Marx21 Madrid
El 4 de mayo se celebran elecciones en la Comunidad de Madrid, pero cuesta decir nada optimista o positivo al respecto.
Los comicios no se tenían que celebrar, porque Ayuso debería haber caído con la moción de censura.
Tras su gestión irresponsable, incluso criminal, de la crisis de la Covid-19, y tras un cuarto de siglo de chanchullos, el PP no debería tener ninguna posibilidad de ganar. Pero en el momento de escribir, parece que el PP de Ayuso y VOX de Rocío Monasterio podrían formar un nuevo desgobierno.
Que estemos en esta situación tiene mucho que ver con los fallos de lo que debería ser la alternativa, la izquierda.
En un sentido muy amplio, ésta incluye al PSOE, pero nadie puede ver a este partido como una alternativa real. Podemos, en cambio, lanzado hace sólo 7 años, sí levantó muchas esperanzas. Hoy queda poco de aquella ilusión.
Izquierda desunida
La división entre Íñigo Errejón y Pablo Iglesias —oficialmente, entre Más Madrid y Podemos— tendrá sentido para algunas personas, pero desde lejos parece una pelea entre egos, dentro del mismo marco de populismo de izquierdas, superficial y centrado en las pantallas de TV y del móvil.
La maniobra de Iglesias al dimitir del gobierno para “ofrecerse” como cabeza de lista es solo un golpe de efecto dentro del mismo juego. El fichaje de Serigne Mbaye, portavoz del Sindicato de Manteros de Madrid, como el número nueve de Podemos es muy positivo. Pero no perdamos de vista que el número once es Julio Rodríguez, antiguo jefe del Estado Mayor que dirigió la intervención militar en Libia en 2011.
Parece que Podemos recuperará algunos votos de Más Madrid y rascará otros del PSOE. Pero se suponía que Podemos iba a cambiar el juego, iba a “salir de la zona de confort” de la izquierda para atraer a gente trabajadora que se había dejado seducir por la derecha. Es otra muestra de que “la nueva política” ya no se distingue de la “vieja”.
Incluso casi es peor: la izquierda de antaño como mínimo entendía la importancia del trabajo de base de activistas en los barrios. Hoy en día, gran parte de la izquierda solo actúa en las redes sociales… y no es sólo por la Covid-19.
Además, es evidente que Podemos no puede revindicar grandes logros de su participación en el Gobierno español. Aparte de alguna reforma simbólica, el partido ha quedado atrapado en la lógica de siempre, de lo que hace años llamaron “la casta”.
Parar a la derecha
Ante este triste panorama, las personas que tengan voto deberían votar a la izquierda: da igual que sea a Más Madrid o Podemos. La verdad es que no podrán hacer gran cosa desde las instituciones. Aun así, cada voto a la izquierda (con todas sus limitaciones) es un indicio de que la gente desea un cambio.
Es que la idea de un gobierno de Ayuso y Monasterio da miedo. Ayuso abrió su campaña con el lema “Comunismo o libertad”. El PP adopta el estilo Trump: busca pactos con la extrema derecha de VOX, infectada de fascistas, mientras habla de “libertad”. Bien nos debemos preguntar “¿a qué libertad se refieren?” Por supuesto se refieren a las libertades de la derecha y de las grandes empresas, no a la de la gente trabajadora.
Los líderes de la izquierda institucional no ofrecen mucha defensa ante estos ataques. De hecho, el ataque policial a la manifestación vecinal contra VOX en Vallekas fue responsabilidad directa del gobierno español.
No hay alternativa a la construcción de las luchas desde abajo, en los lugares de trabajo, y en los barrios. Las luchas en defensa de la salud pública, y los esfuerzos para crear espacios unitarios de movilización, que abarquen a la plantilla y a la población, son un paso en la dirección correcta.
Y ante la amenaza de VOX, no basta con protestas puntuales valientes. Frente al racismo y la extrema derecha, urge crear un movimiento unitario sostenido en el tiempo, que abarque a todos los sectores: partidos progresistas, sindicatos, asociaciones vecinales, organizaciones de gente migrante, grupos feministas y LGTBI…
Un pequeño grupo de personas trabaja para (re)establecer Unidad Contra el Fascismo y el Racismo Madrid, y hace poco han empezado a recoger apoyos. Animamos a toda persona y entidad progresista de Madrid a sumarse a esta iniciativa: https://bit.ly/UCFRMadrid.
Construir alternativas
La situación es mala, por supuesto. Ojalá las elecciones nos den una buena sorpresa. Pero pase lo que pase el 4M, la clave seguirá siendo la lucha. Y por eso, más allá de las elecciones, urge construir una izquierda orientada en la movilización amplia desde abajo. En eso estamos en Marx21.