Marx21
Las elecciones del 10 de noviembre nos dan una cierta sensación del Día de la Marmota, pero no es del todo así.
En los grandes titulares los resultados se parecerán, pero el 10N está lejos de ser una simple repetición del 28A. Hay diferencias importantes, tanto negativas como positivas.
Un aspecto positivo es que la CUP se presenta. Lo más negativo, que parece que VOX obtendrá más escaños.
Escribimos sobre los resultados de las elecciones anteriores, del 28A, y sobre la fracasada investidura. Acabamos de publicar una reflexión acerca del debate electoral del 4 de noviembre. No vamos a repetir todos esos argumentos aquí.
Encuestas y apuestas
Hagamos un breve resumen del estado de la contienda.
El PP decidió moderar el giro hacia posiciones ultras que realizó para el 28A, aunque sigue sin plantar cara a los argumentos racistas de VOX.
Una pequeña buena noticia es que, según las encuestas, Ciudadanos se hunde. La mala es que parece que muchos de sus votos pasan a VOX. Éste es uno de los motivos de su prevista subida. Ésta se debe por encima de todo a la normalización de actitudes de extrema derecha —sobre todo en lo que se refiere al racismo y a la cuestión de Catalunya— tanto en los medios como en el discurso de otros partidos. Por otro lado, pesa mucho la ausencia en muchos territorios del Estado de un movimiento unitario contra la extrema derecha. A esto volveremos más abajo.
Políticamente, PSOE es aún peor que en abril. Ni siquiera acepta la oferta de Unidas Podemos de apoyarlos a cambio de casi nada. Es de suponer que permitieron que llegásemos a nuevas elecciones pensando que obtendrían más escaños, pero es evidente que no conseguirán una mayoría. Así que parece que quieren una “gran coalición”, como las que existen en diferentes países europeos: es decir un pacto implícito o explícito entre el partido socialdemócrata y la derecha conservadora. Sus bases siguen siendo bastante diferentes a las del PP —en general son más obreras y más a la izquierda— pero su dirección ha dejado claro (de nuevo) que sobre las “grandes cuestiones de Estado” representarán fielmente los intereses de la burguesía española.
¿Ya no Podemos?
Unidas Podemos sigue por el camino de la decepción. Parece mentira, Podemos se fundó hace poco más de cinco años, y ya han pasado de las esperanzas en un gran cambio al tacticismo y los trapicheos, un recorrido que los partidos socialdemócratas tradicionales tardaron hasta un siglo en completar.
La escisión de Íñigo Errejón, “Más País” lleva el pragmatismo aún más lejos, y su destino lógico es fundirse en el PSOE.
Así que lo triste es que, en gran parte del Estado, la única opción con posibilidades electorales que ofrece algo más allá del consenso del establishment es Unidas Podemos. Para las personas que quieren un mundo diferente, y que tengan voto, lo más sentado es votar a UP… sin ilusiones, sin pensar que esto en sí va a resolver nuestros problemas.
Se entiende que muchas personas que tenían grandes esperanzas en el proyecto de Pablo Iglesias se sentirán extremadamente decepcionadas y no querrán votarlo. A las personas que apoyábamos el proyecto de manera crítica, siempre desde visiones independientes y teniendo claras sus limitaciones, sufrimos menos esa decepción.
Con todo, aquellos sectores de la izquierda que activamente piden la abstención o el voto nulo se equivocan. Efectivamente están diciendo que no hay diferencia entre un voto a VOX, al PP, al PSOE y a Unidas Podemos. No cambiaremos el mundo mediante las elecciones, está claro, para esto hacen falta luchas sociales, luchas de clase. Pero en estas luchas siempre hace falta que alguien dé el primer paso. Hoy en día, las luchas estallan de maneras muy imprevistas, pero es más probable que, en el lugar de trabajo o en un barrio, la persona que levanta la voz y propone plantar cara simpatice más con Unidas Podemos que con un partido de derechas, por ejemplo. No tiene sentido que la izquierda más combativa adopte una actitud sectaria hacia estas personas, dedicándose a convencerlas para que no voten a UP.
El debate más importante que debemos tener con la gente en nuestros barrios, y con potenciales activistas de las luchas sociales, es precisamente a favor de las luchas sociales, no para rechazar (ni tampoco exigir) un voto a UP.
Catalunya y Euskal Herria
En Euskal Herria —más exactamente en la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra— se presenta EH Bildu. Es un hecho desafortunado que el abandono de la lucha armada (un cambio en sí positivo) no conllevó una creciente orientación hacia la lucha social de base, sino una cierta institucionalización de la izquierda abertzale. Aún así, EH Bildu es sin duda la mejor opción electoral en estos territorios.
