Artículo de opinión publicado en Público, 20/03/2019

ES CA

David Karvala

La semana pasada pensaba que escribiría un artículo estándar para explicar las manifestaciones que se celebran en diferentes países estos días con motivo de la jornada internacional contra el racismo, además de cuatro cosas sobre Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR), el movimiento unitario contra la extrema derecha en Catalunya.

Pero ahora, no puedo evitar hablar del atentado terrorista y fascista en Nueva Zelanda.

Dicho esto, la conclusión será la misma: que ahora más que nunca hace falta una lucha unitaria contra el fascismo y el racismo, especialmente contra la islamofobia.

Islamofobia: teoría y práctica

El 15 de marzo, un hombre blanco con simpatías neonazis fue a dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, donde asesinó al menos a 50 personas e hirió a decenas más (aún no sabemos la cifra final de muertos). Lo hizo por el simple hecho de que eran musulmanes: quería matar a las personas que encontrara en las mezquitas aquel viernes, día sagrado del islam.

Ha habido reacciones muy diversas a los atentados. La prensa habla de “lobos solitarios”. Un periódico británico incluso habló con la abuela del asesino que dijo que de pequeño era “un chico angélical”. Un senador australiano de extrema derecha declaró que la verdadera causa del atentado había sido “el programa de inmigración que permitió que fanáticos musulmanes emigraran a Nueva Zelanda”.

En realidad, el atentado sólo puede entenderse dentro del contexto de racismo, y sobre todo de islamofobia, que impregna la sociedad.

El “manifiesto” que publicó el asesino refleja otro aspecto del terrible acto; la obsesión con el espectáculo y la fama, mediante las redes sociales y los medios de comunicación. Su texto reproduce una fantasía adolescente de ser un famoso al que hacen entrevistas; escribe las preguntas de un imaginario periodista y sus propias respuestas. En conjunto, es bastante patético.

Pero sus argumentos no son nada originales: la visión de la gente musulmana como una fuerza invasora y enemiga está demasiado extendida en la sociedad. Los políticos del establishment señalan e incluso amenazan a la gente migrada y musulmana, pero normalmente dentro de los límites de la constitución (aunque el PP actual se acerca mucho —si no los ha sobrepasado ya— a estos límites).

Los políticos de extrema derecha —como los que impulsan VOX— se aprovechan del ambiente creado por los partidos establecidos, pero llevan el argumento aún más lejos; proponen “soluciones” aún más brutales y racistas. Por ejemplo, respecto al islam, VOX propone el cierre de mezquitas, la expulsión de imanes, una mayor participación del ejército español en acciones militares contra islamistas…

Lo que hace el asesino es llevar a la práctica la lógica de estos argumentos. En su entrevista imaginaria explica su elección de mezquitas como objetivo. Se pregunta (a sí mismo) “¿Por qué atacas a musulmanes?”, y se responde: “Son el grupo de invasores más despreciado en occidente, así que al atacarlos recibiré el máximo nivel de apoyo”.

Atentados como éste son un resultado de las ideas islamófobas promovidas por políticos y por muchos medios. No me atrevo a atribuir culpa jurídica a nadie —tienen mucho dinero y equipos legales y no quiero problemas— pero en términos morales, son culpables. Quien día sí y día también señala a las personas musulmanas como al enemigo no puede esconder la mano cuando su odio verbal se convierte en hechos mortíferos.

Hay que parar a la extrema derecha

Como he dicho al principio, todo esto confirma la necesidad de combatir a la extrema derecha que está creciendo en todo el mundo. Ahora mismo, en el Estado español, la extrema derecha tiene nombre propio, que es VOX. Con esto no estoy diciendo que no haya otras organizaciones fascistas; aún existen grupúsculos neonazis que llevan a cabo agresiones en la calle y son una amenaza. También hay otros problemas, más allá de la extrema derecha, que deben resolverse.

Pero con respecto a este tema, detener a VOX debe ser una prioridad. VOX es el partido que actualmente tiene más posibilidades de reproducir aquí lo que ha hecho el Front National en Francia: aglutinar a la extrema derecha —desde sectores ultras escindidos de la derecha conservadora hasta auténticos verdugos fascistas— en una fuerza política con presencia institucional.

Por eso, hace meses —la noche del 2 de diciembre, de hecho— Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR) emitió un llamamiento a personas y entidades de todo el Estado español, con el objetivo de crear movimientos unitarios en los diferentes territorios con la mirada puesta en detener a VOX.

