David Robles

En la primera semana de diciembre, cuando el Parlamento Europeo declaró la emergencia climática, en la semana en que se llegó al máximo histórico de concentración de dióxido de carbono atmosférico, esa misma semana, comenzó el primero de los tres sondeos exploratorios de gas natural autorizados por la Junta de Andalucía en la provincia de Sevilla, perteneciente al proyecto de investigación de hidrocarburos “Penélope”. El primer pozo está en la localidad de la Rinconada. La empresa Oil and Gas Capital es la que realiza estas búsquedas de hidrocarburos.

Penélope es el proyecto de investigación de hidrocarburos en la Cuenca del Guadalquivir, de los tres solicitados por la empresa Oil and Gas Capital en Andalucía. Penélope es el más avanzado y abarca más de 20.000 hectáreas en una docena de municipios. Este proyecto conlleva un grave peligro pues uno de los escenarios contemplados es la extracción de gas por métodos no convencionales. Sin embargo, públicamente, tanto la empresa como todas las administraciones públicas niegan la posibilidad de extracción de gas no convencional.

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Hay que cambiar el sistema no el clima”, ha sido uno de los lemas más coreados en la manifestación del pasado día 6 de diciembre en Madrid y celebrada paralelamente a la Cumbre Social por el Clima. Los hidrocarburos fósiles deben seguir en el subsuelo. Al ritmo actual de quema de combustibles podemos superar un incremento de temperatura desde inicios de la era industrial de 3,5ºC a finales del siglo XXI. Seguir apostando por los combustibles fósiles y permitir nuevas extracciones equivale a echar más leña al horno del calentamiento global.

Los vecinos y vecinas del Gordillo, una pedanía del pueblo de la Rinconada, se encontraron, de un día para otro, los inicios del pozo de gas a menos de 100 metros de sus casas. Estas vecinas han sido las primeras en encabezar la lucha ciudadana contra el proyecto, arrastrando a algunas administraciones públicas, asociaciones y partidos políticos.

Este proyecto de hidrocarburos pone de manifiesto varios asuntos. Primero, el modelo productivo con el que ha condenado el gran capital a Andalucía: el extractivismo, modelo repetido desde el siglo XIX, mantenido durante el siglo pasado y que se pretende relanzar en pleno siglo XXI. A este nuevo proyecto caliente se suman otros como el almacenamiento de gas en el Espacio Protegido de Doñana, nuevas minas a cielo abierto y monocultivos ultraintensivos. Un modelo que consiste en la extracción de las riquezas y recursos naturales, valiosos para la producción mundial, sin reparto local de la riqueza y con un alto coste medioambiental (local y global), social y con una grave afectación para la salud pública.

Segundo. La dificultad que tienen los partidos de izquierdas tradicionales del Estado español para articular alternativas de empleo sostenibles social y ambientalmente. Ejemplo de ello ha sido la iniciativa de la Diputación de Sevilla presidida por el PSOE-A, con el apoyo de todos los partidos que la componen, desde la extrema derecha hasta Adelante Andalucía (coalición de IU y Podemos Andalucía) para impulsar la reapertura de la mina a cielo abierto de Aznalcollar (Sevilla), causante de uno de los mayores accidentes ambientales que hemos padecido. Un apoyo político a una mina insostenible en base, únicamente, a combatir las altas tasas de desempleo que sufre Aznalcollar.

Y tercero. Desde la lucha contra el cambio climático tenemos que apostar por frenar todos los nuevos proyectos de extracción de hidrocarburos. Tenemos que unirnos masivamente y desde abajo a la iniciativa de vecinos y vecinas de la Rinconada. No sólo se ha abierto un pozo de perforación. También se ha abierto una oportunidad de reactivar las luchas en un contexto de emergencia climática. El final desilusionante, pero no inesperado, de la COP25 lo ha puesto, una vez más, de manifiesto: los cambios necesarios para frenar el calentamiento global no vendrán ni impulsados por los gobiernos ni por las grandes empresas, sino por la ciudadanía. Una ciudadanía que participe en espacios como #FridaysForFuture, #ExtinctionRebellion, etc., que tome conciencia de que sólo mediante un movimiento unitario se puede conseguir un cambio de sistema.


David Robles es militante de Marx21 Andalucía

Fotos:
Protesta vecinal en El Gordillo / Víctor Rodríguez
Exploración que se está desarrollando en una zona muy próxima a la barriada de El Gordillo / Equo Sevilla