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Maria Dantas

Los datos en las fronteras hablan

Según el colectivo Caminando Fronteras, el año 2021 ha sido el año más trágico en las fronteras del Estado: 4.404 personas han muerto en su intento de conseguir llegar al Estado español. Las muertes en las rutas hacia el Estado han aumentado un 102,95% respecto a 2020. Las políticas de control migratorio aumentan de forma exponencial la mortalidad en las fronteras y la ruta Canaria concentra la gran mayoría de víctimas, con 4.016 personas fallecidas y desaparecidas, en un total de 124 naufragios. Y es que la crisis hispano-marroquí ha aumentado aún más las deficiencias en los protocolos de rescate.

Un total de 628 mujeres y 205 niñas y niños han perdido la vida a causa de la necropolítica migratoria. Familias enteras ven vulnerado su derecho a la vida en las fronteras del Estado español. Casi todas las muertes están relacionadas con la ruta canaria, mucho más peligrosa, con embarcaciones que parten desde Marruecos, Sahara Occidental, Mauritania o Senegal. Personas de 21 las nacionalidades han perdido la vida tratando de conseguir alcanzar las costas españolas, una tragedia de dimensiones internacionales. El 94,80% de las víctimas desaparece en el mar sin que sus cuerpos sean recuperados.

Estos datos han sido posibles gracias a la monitorización diaria y exhaustiva del colectivo Caminando Fronteras, que son las comunidades migrantes, las familias y las defensoras de derechos humanos que trabajan sobre el terreno para visibilizar esta terrible realidad.

En 2021, más de 2.100 embarcaciones llegaron a las costas del Estado, según el Ministerio del Interior, pero muchas veces tocan el suelo con menos pasajeros de los que subieron en origen. Todos los días, al menos 12 personas se quedan por el camino. Otras veces, el mar se traga la patera entera. Hemos terminado el año 2021 con migrantes fallecidos al naufragar una embarcación junto a la costa de Libia, que se suman a las 163 personas fallecidas en el Mediterráneo en la última semana de diciembre. Unos registros escalofriantes de 23.000 personas fallecidas o desaparecidas en esta zona desde el año 2014, cuando empezaron los registros.

El discurso contra la migración en el Congreso español

Un importante informe de la Fundación porCausa y Political Watch (noviembre de 2021), ofrece una fotografía de la conversación que tiene lugar en el Congreso de los Diputados respecto a las cuestiones migratorias y analiza las variables de las intervenciones de siete grupos parlamentarios, sus partidos y el Gobierno; las iniciativas parlamentarias y la evolución normativa (preguntas, intervenciones, enmiendas, propuestas, campañas y activismo); y el análisis del tono y del lenguaje (características narrativas, temas, vocabulario y lenguaje).

Todos los espacios de la conversación pública sobre migraciones son relevantes. Pero lo que ocurre en el Congreso español tiene una trascendencia particular por sus implicaciones institucionales y normativas. En este sentido, el marco narrativo del discurso político se ha transformado para convertirse en infinitamente más radical.

En el período del 3 de diciembre de 2019 hasta el 30 de junio de 2021, las iniciativas parlamentarias sobre migraciones han multiplicado por dos todas las acumuladas en los ocho años anteriores. Con la llegada de la extrema derecha al Congreso, la actividad relacionada con las políticas migratorias se ha incrementado de forma exponencial. La mayor parte de esta actividad corresponde a este partido (VOX), pero su ofensiva ha arrastrado en parte al Partido Popular y Ciudadanos. Esta intensificación no ha sido de naturaleza neutra o equilibrada entre partidarios y detractores de la inmigración. Y es que la inmensa mayoría de las iniciativas y preguntas parlamentarias pueden ser calificadas de antimigración, y una parte no despreciable es abiertamente xenófoba, racista, islamófoba y clasista.

Ante esa ofensiva, la respuesta narrativa de los partidos no hostiles a la inmigración ha sido modesta. Aunque se han mostrado claros en la defensa de los derechos fundamentales y han introducido algunas propuestas para la reforma del actual sistema, su relato ha sido incapaz de reemplazar a la narrativa existente de la inmigración como amenaza o como problema. ¡Hay que resaltar que la principal iniciativa parlamentaria ha sido liderada por los grupos parlamentarios más pequeños!

