Índice del folleto

Santi Amador

En el momento de escribir estas líneas —finales de octubre de 2020— más de 42,6 millones de personas se han contagiado y los muertos alcanzan la cifra de 1,1 millones debido a la enfermedad de la COVID-19. Después de comenzar su periplo por China a finales de 2019 e impactar con fuerza en Europa en los primeros meses de este año, la segunda ola de la pandemia azota de nuevo el Viejo Continente, así como Estados Unidos, Brasil, Rusia, Sudáfrica o India.

En el Estado español, más de un millón de personas se han contagiado y 34.000 han muerto, aunque según datos oficiales el exceso de muertes comparado con períodos similares anteriores hablaría de 58.000 fallecidos.

Pero las consecuencias de la pandemia no son meramente biológicas o sanitarias —en términos de decesos o enfermos—, haciendo temblar los frágiles pilares de la economía mundial. Según el Banco Mundial, la economía internacional sufrirá una contracción del 5,2 % este año, “la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentarían una disminución del producto per cápita”. La economía española ha entrado por tercera vez en el siglo XXI en recesión técnica, con un desplome del 18,5 % del PIB entre abril y junio.

Pero lo que para accionistas y empresarios —y los políticos que defienden sus intereses— son menos dividendos a repartir y miedo a no poder competir en la carrera de ratas que es el sistema capitalista, es degradación de las condiciones de vida, incertidumbre y en muchos casos miseria para millones de personas de clase trabajadora. Según la UNU-WIDER, parte de la Universidad de Naciones Unidas, hasta 3.700 millones de personas —casi la mitad de la población mundial— acabaría viviendo por debajo de la línea establecida como pobreza; de 1,90 dólares a 5,50 dólares al día.

La situación en el Estado español también es preocupante. La fragilidad de la economía española —basada en sectores con poco valor añadido como la construcción y el turismo— ha hecho que se pierdan un millón de empleos y la tasa de paro se sitúe en un 16,2 % en el momento de escribir estas líneas. Según Oxfam Intermón, hasta 700.000 personas podrían caer en situación de pobreza, alcanzándose la cifra de 10,8 millones de pobres. El mismo informe también apunta a que los 23 milmillonarios españoles vieron aumentar el valor de su riqueza en 19.200 millones de euros en los 79 días transcurridos entre el 18 de marzo y el 4 de junio.

Basta con informarse un poco para darse cuenta de la flagrante mentira que afirma que todos somos iguales ante la pandemia. No lo somos porque la gente pobre y de clase trabajadora ocupamos trabajos cada vez más precarios, vivimos en hogares pequeños y con poco espacio al aire libre, tenemos poco tiempo para cuidar nuestra salud o carecemos de los conocimientos para ello y sufrimos de más estrés ante una vida llena de incertidumbre. Todos esos factores repercuten en nuestra salud, como también lo hacen las viviendas grandes y con jardines, el tiempo para cuidarse y la tranquilidad ante una vida resuelta que tienen los ricos y los políticos a su servicio. Como punto de partida nuestra salud era peor, así como las consecuencias derivadas de la crisis económica ya presente.

Hablaron de cómo la contaminación se ha visto reducida por el confinamiento, en un nuevo intento de romantizar una situación muy dura para millones de personas; también con las falacias de “descubrirse a uno mismo” y el “crecimiento personal”, aunque te cueste horrores llenar la nevera. Lo que no habla los mass media es de la conexión entre destrucción del medio ambiente, cambio climático, pobreza o precariedad y la extensión de la pandemia. Dado que el coronavirus está matando a miles de personas y precarizando las vidas de millones, no está de más dejar claro que la crisis ecológica que contribuye a la aparición y extensión de pandemias sigue ahí, con la pérdida de hábitats, extinción de especies y como año tras año somos testigos, de un nuevo récord en cuanto a temperaturas, siendo junio de 2020 uno de los más calurosos de la historia, tan sólo superado por el mismo mes de 2019.

Ante una crisis poliédrica —económica, sanitaria, ecológica, social, etc.— los de arriba pretenden que la paguemos la gente corriente. Nos quieren “vender la moto” como hicieron con la crisis internacional de 2008, apuntando a que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades o que no había recursos para todos… azuzando así la división en el seno de nuestra clase, utilizando repugnantemente la carta del racismo. Llevan todo el verano agitando el fantasma de la ocupación de viviendas —temiendo un estallido social— o descargando la extensión de la pandemia en los hombros de las personas migrantes, cuando cínicamente han abierto el país al turismo de toda Europa sin exigir controles sanitarios. Y aún yendo más lejos en este sentido tenemos los confinamientos de clase de la Comunidad de Madrid, instalando de facto un estado de sitio en los barrios y localidades de gente humilde y trabajadora de la región.