Ha habido respuestas muy positivas, pero también se han expresado diversas objeciones. De hecho, se podría decir que son tópicos; son los mismos argumentos que oímos cuando iniciamos UCFR en 2010, ante la subida del partido fascista (con traje) Plataforma per Catalunya (PxC). Se nos dijo que si hacíamos campaña en contra suya, les haríamos publicidad. Nos dijeron que no tenía sentido hablar de PxC si partidos mucho más grandes como el PP “también eran fascistas”. Nos dijeron que en lugar de hacer campaña contra PxC teníamos que combatir al neoliberalismo…

En noviembre de 2010, PxC casi logró diputados en el Parlamento catalán, con el 2,4% del voto; en mayo de 2011 subieron de 17 concejales en Catalunya a 67, siendo la segunda fuerza en Vic y la tercera en El Vendrell.

Trabajamos para construir UCFR, sumando a personas y entidades muy diversas en un esfuerzo conjunto para detener el racismo y el fascismo, con un enfoque claro en la lucha contra PxC. Respondimos a las objeciones mencionadas y poco a poco los hechos confirmaron la validez de nuestra apuesta.

Actualmente, UCFR está formada por más de 650 entidades de todo tipo: el conjunto de los movimientos vecinal, juvenil y sindical; muchas asociaciones sociales y culturales; organizaciones de gente migrada, entidades musulmanas y de otras religiones; organizaciones políticas que abarcan desde la izquierda institucional hasta grupos “antisistema”; grupos de “castellers”; casales… UCFR se organiza en una veintena de grupos locales en diferentes partes de Catalunya.

En las municipales de mayo de 2015, se eliminó a PxC completamente de todos los ayuntamientos de todas las comarcas donde se aplicó la estrategia de UCFR; la de señalarlo directamente como un partido fascista. Cayeron de 67 concejales a un total de sólo ocho. Y estos ocho estaban en ciudades donde por diferentes motivos se habían aplicado otras estrategias, no centradas en combatir PxC.

VOX y PxC no son partidos idénticos. Sin ir más lejos, VOX está creciendo y PxC —que desde mayo de 2011 sólo ha conocido derrotas electorales— se acaba de disolver; lo que queda de su militancia se integra a VOX. Pero en términos prácticos no son tan diferentes; se ponen traje y corbata, dicen mentiras y fomentan el odio para intentar entrar en las instituciones.

En Catalunya, UCFR ha derrotado a PxC. También, no lo debemos olvidar, una magnífica campaña vecinal en el distrito barcelonés de Sant Martí, liderada por el grupo local de UCFR, consiguió cerrar el centro neonazi Tramuntana. En Gran Bretaña, la lucha unitaria contra el fascismo ha derrotado sucesivamente al Frente Nacional británico, al British National Party, a la English Defence League… En Grecia, la lucha unitaria contra la organización neonazi Amanecer Dorado (AD) impulsada por el movimiento unitario KEERFA los ha frenado. Actualmente AD está bastante paralizado, acusado de ser una banda criminal en un largo juicio en el que KEERFA ejerce de acusación popular.

Así que ante el peligro de VOX, parece sensato aplicar la estrategia unitaria que ha funcionado, en lugar de estrategias basadas en suposiciones y tópicos, similares a las que han permitido el crecimiento del Front National en Francia.

La lucha internacional

En los últimos años, se han ido creando movimientos unitarios contra el racismo y la extrema derecha en diversos países. Desde hace unos cinco años, convocamos una jornada de movilizaciones en torno al día de la ONU contra el racismo, oficialmente el 21 de marzo. Este año, hemos dado un importante paso adelante y hemos creado espacios de coordinación entre movimientos, para compartir información, propuestas, materiales… y en general para fortalecer y extender la lucha contra el racismo y el fascismo a nivel internacional.

La extrema derecha se coordina cada vez más entre diferentes países y continentes. Las victorias electorales de Trump y Bolsonaro dieron fuerza a toda la extrema derecha en todo el mundo. Las diferentes fuerzas ultras en Europa intentarán fortalecerse en Bruselas en las elecciones europeas del próximo mayo. Está por ver hasta qué punto lo consiguen. Si tienen vía libre, podrán obtener más eurodiputados y formar un grupo parlamentario fuerte. En cambio, si los denunciamos y presionamos, tendrán menos representación. Además, si señalamos claramente a los elementos netamente fascistas —incluso neonazis— dentro de la extrema derecha europea, podemos hacer más difícil que los sectores ultras más “respetables” colaboren con ellos.