Desde la irrupción de la extrema derecha en instituciones como el Congreso de los Diputados, el discurso sobre la inmigración ha cambiado en intensidad y contenido. Los ejemplos más destacados son el uso de las crisis humanitarias en otoño de 2020 en Canarias y en la primavera de 2021 en Ceuta, con la llegada de miles de migrantes. También lo es el tratamiento de las violaciones de derechos humanos en Melilla. Los discursos de odio siguen vigentes y se perpetúan tanto en las cámaras de representación como en las redes sociales.

Los componentes fundamentales de este discurso contra la inmigración son la amenaza a la identidad nacional (“nosotros” –españoles– y “ellos” –inmigrantes–); la vinculación entre inmigrantes y criminales (la criminalización de la inmigración; las apelaciones al orden público y la Seguridad); la invasión y el efecto llamada (conceptos como “oleadas de migrantes”, “llegadas masivas”, “invasión”, “alud de migrantes”, “descontrol de la inmigración” o “efecto llamada” son ejemplos reseñables de la percepción de la inmigración como un fenómeno negativo); la islamofobia y la aporofobia. El PP, VOX y Ciudadanos han difundido un discurso diferenciador basado en la estigmatización de los migrantes procedentes de ciertas regiones como Siria o el Magreb, estos migrantes han llegado a ser descritos como miembros potenciales de Estado Islámico que vienen a España a sembrar el terror, como criminales y como población carcelaria.

El racismo y la aporofobia son elementos definitorios de los discursos del PP y VOX. Las intervenciones de VOX son a menudo una simple transposición de frases de barra de bar en textos parlamentarios. Hace unas semanas, por ejemplo, planteaban la siguiente cuestión al Gobierno: “Proposición no de Ley relativa a declarar la crisis migratoria y la amenaza terrorista que se infiltra a través de esos mismos flujos de inmigración ilegal hacia España, así como la creciente radicalización de los jóvenes musulmanes que viven en nuestro país, como ‘situación de interés para la Seguridad Nacional’ en nombre de la prevención, protección y disuasión del proceso de entrada y radicalización del terrorismo yihadista en España”.

El tono y las formas de las iniciativas parlamentarias de la extrema derecha corresponden a las bancadas ultras de un estadio de fútbol. Sin embargo, se realizan en sede parlamentaria. Con esto se hace perder el tiempo de todos y se impide una conversación ordenada e informada sobre cuestiones que interesan al conjunto de la sociedad. Es una actividad parlamentaria peligrosa, además de mediocre.

La defensa de los derechos de las personas migrantes en el Congreso

Las buenas prácticas detectadas en la actividad parlamentaria se basan en la defensa de los derechos y la dignidad de las personas migrantes, la propuesta de políticas seguras para el tráfico y la integración, y el rechazo institucional del racismo. A través de las numerosas preguntas al gobierno, la mayoría de grupos parlamentarios han manifestado su preocupación por las situaciones de emergencia humanitaria, aunque solo algunos de ellos han propuesto mejoras estructurales.

Se han registrado muchas iniciativas parlamentarias para la protección de colectivos migrantes, con discursos alternativos, por la lucha contra la discriminación, por la defensa y garantía de los derechos fundamentales. Varios partidos han insistido en este último tema por distintos medios: una moción para regularizar de personas en situación administrativa irregular; una PNL para la regularización urgente, permanente y sin condiciones de todas las personas migrantes; una PNL para la regularización de las y los trabajadores de los ámbitos sanitario, de los cuidados y agrario; y preguntas al Gobierno para facilitar el acceso a la asistencia jurídica y al empadronamiento. También han dejado claro su interés por las garantías del proceso de asilo, del proceso de regularización, de la externalización del control de fronteras o del cierre de los CIE.

Cuando leáis el informe de porCausa y Political Watch es imprescindible tener en cuenta los contingentes de cada grupo parlamentario, es decir, cuanto más representación parlamentaria tengas (número de diputados), más cupos tienes para registrar iniciativas. Por eso es muy relevante que una fuerza política con pequeña representación parlamentaria (como el Grupo Republicano o Bildu) forme parte de este informe, y muchas veces con más trabajo realizado que los tres grupos más grandes del Congreso.

¿Cuál es la conclusión?

Con la llegada de VOX al Congreso, la actividad relacionada con las políticas migratorias se ha incrementado de forma exponencial. La mayor parte de esta actividad corresponde a este partido de extrema derecha, pero su ofensiva ha arrastrado en parte al Partido Popular y a Ciudadanos.

