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Tendencia Socialista, Rusia

Desde el mes pasado, el conflicto armado en el sureste de Ucrania ha corrido el riesgo de volver a entrar en una fase “caliente”.

Medios de comunicación ucranianos, europeos y de la oposición rusa acusan al gobierno de la Federación Rusa de estar llevando a sus fuerzas armadas a la frontera con Ucrania para invadir su territorio.

A su vez, los medios progubernamentales rusos acusan a Ucrania y a la OTAN de prepararse para romper la tregua con las repúblicas no reconocidas de Donetsk y Lugansk.

El Mando Europeo de Estados Unidos (EUCOM) ha puesto al ejército en alerta máxima debido al movimiento de tropas rusas. Al mismo tiempo, el ejército ruso ya se encuentra muy cerca de la frontera con Ucrania.

Ucrania: entre dos imperialismos

Rusia se beneficia de la continuación de la guerra en el sureste de Ucrania porque el prolongado conflicto no permite que Ucrania se convierta en un miembro oficial de la OTAN y se una a la UE. Si Ucrania se suma a estas alianzas, Rusia recibirá una fuerte bofetada en su “patio trasero”, lo que podría servir de precedente para otros Estados dependientes de ella y conllevar una reacción en cadena.

Estados Unidos y la OTAN en su conjunto buscan presionar al Kremlin para que finalmente Ucrania ingrese en la esfera de sus intereses. El imperialismo estadounidense es, con mucho, el más poderoso del mundo; en los últimos 7 años ha expulsado la mayor parte del capital ruso de Ucrania, reemplazándolo por el suyo propio. La clase dominante reaccionaria de Ucrania recibe hoy ayuda económica y apoyo político de Estados Unidos, Kiev tiene grandes subsidios monetarios de instituciones financieras occidentales (como el FMI), el ejército ucraniano recibe ayuda de sus “colegas” europeos, todo esto pone a Ucrania en una posición dependiente.

Por otro lado, sería un gran error suponer que el capital ruso no tiene hoy influencia en Ucrania, o que la tiene solo en los territorios ocupados del sur y sureste. El imperialismo ruso afecta a Ucrania con sus deudas, préstamos, inversiones, contratos congelados y activos para grandes y pequeños proyectos, bajos salarios de los trabajadores migrantes, tratados militares e internacionales, así como presión lingüística y cultural. El imperialismo ruso está haciendo todo lo posible para evitar un desarrollo más independiente de Ucrania.

Sobre esta base, se puede decir que Ucrania está siendo destrozada por dos imperialismos: el “oriental” y el “occidental”.

Conflicto interétnico

Entre la izquierda rusa domina la idea de que la parte ucraniana es tan culpable de la existencia de un conflicto armado en el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk como la parte rusa. La mayoría de los activistas de izquierdas en Rusia parten de la posición de que Ucrania es uno de los lados “fuertes”, mientras que la “República Popular de Lugansk” y la “República Popular de Donetsk” se consideran el lado “débil”, olvidando que en términos históricos se trata de un conflicto de nación oprimida y nación opresora.

Respecto a esta cuestión, por nuestra parte consideramos que la mayoría de la izquierda rusa se equivoca. Siete años después del inicio de la guerra, es obvio que la Federación de Rusia está brindando apoyo militar a las formaciones separatistas bajo su control; hay evidencias directas de que Rusia está involucrada en la conducción de las hostilidades en el sureste de Ucrania. Rusia tampoco oculta ahora que sus tropas estaban presentes en Crimea antes del “referéndum” sobre la independencia.

Ante tal situación, la conclusión sugiere por sí misma que Ucrania es un lado “débil” y actúa aquí como una “víctima” de la lucha imperialista. La victoria del imperialismo ruso hoy podría llevar a grandes pérdidas territoriales por parte de Ucrania en el futuro. Y, aunque esto parece poco probable, en el peor de los casos, existe la amenaza de que el pueblo ucraniano pierda su condición de Estado. Ambos resultados de los eventos conducirían a consecuencias más reaccionarias: el fortalecimiento de las posiciones de la imperialista clase dirigente rusa, una belicosidad y agresividad aún mayores, así como una mayor expansión rusa y ampliación de su influencia a escala internacional. Un resultado aún peor de este desarrollo de los eventos sería la intensificación múltiple de las luchas interétnicas en la propia Ucrania.

También vemos la eventual victoria de la clase dominante ucraniana como reaccionaria: esto consolidaría su posición de poder, fortalecería su estatus y daría lugar a una nueva ola de nacionalismo ucraniano radical. Además, tal resultado de los acontecimientos conduciría a una mayor consolidación del poder del imperialismo occidental en Ucrania. Y, aunque la parte ucraniana no reclama actualmente el territorio de Estados vecinos y no tiene ambiciones imperialistas, por las razones anteriores descritas, consideramos incorrecto apoyar a la burguesía reaccionaria ucraniana en esta guerra.

Las tareas de la izquierda

Corremos el riesgo de repetirnos, pero consideramos necesario señalar que la principal tarea de los movimientos de izquierdas que operan en los Estados imperialistas es oponerse a su “propio” imperialismo, aquí se aplica el principio invariable: “El enemigo principal siempre está en casa”. Pero no hay que olvidar la inadmisibilidad de apoyar al “imperialismo extranjero” en este caso. Ambos imperialismos, el “oriental” y el “occidental”, son igualmente reaccionarios, independientemente de cuál de ellos tenga más poder.

No somos representantes del movimiento de izquierdas ucraniano, pero, no obstante, intentaremos poner sobre la mesa las tareas que tiene por delante la izquierda que actúa en Ucrania.

La izquierda ucraniana tiene un doble desafío. Primero, es necesario librar una lucha contra los imperialistas que desgarran el país, así como contra el propio gobierno, que está ayudando a consolidar las fuerzas imperialistas aquí. En segundo lugar, es necesario resistirse ante la expansión armada, que puede conducir no solo a una exacerbación de las contradicciones interétnicas, al crecimiento de fuerzas chovinistas y fascistas, a la opresión cultural, sino también posiblemente a la desaparición del Estado ucraniano como tal.

Sobre la base de la naturaleza dual de la tarea de la izquierda ucraniana, se puede concluir que solo con el derrocamiento del actual gobierno de Kiev y su reemplazo por un gobierno obrero democrático, existirá la oportunidad de deshacerse de la dependencia imperialista de Ucrania y proteger al país y al pueblo de la agresión armada por parte de cualquier persona…

Ni la burguesía ucraniana, ni la rusa, ni la burguesía occidental son capaces de resolver este conflicto sin consecuencias trágicas. El resultado del conflicto con el papel dominante de los capitalistas conducirá a nuevos conflictos, aún mayores, aún más sangrientos. Solo el poder de la clase trabajadora, con el apoyo de otras clases y grupos oprimidos, puede resolver el conflicto existente con un resultado favorable.


Tendencia Socialista es un grupo anticapitalista en Rusia que defiende el socialismo desde abajo. Este artículo apareció en ruso en su página web.