Por todo ello se han organizado acciones del 16 al 24 de marzo, con el lema “un mundo contra el racismo y el fascismo”, en más de 70 ciudades de todo el mundo, desde Nueva York hasta Seúl en Corea del sur. En la mayoría de estas ciudades salieron el pasado sábado 16 de marzo. Unas 25.000 personas en Londres, 12.000 en Viena, una manifestación masiva en Atenas con una fuerte participación de gente de varios campos de refugiados…

La manifestación en Barcelona será el sábado 23 de marzo. Nunca se pueden predecir estas cosas, pero todo indica que será una movilización importante.

Nosotros somos más

Estamos en un momento clave. Si no hacemos nada, el año 2019 podría ser el año de un gran salto adelante para la extrema derecha, aquí y por doquier. El trágico atentado de Nueva Zelanda sólo es un ejemplo de lo que podemos esperar. La victoria electoral de Bolsonaro ha ido acompañada de muchas agresiones y unos cuantos asesinados. Las imágenes de niños pequeños encerrados por Trump en jaulas en la frontera entre EEUU y México es otro ejemplo. Los años 30 del siglo pasado nos demuestran qué pasa si el fascismo toma el poder definitivamente.

La situación es grave, sí: pero esto nos debe animar a luchar, no caer en la desesperación.

Con la unidad contra el fascismo y el racismo detuvimos a PxC en Catalunya. Si se aplica una estrategia parecida, podemos parar a VOX. Es cierto que ellos tienen dinero. Tienen la complicidad de canales de TV que sólo se preocupan por las cuotas de audiencia, aunque sea a costa de difundir mensajes de odio. Cuentan con la vergonzosa connivencia del PP y Ciudadanos, que harán cualquier cosa por tener poder.

Nuestra fuerza es la unidad. La gran mayoría de la sociedad —digamos el 99%— pagaría el precio por la subida al poder del fascismo. Pues la gran mayoría tenemos un interés compartido en hacer que esto no ocurra. Este ha sido el secreto de UCFR. No es el espacio de unos pocos que actúan en nombre del resto. Es un espacio protagonizado y formado por personas diversas, normales y corrientes, de todos los sectores que sufrirían bajo la extrema derecha.

El reto, en muchos territorios del Estado español, es trabajar para crear espacios en este mismo sentido. Hace ya más de un año que se creó en Valencia un movimiento hermano de UCFR, Crida Contra el Racisme (Llamada Contra el Racismo). Además, sin ir más lejos, existen núcleos incipientes de Unidad Contra el Fascismo y el Racismo en Sevilla y en Henares. Pero en todas partes queda mucho trabajo que hacer. No es una tarea fácil y hay que romper con muchas preconcepciones, muchos tópicos. Pero la experiencia demuestra que funciona.

Tanto la red internacional contra el racismo y el fascismo como los grupos unitarios en cada localidad demuestran que lo que tenemos en común —entre personas de diferentes países, con diferentes idiomas, con diferentes religiones…— es mucho más importante de lo que nos separa.

Así podremos derrotar a los fascistas, y superar el odio que difunden. Por eso es tan positivo que el nuevo movimiento unitario en Nueva Zelanda —Love Aotearoa Hate Racism— haya convocado una manifestación en Auckland, la principal ciudad del país, el próximo domingo, 24 de marzo, para reunir a la gran mayoría de la sociedad contra los que intentan dividirnos y en solidaridad con las víctimas de los atentados.

Nosotros somos más. Si nos unimos, y luchamos colectivamente, derrotaremos a la extrema derecha. Y al hacerlo, demostraremos también que las personas podemos hacer que el mundo sea un lugar mejor.


Notas y fuentes

Web de UCFR: ucfr.cat
La incipiente Red Unitaria Contra el Fascismo y el Racismo, espacio de coordinación de ámbito estatal: redunitaria.wordpress.com
Web de la red internacional: WorldAgainstRacism.org

David Karvala, El antifascismo del 99%: La lucha unitaria contra la extrema derecha y el racismo. Ediciones La Tempestad, marzo de 2019.

David Karvala (ed.), Combatir la islamofobia: Una guía antirracista. Icaria, 2016.