No vamos a salir de nuestras casas y con una precariedad creciente en nuestras vidas como “mejores personas”, es decir automáticamente con conciencia de clase y siendo militantes. El estar aislados en nuestras casas ha aumentado nuestra exposición como clase a la propaganda de las ideas dominantes, por los mismos medios que ahora se rasgan las vestiduras ante los botellones u ocio precario —hecho que denota las alternativas que el sistema ha inoculado a la juventud y el triunfo del “sálvese quien pueda” neoliberal, insolidario con los demás miembros de la comunidad— y no han sometido al mismo juicio la concentración de personas en restaurantes o en hoteles, aunque el riesgo sanitario sea el mismo.

La ideología individualista y reaccionaria del sistema constituye la tormenta perfecta para la proliferación de teorías conspiranoicas. En lugar de analizar el surgimiento de la pandemia en el contexto del funcionamiento del capitalismo, se apoya en argumentos débiles o directamente falsos. Por ejemplo, la doctora que desertó de China y que afirma que el virus fue creado en un laboratorio —cuando no existe evidencia científica de que sea así—, resulta estar a sueldo de Steve Bannon, ex asesor de Trump y gurú de la ultraderecha internacional. No es casual que la extrema derecha o directamente el fascismo quiera aprovecharse de la presente situación; tras una retórica que parece antisistema se esconde una ideología carroñera que fortalece las propuestas más represivas y excluyentes del sistema. De ahí la presencia más que notable de la ultraderecha en las manifestaciones negacionistas de Alemania en agosto o el “tonteo” de VOX aludiendo al “virus chino» y a la tecnología 5G, que los conspiranoicos asocian a la expansión del virus.

Sólo la movilización social cambia la conciencia de la gente. A medida que nos movilizamos ganamos confianza en nosotros mismos y se rompen las divisiones raciales, de género o de cualquier tipo que puedan hallarse dentro de la amplitud de la clase trabajadora. Por eso, valoramos en su justa medida movilizaciones que se han llevado a cabo en los últimos meses como el fortalecimiento del movimiento Black Lives Matter en todo el mundo tras el asesinato racista de George Floyd en Estados Unidos, la rebelión en el Líbano como consecuencia de la destrucción de parte de Beirut debido a la negligencia de un gobierno —que establece cuotas de poder en base a la etnia/religión, modelo impuesto por el colonialismo francés cuando dominaba el país— que no responde a las demandas de su pueblo,  las protestas en Bielorrusia contra el enésimo atropello de Lukashenko contra la gente trabajadora para mantenerse en el poder a toda costa, la derrota judicial del partido nazi Amanecer Dorado en Crecía, gracias al movimiento unitario contra el fascismo y el racismo en el país heleno o el levantamiento del pueblo nigeriano contra un gobierno autoritario que asesina a gente por el mero hecho de reivindicar una vida digna. Aquí, con huelgas como las del MIR en el sector sanitario en Madrid o València a finales de julio, las movilizaciones que han culminado con huelgas en el sector educativo en septiembre y octubre en Andalucía o en un sentido más político, la huida del Rey emérito —por presuntamente haber usado sus privilegios para enriquecerse impunemente— como representante de un régimen hecho por y para las élites que cada vez más gente pone en cuestión o la huelga general que el sindicato CGT llevará a cabo en la Comunidad de Madrid a finales de octubre, abren el horizonte a un futuro más favorable para los y las de abajo.

Tras lo expuesto, recomiendo encarecidamente la lectura del presente folleto para entender la actual situación desde un punto de vista social, económico, político y sanitario con perspectiva revolucionaria y de clase. Agradecer el trabajo colectivo de los distintos militantes de Marx 21 que han colaborado en la traducción del mismo.

Santi Amador (coordinador de la primera edición en castellano)

Fuentes

https://www.rtve.es/noticias/20201011/mapa-mundial-del-coronavirus/1998143.shtml

https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)31713-X/fulltext

https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/06/12/el-coronavirus-podria-aumentar-la-pobreza-extrema-pobreza-en-el-mundo-a-1100-millones-de-personas/

https://www.eleconomista.es/economia/noticias/10699063/07/20/La-economia-espanola-entra-en-recesion-tras-un-desplome-historico-del-PIB-del-185-en-el-segundo-trimestre.html

https://www.servimedia.es/noticias/1272519

https://www.publico.es/ciencias/contaminacion-caida-contaminacion-confinamiento-ve-espacio.html

https://www.epdata.es/datos/cambio-climatico-datos-graficos/447

https://www.diariosur.es/sociedad/quien-es-virologa-li-meng-yan-20201022110549-nt.html

https://www.europapress.es/internacional/noticia-ultraderecha-alemana-protagonista-protestas-negacionistas-alemania-20200906140645.html

https://cadenaser.com/ser/2020/07/29/sociedad/1596036859_184885.html

https://www.newtral.es/transparentia-huelga-mir-sueldos/20200720/

https://cgt.org.es/cgt-anuncia-una-huelga-general-en-madrid-para-finales-de-octubre-de-2020/

https://datosmacro.expansion.com/paro/espana

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