Rory Anderson y Héctor Sierra
Los partidos a favor de la independencia de Escocia han obtenido la mayoría en las elecciones al parlamento escocés. El Partido Nacional Escocés (SNP) obtuvo más votos que nunca antes en las elecciones parlamentarias escocesas.
Al final de este período, habrá gobernado Escocia durante 19 años.
Los verdes escoceses, partido a favor de la independencia, también lograron avances.
Juntos, el SNP y los Verdes tienen 72 de los 129 escaños de la cámara.
La primera ministra escocesa Nicola Sturgeon afirmó el sábado que un segundo referéndum sobre la independencia era “una cuestión de principio democrático fundamental”.
El Partido Alba que el antiguo dirigente del SNP, Alex Salmond, presentó en marzo, no tuvo éxito y se quedó sin escaños.
Los partidos unionistas tampoco lograron avances. En algunos distritos, hubo una escandalosa transferencia de votos entre laboristas y conservadores, dependiendo de cuál de los dos tenía más posibilidades de ganar al SNP.
Esto demuestra cómo el Partido Laborista se ha movido más a la derecha bajo el liderazgo de Anas Sarwar.
Campaña
Hablamos con activistas de base sobre la campaña electoral.
Keir McKechnie pertenece a los grupos de la campaña de independencia All Under One Banner (Todos bajo una bandera) y Now Scotland (Ahora Escocia). “Los resultados en Escocia son un gran rechazo a Boris Johnson y a los Tories”, nos dijo.
“El tema clave de estas elecciones fue la independencia y ahora una clara mayoría ha votado para poner fin a la unión con Gran Bretaña”.
Las cuestiones de clase estuvieron, por lo general, ausentes en la campaña electoral. John Kelly, el responsable de temas salariales del sindicato de enseñanza EIS-Fela, nos comentó: “Problemas como el despido y la recontratación y los ataques de la patronal no han tenido cobertura en estas elecciones”.
“El SNP se negó a apoyar a mi propio sindicato en la lucha contra la sustitución de profesores por formadores”.
Perdidas
Pauline Brady, una destacada activista por el aumento salarial del 15 por ciento en el sistema sanitario NHS, pensaba lo mismo que John Kelly. “Todos los partidos principales están desconectados de los problemas a los que se enfrenta la gente de la clase trabajadora”, dijo.
Pauline comentó que la oferta del SNP de un aumento salarial del 4 por ciento para los trabajadores del NHS —frente al 1 por ciento que ofrece el gobierno británico— “no sirve para restaurar el salario que el personal sanitario ha perdido”.
“Cualquiera que crea que ser un 3 por ciento mejor que un conservador es lo suficientemente bueno, debe examinarse a sí mismo”.
Gil, un joven activista de Extinction Rebellion en Glasgow, estaba de acuerdo en que las promesas del SNP son simbólicas. “El SNP aún tiene que establecer un plan genuino y bien diseñado para frenar las emisiones y garantizar que los trabajadores y las comunidades que dependen de industrias que tendrán que cerrar reciban apoyo”, dijo.
Cuando se le preguntó sobre la independencia, Pauline dijo: “Debe ser una independencia socialista, de lo contrario, la austeridad que hemos sentido bajo Westminster no mejorará”.
John estuvo de acuerdo: “Escocia puede convertirse en una sociedad más justa. Sin embargo, tenemos claro que un cambio importante solo puede llegar si se derriba el sistema podrido en el que vivimos. El cambio social no vendrá del parlamento”.
El sábado, Boris Johnson insistió en su determinación de detener el segundo referéndum.
Sturgeon declaró que el SNP presentará una propuesta de ley para un nuevo referéndum. Ella dijo: “Si Boris Johnson quiere pararlo, tendrá que ir a los tribunales”.
Esta estrategia dejará la iniciativa en las manos del poder judicial.
Incluso este choque legal es incierto. El programa electoral del SNP solo compromete al partido a presionar por un referéndum cuando la pandemia haya terminado.
Cuando se le preguntó sobre la alternativa, Keir dijo: “El siguiente paso clave es asegurarse de que esta mayoría se movilice con urgencia en una campaña masiva de manifestaciones y protestas. Necesitamos obligar a Westminster a ceder y ejercer la máxima presión sobre el SNP y los Verdes para fijar la fecha para el segundo referéndum ahora, no más tarde”.
Este artículo apareció en Socialist Worker, nuestra publicación hermana en Gran Bretaña.