Marta Pych
El tema de los derechos trans se ha ignorado en Polonia durante años. El silencio de los autoproclamados “progresistas” ha dado paso a la intimidación transfóbica de los conservadores.
El bienestar de las personas transgénero no preocupa al gobierno polaco. Un ejemplo reciente de esto es el tuit de la jueza del Tribunal Constitucional Krystyna Pawłowicz, en el que atacó a una niña transgénero de 11 años.
El motivo del tuit fue que los profesores de una escuela polaca habían decidido que se dirigirían a la niña por su nuevo nombre. La jueza Pawłowicz respondió con un tuit en el que publicó los datos personales de la estudiante. Esto llevó a mensajes de odio hacia la niña, su familia y la escuela.
Esto es parte de una estrategia gubernamental más amplia, similar a las ‘zonas libres de LGTBI+’. Estas zonas son regiones municipales que declaran no bienvenida a la llamada ‘ideología LGTBI+’. Si bien las ramificaciones legales de tales acciones son menores (la más drástica es la prohibición de los eventos de solidaridad con la comunidad LGTBI+), esto fomenta la intimidación de las personas transgénero.
Opresión
Las personas LGTBI+ se enfrentan a una opresión y un miedo abrumadores. Para una persona LGTBI+ en Polonia, puede parecer que toda la sociedad está conspirando contra ti. El acoso y la violencia son experiencias cotidianas. Son especialmente las reuniones de la extrema derecha las que están llenas de amenazas violentas contra la comunidad LGTBI+.
Pero la hostilidad generalizada en la sociedad y la incomprensión de los familiares también es perjudicial para la salud mental de las personas transgénero. Como resultado, el porcentaje de personas transgénero en Polonia que intentan suicidarse es del 41 por ciento. La culpa de la opresión que experimentan las personas transgénero recae en el gobierno, los medios de comunicación y los grupos de presión que ponen a la sociedad en su contra. Uno de esos grupos de presión, por ejemplo, difunde propaganda homofóbica y transfóbica a través de carteles despectivos en camiones.
El problema también radica en el ámbito legal. Para cambiar su género en el certificado de nacimiento, las personas transgénero se ven obligadas a demandar a sus propios padres. Esto genera dilemas morales y obstáculos burocráticos en el proceso de transición de género. Además, la falta de una educación sexual adecuada es perjudicial para el bienestar de los y las jóvenes transgénero. El gobierno está frustrando todos los intentos de introducir la educación sexual en las escuelas.
Manifestaciones
Si bien esto pinta un panorama preocupante para los derechos trans en Polonia, también deben mencionarse las fantásticas iniciativas de base de organizaciones como Kampania Przeciw Homofobii (Campaña contra la homofobia) y Trans-fuzja. Las actividades de estas organizaciones se centran en el apoyo psicológico y legal para las personas transgénero, así como en la defensa de las personas LGTBI+.
También hay numerosas manifestaciones contra la violencia hacia las personas queer. Aunque estas protestas están siendo reprimidas brutalmente, existe un sentimiento de solidaridad entre nosotros y nosotras. Cada arresto de un activista lleva a que miles de manifestantes salgan a las calles en solidaridad. Por ejemplo, cuando la popular activista LGTBI+ Margot fue arrestada en agosto de 2020, se organizaron acciones de solidaridad por todo el país. A través de estas expresiones de resistencia mantenemos la cabeza alta y encontramos cada vez más aliados en movimientos de izquierdas. La conciencia en la sociedad polaca está creciendo de manera constante y, por lo tanto, el cambio parece estar cada vez más cerca.
Marta Pych es miembro de Internationale Socialisten, grupo hermano de Marx21 en los Países Bajos, y actualmente vive en Polonia. Este artículo apareció originalmente en la web del grupo.
Abajo, el grupo hermano de Marx21 en Polonia, Pracownicza Demokracja, en la manifestación de 20.000 personas en Varsovia en junio de 2021, a favor de los derechos de las minorías sexuales en Polonia.