Alrededor de un millón de personas en Hong Kong se unen a las protestas contra la Ley de extradición. La lucha continúa
Lam Chi Leung
En la mañana del pasado 12 de junio, 40.000 ciudadanos en Hong Kong ocuparon las calles cerca de la Cámara Legislativa y de la sede central del Gobierno, forzando el retraso de la segunda lectura de la enmienda al borrador de la llamada Ley de extradición. Muchos de los manifestantes son jóvenes de 18 a 24 años.
La policía ha empleado la violencia contra los manifestantes, no sólo empleando gas y spray de pimienta, sino también munición y balas de goma sin previo aviso. El resultado: 79 personas heridas, dos de ellas muy graves.
Tanto el jefe de policía como la jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, han descrito la protesta como una “rebelión”.
A primera hora del domingo 9 de junio, una increíble multitud de más de un millón de personas se unieron en una manifestación masiva con el lema “No a la deportación a China”. Fue la mayor manifestación desde el retorno de Hong Kong a la soberanía china en 1997. Alrededor de uno de cada siete habitantes del territorio autónomo participó en la manifestación.
Los medios de comunicación oficiales de la China continental dijeron que esta manifestación estaba controlada, de forma oculta, por los poderes occidentales. Esto no tiene ningún sentido. La mayoría de los manifestantes actuaron bajo sus propios criterios.
Los manifestantes gritaban “No a la extradición a China” y “Que caiga, que caiga Carrie Lam”, exigiendo la retirada de la propuesta de enmienda a la Ley de extradición por parte del gobierno de Hong Kong.
Viviendo con miedo
Bajo la actual ley de extradición, Hong Kong permite extraditar a fugitivos que lleven mucho tiempo en su territorio, siendo 20 países los que se han puesto de acuerdo con el territorio autónomo de Hong Kong. Sin embargo, la ley excluye explícitamente a la República Popular China (China continental). Las autoridades de Hong Kong quieren eliminar este artículo que excluye a la República Popular China, para que los sospechosos puedan ser extraditados desde Hong Kong.
La enmienda podría reducir de forma drástica la autonomía de Hong Kong, la cuál ya ha sido limitada. Debido al régimen autoritario unipartidista chino, la gente puede perder la protección que le da esta ley. La enmienda puede hacer posible que en cualquier momento el régimen de Pekín extradite a gente a la República Popular, donde los interrogatorios sin garantías son corrientes.
El Partido Comunista de China desea extraditar y recuperar a sus propios funcionarios corruptos y hombres de negocios que habían huido a Hong Kong. En el pasado, el gobierno chino ha enviado agentes para “secuestrar” gente y traerla de vuelta al continente, lo cuál fue criticado como una “Ley de seguridad pública y detención transfronteriza”.
Pero tras la enmienda, la Ley de extradición podría ser aplicable a los ciudadanos de Hong Kong también. Eso podría afectar especialmente a la gente que critica frontal y abiertamente al gobierno chino y su liderazgo, como la gente que recuerda los sucesos de Tiananmen cada año o la gente que ayuda a los activistas pro democracia chinos a escapar. Todas estas personas podrían correr serio peligro.
Aquellos activistas de movimientos sociales que han apoyado a movimientos en China —como organizaciones obreras; grupos de derechos humanos; ONGs…— podrían ser extraditados por el gobierno chino bajo el pretexto de “amenaza a la seguridad nacional”.
La propuesta de enmienda haría que los ciudadanos de Hong Kong vivieran con medio. Hong Kong podría ser similar a cualquier ciudad de la China continental, donde los ciudadanos viven con miedo a las consecuencias que puede acarrear la crítica al sistema y sus políticas.
La Ley de extradición es como una espada de Damocles sobre el cuello de la gente de Hong Kong.
