Argelia, ¡la calle se mueve!

Anzar Atrar

Argelia está experimentando uno de los movimientos de protesta social más importantes desde su independencia de Francia en 1962. Millones de argelinxs han tomado las calles de las principales ciudades para exigir la retirada de la candidatura del presidente Bouteflika, quien quería presentarse a un quinto mandato. Además, la gente movilizada exige un cambio de régimen.

Ha de recordarse que el jefe de Estado sufrió un derrame cerebral, fue ingresado en un hospital en Ginebra el 27 de abril de 2013 y fue dado de alta tras un largo periodo de hospitalización. Tras el alta hospitalaria, Bouteflika se encontró en una situación incapacitante para desarrollar sus funciones, tanto a nivel motor como intelectual. Su último discurso ante la nación fue el 8 de mayo de 2012, cuando prometió importantes reformas para evitar lo que era, ya entonces, la amenaza de la Primavera Árabe. Incluso había insinuado que dejaría el poder y no se postularía para las próximas elecciones.

A pesar de su estado de salud, y que sus apariciones públicas fueron cada vez más raras y breves, Bouteflika participó en las elecciones de 2014 sin aparecer en público y consiguió un cuarto mandato. Muchos observadores señalan que esta reelección fue posible gracias a la manipulación de las elecciones y un boicot masivo de la población.

En el origen de la protesta

Las protestas actuales comenzaron con pequeñas manifestaciones organizadas por un movimiento denominado “Mouwatana” que significa “ciudadanía”. Estas manifestaciones fueron sistemáticamente reprimidas por la policía. Unos días después, el 15 de febrero de 2019, la población de la localidad de Kherrata (Kabylie) salió a las calles para expresar su rechazo a la candidatura del presidente saliente y exigir un cambio de régimen.

Tras el anuncio oficial de la candidatura de Bouteflika se hicieron llamamientos para organizar manifestaciones en todas las ciudades del país. El pueblo de Argelia experimentaba esta nueva candidatura como una afrenta visto el estado de salud del presidente, pero también debido a las sospechas que se ciernen sobre su hermano, quien se dice que es el verdadero presidente de Argelia y que actuaría con la complicidad de su círculo de confianza para gestionar los asuntos del país fuera de las instituciones legales.

Cabe señalar que durante los 20 años de la presidencia de Bouteflika, los economistas hablan de casi 1.000 billones de dólares inyectados en la economía nacional sin que el país salga de la dependencia crónica de los hidrocarburos. Esta gran cantidad de dinero estaría siendo usada por el círculo del presidente, organizado en torno al foro de empresarios que administra el poderoso patrón Ali Haddad.

Debe recordarse que el país se ha visto afectado por una importante crisis económica desde 2014, que corresponde al comienzo de la caída del precio de los hidrocarburos. Esta crisis empujó al gobierno a crear dinero para financiar el presupuesto estatal, provocando una subida de la inflación que afectó muy significativamente al poder adquisitivo de las personas más desfavorecidas.

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Protestas

Acto 01:

El 22 de febrero, respondiendo a llamadas anónimas en las redes sociales, cientos de miles de argelinxs salieron a las calles de las grandes ciudades exigiendo la retirada de la candidatura del presidente de la República. Además, exigían un cambio de régimen, que califican como corrupto y al servicio de intereses extranjeros.

Esta primera demostración de fuerza sorprendió al poder y a la clase política clásica que se vieron abrumados por acontecimientos que nadie había predicho. Estas manifestaciones fueron pacíficas y, a diferencia de las anteriores, el poder no quiso o no pudo reprimirlas debido a su envergadura.

Este primer acto exitoso dio esperanza a una juventud sedienta de libertad que no quiere ser sometida a gobiernos corruptos ni a una guerra civil como en Siria, chantaje a menudo utilizado por el poder civil y militar para disuadir a la gente trabajadora de salir a la calle. A esta política de intimidación, las personas manifestantes corearon “traer de vuelta a la policía o incluso a las fuerzas especiales, no habrá un quinto mandato de Bouteflika”.

Acto 02:

El acto 2 de la protesta tuvo lugar el 1 de marzo de 2019. La movilización fue más fuerte que la anterior. Se habla de millones de personas en la calle para manifestarse de manera pacífica y organizada. Asumiendo el riesgo de infiltración de matones enviados por el régimen, la población se dio a sí misma la consigna de no responder a las provocaciones ni a los golpes y cantar cuando la policía estuviera enfrente “pacífica” para obligarlos a no reprimir la protesta.

El Acto 2 fue exitoso y no hubo ningún incidente significativo. Al final de la marcha, se hicieron llamamientos para crear foros donde organizar el movimiento y evitar así la participación de las fuerzas políticas convencionales.

Acto 03:

El acto 3 fue el 8 de marzo de 2019, en el que participaron diferentes movimientos feministas. Fue la primera vez desde la independencia que se vivía una movilización con tan fuerte participación de mujeres. Este día se celebró como el día del renacimiento del pueblo argelino que había demostrado su grado de madurez política y civismo.

Dado que el movimiento continúa radicalizándose, desde el domingo 10 de marzo se asiste a una huelga general, muy seguida en todo el territorio, que aún continúa.

Perspectivas y preguntas

El jefe de estado propuso el aplazamiento de las elecciones a las que ya ha anunciado que no se presentará. Este paso atrás del dictador ha sido un primer logro de las manifestaciones. Además, Bouteflika ha anunció una renovación del gobierno cuando regresó de una estancia médica en Ginebra.

Veremos el nivel de movilización en la calle tras este anuncio ya que mucha gente parece escéptica y califica los pasos del gobierno como “superficiales”.

¿Durante cuánto tiempo se extenderá la huelga general? ¿Podría organizarse el movimiento de protesta y construir una representación política que llevara a una transición democrática y más allá a un sistema de gobierno controlado por la gente trabajadora?

Estas son preguntas clave que aún no han sido respondidas, pero que pronto lo serán, dada la rapidez de acontecimientos en los últimos días.


A.L. es activista de Argelia