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Tres días después de la reelección de Alexander Lukachenko, en el poder desde hace 26 años, las manifestaciones prosiguen en Bielorrusia.
Tres días de protestas en 25 ciudades y pueblos de Bielorrusia que se saldaron con 7.000 personas detenidas, 250 heridas y la utilización de munición real contra manifestantes en Brest.
Hoy, mujeres vestidas de blanco y portando flores formaron una cadena humana en el centro de Minsk para protestar contra la violencia policial. Mientras, varios cientos de personas se concentraron delante de un centro de detención en Minsk para interesarse por los detenidos.
A pesar del llamamiento al cese de las protestas por parte de la principal opositora, Svetlana Tsikhanovskaïa, la huelga se está extendiendo por la mayoría de las empresas del país.
La resistencia al régimen de Aleksander Lukashenko está creciendo en las calles y en los centros de trabajo.
Huelga general
Desde ayer martes, varias fábricas y lugares de trabajo cesaron su actividad a las 12 del mediodía como parte de una convocatoria de huelga general a raíz de las elecciones presidenciales amañadas. La convocatoria procede de tres blogs de la oposición, Nexta Live, Belamova y MK Belarus, que han instado a la gente a salir a las calles.
Varios talleres de la acería RIA Novosti, al menos el de enrollado de tubos y uno de cables, suspendieron su actividad y se han declarado en huelga.
Entre las demandas de las y los trabajadores están la liberación de presos políticos en el país y la organización de elecciones presidenciales libres.
Asimismo varios talleres como Steel Works (BSW) en Zhlobin, el Instituto Estatal de Metalurgia de Polvo en Minsk, la Planta Eléctrica de Minsk que lleva el nombre de Kozlov, la azucarera Zhabinska y la planta de margarina de Minsk se han unido a la huelga.
En la fábrica de tractores MTZ en Minsk, los trabajadores en huelga se concentraron en la entrada principal.
El activista Ales Tolstyko dijo al canal Belsat Telegram que: “Cerca de la entrada principal de MTZ, se han reunido los trabajadores, exigiendo a la dirección que esclarezca la situación en el país. La gente se está poniendo al día”, dijo el activista.
En la ciudad de Bobruisk, los trabajadores de la fábrica de neumáticos Belshina también se han unido a la huelga.
Un trabajador de la fábrica informó al sitio Charter97.org sobre esto: “Trabajo para Belshina. Nosotros, los empleados de Belshina, nos solidarizamos con el pueblo de Bielorrusia. Apoyamos la huelga”, dijo el trabajador.
Después de la convocatoria de huelga se unen cada vez más empresas y trabajadores en todo el país.
La última en adherirse, según informa el canal Belarus Brain, es la empresa química Grodno Azot, una de las mayores del país. Los trabajadores se unieron a la huelga y firmaron una petición para no reconocer las llamadas elecciones.
Capitalismo de Estado
Lukashenko llegó al poder en el caos que siguió al colapso de la Rusia estalinista y el bloque del Este.
Si bien estos países decían ser “socialistas”, de hecho, eran sociedades capitalistas de Estado donde la clase trabajadora no tenía control.
Pasaron del capitalismo de Estado a un capitalismo de libre mercado. Los políticos comunistas se convirtieron en políticos “democráticos” y los gerentes de empresas estatales se convirtieron en gerentes privados. Lukashenko, por ejemplo, era el director de una empresa agrícola.
Lukashenko ha apostado por enfrentarse a imperialismos rivales, Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea (UE).
Al permanecer dentro del campo ruso, su régimen obtuvo enormes subsidios para apuntalar la economía. Pero, por ejemplo, la falta de privatización masiva también ha enfurecido a algunos oligarcas rusos que esperan nuevos mercados.
Y más recientemente, Lukashenko ha cortejado inversiones de Occidente y China, ambos competidores de Rusia, respaldando algunas políticas neoliberales.
En un contexto de creciente rivalidad imperialista entre Occidente y Rusia, no sorprende que varios líderes occidentales se hagan pasar por partidarios de la lucha por la libertad en Bielorrusia. Esperan que un nuevo presidente sea firmemente a favor de Occidente y del mercado y, por lo tanto, debilite a su competidor.
Una alternativa genuina al autoritarismo de Lukashenko no es más capitalismo de libre mercado, que ha golpeado a la clase trabajadora. Se encuentra en las calles y lugares de trabajo con trabajadores que luchan por la democracia, la justicia social y el socialismo desde abajo.
Marx21 es una red de activistas anticapitalistas que luchamos por el socialismo desde abajo. Para recibir más información, o para afiliarte, pásanos tus detalles de contacto aquí.