En Catalunya, como se ha comentado, CUP se presenta por primera vez a elecciones al congreso. Lo hace con el objetivo de ser un altavoz de las luchas sociales, no para hacer juegos parlamentarios. Esto es muy positivo y se merecen el voto de cualquier persona combativa de Catalunya, sin importar si eres más o menos independentista.
Algunos sectores de la izquierda radical en el resto del Estado español han expresado cierta envidia: “¿por qué no podemos votar a la CUP en nuestro territorio?”. De hecho, la CUP hizo una propuesta de candidatura de coalición anticapitalista de ámbito estatal, pero no hubo tiempo para organizarla.
En todo caso, la solución no es lamentar no poder votar a la CUP, sino mirar de organizarse mejor en otras partes. También se debe entender que no todo es perfecto; el éxito de la CUP al lograr mucha representación institucional ha tenido sus efectos, dedicando mucho esfuerzo al trabajo institucional, a costa de un enfoque más centrado en la movilización social.
Por otro lado, es cierto que a la CUP le ha costado, y aún le cuesta, encontrar una estrategia de cambio que no pase por el bloque nacional, sino centrada en una visión de clase. Finalmente, algunos sectores de la CUP sufren de sectarismo: éste se manifiesta como una reticencia a impulsar luchas unitarias con otra gente de izquierdas y de la clase trabajadora.
Dicho todo esto, la CUP sigue siendo uno de los espacios políticos más interesantes de Europa, y más que merecedora de los escaños que las encuestas le otorgan. Los y las activistas del resto del Estado (y también de Catalunya) que quieran solidarizarse con su campaña lo pueden hacer, mediante una aportación económica (si están en condiciones de hacerla), en esta web: https://donacions.cup.cat/
StopVox10N
Las últimas encuestas dan un aumento de VOX, llegando incluso a 50 escaños. No es el lugar para dar todo el argumentario contra la extrema derecha, pero cualquier persona demócrata debe entender que el crecimiento de VOX es peligroso, y que hay que hacer lo posible para pararlo.
La solución no es ningún misterio; se ha comprobado en muchos sitios y épocas que hay que impulsar la lucha unitaria, denunciando directamente sus discursos, sus actividades…
En estos últimos meses se ha acabado de derrotar a Amanecer Dorado, el partido neonazi en Grecia, mediante estas estrategias, impulsadas por el movimiento unitario KEERFA.
Dirigentes de VOX ya se están quejando ante el material que se está distribuyendo dentro de la campaña de Stop VOX impulsada por Unitat Contra el Feixisme i el Racisme en Catalunya, y movimientos hermanos en otros territorios. Incluso han amenazado con denuncias contra UCFR Menorca, un movimiento formado sólo hace unas semanas, que ya han distribuido miles de octavillas en la isla. Es una nueva muestra de que estas campañas molestan a la extrema derecha: les hacen daño. Por tanto, hay que impulsarlas en más territorios.
En los pocos días que quedan de campaña se deberían difundir los materiales que circulan con la etiqueta #StopVox10N.
Durante los próximos meses, sería interesante movilizar en respuesta a la llamada, acordada en un encuentro internacional reciente, a realizar protestas coordinadas el 21 de marzo de 202o, día de la ONU contra el racismo. (Más información próximamente en https://worldagainstracism.org/ )
Cambio de base
Finalmente, no hay que perder de vista las cuestiones políticas más generales. El planeta está en crisis climática. Todo indica que la economía mundial entrará pronto en una nueva recesión (se supone que ahora mismo no estamos en recesión). La extrema derecha crece a escala mundial. Los avances en los derechos de las mujeres y la gente LGTB nunca se acercaron a una liberación completa y ahora se encuentran bajo nuevos ataques.
Y ante todo esto, la izquierda tiene su propia crisis. Luchas estallan por todas partes, lo que es muy positivo, pero la izquierda organizada tiene poco que ofrecer en términos de explicaciones y aún menos de propuestas de cambio.
La pequeña red de activistas de Marx21 nos proponemos participar en las luchas, y presentar en ellas los argumentos por un cambio fundamental. Defendemos el socialismo desde abajo, la lucha unitaria contra toda forma de opresión, un freno al cambio climático mediante la superación del principal culpable, que es el capitalismo…
Es posible cambiar las cosas, pero necesitamos a más gente —mucha más gente— empezando por ti.
Si quieres participar en nuestra red, ponte en contacto, aquí.