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David Karvala

El día internacional contra la discriminación racial se vivió en Catalunya bajo la forma de decenas de concentraciones y otras acciones alrededor del territorio, así como un acto central en Barcelona. La mayoría de las acciones las convocó el movimiento amplio, Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR).

Quedaba lejos la impresionante manifestación de UCFR por el centro de Barcelona de marzo de 2019, pero también se logró dejar atrás el “acto online” (en realidad una compilación de intervenciones grabadas en vídeo) que fue lo único que se pudo celebrar en marzo de 2020.

La veintena de concentraciones de este 20M llegó tras la magnífica respuesta urgente ante la entrada de VOX al Parlament de Catalunya el 14F, con decenas de protestas la noche del 15F.

Esta vez, como entonces, la convocatoria inspiró la creación de nuevos grupos locales de UCFR.

Uno de ellos es UCFR Solsona, un grupo formado sólo días antes del 20M, que movilizó a más de 20 personas en un municipio con una población diez veces menor a la del distrito barcelonés de Ciutat Vella.

Otros grupos bastante nuevos que celebraron eventos exitosos fueron UCFR Terrassa, formado durante la campaña electoral, y UCFR Vall d’Aro, un grupo basado en Sant Feliu de Guíxols, que se formó justo a tiempo para convocar una acción el pasado 15F.

Activistas en Baix Llobregat llevan ya muchos meses en el trabajo esencial de construir y extender UCFR en los municipios de la comarca. El 20M, nuevos núcleos como UCFR Cornellà y UCFR Abrera convocaron acciones.

Concentración de pancartas

Ante la imposibilidad de celebrar una actividad grande, UCFR optó por un acto central simbólico, juntando las pancartas de los grupos locales y las entidades adheridas, con una delegación mínima de cada entidad.

Acudieron un centenar de personas, con decenas de pancartas muy diversas. Escucharon las intervenciones de Lamine Bathily, del Sindicato Mantero, y de varias entidades que trabajan en solidaridad con las personas migradas. A continuación, tomaron la palabra activistas de Brasil, Italia y Grecia, subrayando la naturaleza internacional de la jornada.

Quedó claro que cada lucha —contra el racismo y contra la extrema derecha— tiene aspectos propios, pero deben ir unidas.

Ahora queda el reto de continuar estas luchas, con un enfoque específico en la amenaza que representa la presencia de VOX en el Parlament.