fuerzas de izquierda deben analizar qué es necesario para derrocar al sistema capitalista que necesita dividir, utilizando herramientas como el racismo para sobrevivir.

Este libro de Yuri Prasad rinde homenaje también a las muchas mujeres valientes y excepcionales del movimiento. Rosa Parks no era solo una persona al azar “que estaba demasiado cansada para ponerse de pie”, sino una veterana de los derechos civiles y había estado involucrada en el Partido Comunista de EEUU. Coretta Scott King también es respetada como una activista experimentada (como su esposo) que renunció a una carrera prometedora como cantante de formación clásica para concentrar el esfuerzo de la familia en la lucha.

Menos conocida es Fannie Lou Hamer, una destacada activista que ayudó a registrarse para votar a 63.000 personas negras. Ella relata la brutal paliza que recibió, mientras estaba bajo la custodia de la policía estatal, por parte de prisioneros negros. Este ataque la dejó cerca de la muerte, pero ella continuó organizándose.

King, al manifestarse en contra de la Guerra de Vietnam, creó una brecha entre él, los liberales blancos y muchos miembros del Movimiento por los Derechos Civiles que lo habían apoyado anteriormente. Reconoció que la guerra imperialista era una versión macro de la guerra en los guetos e imploró a los soldados, en su mayoría negros, a que vieran a sus contrincantes morenos que luchaba por el Viet Cong como a sus hermanos que combatían al mismo enemigo común, el Estado estadounidense.

Prasad analiza lo que causó el mayor temor en el Estado estadounidense: King comenzó a ver el poder de la clase trabajadora estadounidense como una fuerza para lograr un cambio significativo. Una huelga de 1.300 personas trabajadoras de la basura en Memphis lo animó a comenzar a buscar ampliar la lucha por la igualdad en Estados Unidos con la Campaña de los Pobres, viendo que las y los trabajadores podían y debían organizarse.

El FBI temía que King fuera un “marxista de todo corazón” y se puso las pilas cuando empezó a organizarse en torno a la Campaña de los Pobres.

Los músicos Gil Scot Heron y Stevie Wonder trabajaron juntos para hacer del cumpleaños de King un día festivo porque de estas luchas se creó algo del mejor soul y jazz. Prasad proporciona una banda sonora para involucrar a los lectores en el sentimiento de la época y se hace eco de la inmediatez de las letras del rapero Stormzy que son un reportaje del movimiento.

El discurso “Tengo un sueño” sigue siendo uno de los más importantes jamás pronunciados y ha sido sampleado cientos de veces. El estilo de oratoria de King ha sido copiado por todos, desde Obama hasta Jeremy Corbyn.

Nuestro deber hoy es crear un movimiento donde todas las personas seamos lideresas, luchadoras, grandes oradoras y estrategas políticas para que el sueño de King se haga realidad.

La Guía para rebeldes de Martin Luther King contribuye en gran medida a ayudarnos a hacer esto.


Este artículo apareció en Socialist Review, publicación de nuestra organización hermana en Gran Bretaña.