Debates sobre las huelgas políticas
La protesta contra la Ley de extradición ocurre cinco años después del Movimiento de los Paraguas. Los 81 días de ocupaciones de las calles demandando unas elecciones democráticas acabaron en septiembre de 2014 sin éxito. El gobierno demandó masivamente a los organizadores del Movimiento de los Paraguas y suspendió a 6 miembros pro democracia que fueron elegidos a la Asamblea de Hong Kong.
Pero con el tiempo, las protestas han reavivado hasta cierto punto la moral de las masas.
Enfrentándose a la prohibición policial, el movimiento pro-democracia ha llamado a otra manifestación para el 16 de junio, estimando que la participación no será menor que la del pasado 9 de junio.
Pero las manifestaciones y ocupaciones del espacio público cerca de los edificios gubernamentales por sí solas no harán que retroceda el gobierno.
La gente ha llamado a una huelga de trabajadores y estudiantes para el 12 de junio. El Sindicato Profesional de Profesores y el Sindicato General de Trabajadores han mostrado su apoyo.
Además, alguna gente joven está estableciendo piquetes en el distrito comercial. Algunos han sugerido el concepto de huelgas políticas y están desarrolándose discusiones en Internet. Todo indica que el movimiento ha avanzado en conciencia política comparado con el Movimiento de los Paraguas.
Pero la huelga del 12 de junio fue más bien un símbolo, no ha conseguido toda la extensión necesaria.
No es difícil de comprender. La clase trabajadora de Hong Kong solía tener una gloriosa historia —la huelga de marineros en 1922 o la huelga de Cantón y Hong Kong en 1925-26, la cual golpeó fuertemente al imperialismo— pero hubo un retroceso en la lucha en los años siguientes. No es fácil movilizar a la gente en una huelga poderosa en poco tiempo.
Sin embargo, cada vez más gente intentará encontrar respuestas mejores a esta profunda crisis política.
La izquierda socialista de Hong Kong puede impulsar los debates acerca de las huelgas políticas hacía una conclusión estratégica: necesitamos que las masas se autoorganicen y podemos explicar por qué la lucha por las libertades civiles es inseparable de la lucha por una democracia política y la igualdad económica.
Lam Chi Leung es un socialista revolucionario en Hong Kong. Este artículo es del 13/06/2019.
- Protesters attend a demonstration demanding Hong Kong’s leaders to step down and withdraw the extradition bill, in Hong Kong, China, June 16, 2019. REUTERS/Tyrone Siu – RC1FB07DBEB0
- FILE – In this Sunday, June 16, 2019, file photo, a protester clenches his fist as tens of thousands of protesters march on the streets to stage a protest against the unpopular extradition bill in Hong Kong. (AP Photo/Vincent Yu, File)
- HONG KONG – JUNE 16: Protesters hold placards as they prepare to demonstrate against the now-suspended extradition bill on June 16, 2019 in Hong Kong. Large numbers of protesters rallied on Sunday despite an announcement yesterday by Hong Kong’s Chief Executive Carrie Lam that the controversial extradition bill will be suspended indefinitely. (Photo by Carl Court/Getty Images)
- HONG KONG, HONG KONG – JUNE 17: Protesters occupy a street demanding Hong Kong leader to step down after a rally against the now-suspended extradition bill outside of the Chief Executive Office on June 17, 2019 in Hong Kong China. Hong Kong pro-democracy activist, Joshua Wong, said on Monday after being released from jail that Chief Executive Carrie Lam must step down as he joined protesters against the controversial extradition bill which would allow suspected criminals to be sent to the mainland and place its citizens at risk of extradition to China. (Photo by Anthony Kwan/Getty Images)
- Thousands of protesters dressed in black take part in a new rally against a controversial extradition law proposal in Hong Kong on June 16, 2019. – Tens of thousands of people rallied in central Hong Kong on June 16 as public anger seethed following unprecedented clashes between protesters and police over an extradition law, despite a climbdown by the city’s embattled leader. (Photo by HECTOR RETAMAL / AFP) (Photo credit should read HECTOR RETAMAL/AFP/Getty Images)