Activista de UCFR-Aljarafe
Por la unidad frente al fascismo y al racismo en Camas, Sevilla
El día 15 de junio se constituyeron los gobiernos municipales derivados de las elecciones municipales del 26 de mayo. En los pueblos del Aljarafe sevillano la representación de la ultraderecha de VOX es de trece concejales para una población de cuatrocientos mil habitantes distribuidos en treinta municipios.
Desde Unidad Contra el Fascismo y el Racismo (UCFR) en el Aljarafe creemos que es muy importante seguir con la lucha antifascista. Ante cualquier atisbo de política ultraderechista basada en la xenofobia, la LGTBIfobia, el machismo… tenemos que movilizarnos para que el odio y la intolerancia sean erradicados.
Con este objetivo nos movilizamos en el acto de la constitución del nuevo gobierno municipal del pueblo de Camas. Acudimos al pleno municipal para enseñar pancartas, con lemas antifascistas cada vez que un miembro de VOX era nombrado concejal. Hicimos esto porque queríamos y para dejar claro que “ojo, existimos, y estamos organizados”.
Queremos que lo tenga claro el PSOE que tiene la alcaldía para que no se duerma en los laureles de la mayoría que tiene, que olvide los brindis al sol e impulse avances sociales para eliminar los problemas reales de los y las habitantes de su comunidad, así como para se una a nuestro bloque antifascista junto con los demás grupos de izquierdas, Adelante Andalucía y Marea Andalucista.
Pero, sobre todo, queremos que la ultraderecha de VOX sepa que la calle está organizada, que vamos a defender nuestros derechos y libertades con uñas y dientes.
El alcalde de Camas nos pidió que bajáramos los carteles “para poder seguir con la normalidad democrática”. Cuando bajamos de los asientos superiores y nos colocamos frente a los dos concejales de VOX —al lado de la puerta del salón de actos donde se celebraba la constitución del gobierno municipal— uno de nuestros compañeros le contestó en voz alta que no puede haber normalidad democrática si el fascismo está sentado en la mesa de las instituciones. Después nos echaron.
Una vez fuera, y reunidxs para valorar la acción, varias personas que asistieron al pleno municipal nos dijeron que tras el revuelo provocado por nuestra acción, el alcalde recién elegido y que revalidaba mandato, admitió que estaba muy cerca de nuestro pensamiento.
La lucha contra la ultraderecha sigue en las calles y la unidad de la izquierda, sin sectarismos, es esencial para avanzar.
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