Esta intensificación no ha sido de naturaleza neutra o equilibrada entre partidarios y detractores de la inmigración. La inmensa mayoría de las iniciativas y preguntas parlamentarias pueden ser calificadas como en contra de la inmigración. Una parte no despreciable es abiertamente xenófoba. Ante esa ofensiva, la respuesta narrativa de los partidos no hostiles a la inmigración ha sido modesta. Aunque se han mostrado claros en la defensa de los derechos fundamentales y han introducido algunas propuestas para la reforma del actual sistema, su relato ha sido incapaz de reemplazar a la narrativa existente de la inmigración como amenaza o como problema. La iniciativa principal ha sido liderada por los grupos parlamentarios más pequeños.

Esta realidad ha llegado para quedarse, desgraciadamente. Las posiciones contrarias a la inmigración y lo que ésta representa forman parte esencial de una narrativa nacional populista que gana espacio en el entorno europeo. Como ha señalado la Fundación porCausa, la respuesta eficaz a este fenómeno no consiste en tratar de modificar esta narrativa, sino en reemplazarla por completo. Esta conversación debe tener lugar en todos los espacios de la sociedad, pero el Congreso es sin duda uno de los más destacados.

Hace falta unidad contra todo tipo de discurso de odio y contra la subida del fascismo

La solidaridad no es un acto de caridad, sino transformación social. La revolución debe ser social, a pie de calle, para cambiar las reglas del juego, para forzar a quien sostiene leyes injustas que matan a gente cada día en las fronteras y en las calles de las ciudades, como la de extranjería y la ley mordaza.

La acogida y regularización que pedimos una enorme parte de la ciudadanía debe ir acompañada por procesos que impulsen la autonomía de las personas en movimiento y que ellas participen y sean protagonistas de su propio proceso migratorio. Esto es fundamental. Debemos seguir reivindicando la bienvenida a las personas refugiadas y/o migradas, y que nos oponemos a los entornos hostiles racistas y a las “devoluciones en caliente”, donde las patrullas armadas expulsan a la gente del territorio. Debemos insistir en que no se puede dejar que las personas se ahoguen y que las personas refugiadas deben ser acogidas. Las políticas de “devoluciones en caliente” que se aplican actualmente en muchas fronteras no solo son inhumanas, sino que también violan el derecho internacional relativo a los y las solicitantes de asilo.

Desde el inicio de la pandemia, el impacto desproporcionado del virus entre las personas racializadas, reflejado en las muertes marcadamente más altas en estas comunidades, ha sido y es algo destacado. Y en muchos países, los partidos y organizaciones fascistas y de extrema derecha, como VOX, siguen siendo una amenaza seria. Estas fuerzas están tratando de fortalecerse a través de las movilizaciones de los negacionistas de la Covid-19 y contra las vacunas. Sus mitos conspiranoicos alimentan prejuicios antisemitas y racistas.

La extrema derecha ataca también los derechos de las personas LGTBI+ y de las mujeres en general, como un elemento clave en su intento de hacer retroceder los derechos de todas las personas. Debemos ofrecer una respuesta unitaria ante estos ataques, sin dejar posibilidad alguna de promover su odio. El peligro del racismo y la extrema derecha ahora es global; en todos los continentes del planeta surgen fuerzas políticas que promueven y se alimentan del odio, amenazando el bienestar de la gran mayoría de la población, como VOX. Por eso es urgente construir una respuesta unitaria ante esta amenaza a nivel mundial: norte y sur, este y oeste.

Invitamos a todo el mundo, el 19 de marzo de 2022, a organizarse en todo el planeta para llevar a cabo manifestaciones (con las necesarias medidas de seguridad ante la Covid-19) y otras acciones de protesta, que demuestren nuestra unidad, contra todas las formas de racismo, islamofobia y antisemitismo y a resistirse ante el ascenso del fascismo y la extrema derecha.

Fuentes

Caminando Fronteras (2022), Monitoreo del derecho a la vida en la frontera Euroafricana. Año 2021

Fundación porCausa y Political Watch (2021), La política del miedo: Una radiografía de la narrativa de las migraciones en el Congreso de los Diputados

World Against Racism And Fascism (2021), Llamamiento Un mundo contra el racismo


Este artículo apareció en catalán en la web de Realitat.cat. Traducido al castellano por Paty Gómez, Marx21.