Xoan Vázquez

La ronda de negociación entre el Sindicato de Profesores de Los Ángeles (UTLA) y el Distrito Escolar (LAUSD) no dio frutos y, si no se llega a un acuerdo de última hora este fin de semana, 30.000 profesores irán a la huelga a partir del lunes 14 de enero, afectando a más de 600.000 estudiantes en el segundo distrito escolar más grande de EEUU.

“El LAUSD puso una propuesta en la mesa que es inadecuada”, dijo Alex Caputo-Pearl, presidente del UTLA al final de la reunión de varias horas.

El problema sigue siendo no sólo el aumento salarial —el 3% en el ciclo escolar 2017-18 y 2018-19 (para un total de 6%), que sigue proponiendo el LAUSD y que el sindicato pide que sea del 6.5%— sino también que la propuesta del LAUSD pretende hacer recortes a la cubertura médica de futuros empleados y propone aumentar el tamaño de clases a 39 estudiantes por aula en las escuelas primarias y 46 en las escuelas secundarias.

“La verdad nos sorprendió que el Distrito llegó hoy con tan poco para ofrecer”, dijo Caputo-Pearl.

Apoyo total

En septiembre del pasado año y tras unas votaciones que duraron seis días, el profesorado de Los Ángeles decidió por un rotundo 98 por ciento apoyar la convocatoria de huelga.

La votación seguía a una autorización de huelga similar por parte de los profesores de Seattle y coincidía con una serie de huelgas de docentes en el estado de Washington. A principios de ese año, huelgas estatales de educadores se extendieron a través de West Virginia, Oklahoma, Arizona, Colorado, Carolina del Norte, Kentucky y otros estados.

Esta votación de autorización de huelga era la primera en el distrito desde la huelga de nueve días en 1989. Tras el colapso financiero de 2008 decenas de miles de docentes fueron despedidos en todo el país durante los dos mandatos de la administración Obama.

En un intento de impedir la huelga el LAUSD presentó una demanda el 3 de enero solicitando una orden judicial para evitar que los maestros de educación especial se unan a la huelga. Un tribunal federal la desestimó.

Para contrarrestar las acciones del LAUSD, el sindicato ha buscado el apoyo de los padres de alumnos y de otros sindicatos. Más de mil personas se reunieron en la sede del sindicato el 5 de enero para obtener material de huelga e instrucciones para organizar piquetes. Los carteles distribuidos por el sindicato que dicen: “Estamos con los maestros de Los Ángeles”, están apareciendo en las casas.

Alex Caputo-Pearl

Una batalla por la educación pública

Los comentaristas de los grandes medios de comunicación —ninguno con experiencia significativa en la enseñanza o administración de escuelas públicas— han advertido sobre el caos inminente y las terribles consecuencias para los estudiantes de color de las familias pobres de Los Ángeles, los mismos estudiantes que conforman la mayoría del LAUSD.

Todas estas advertencias son tergiversaciones falsas de la realidad.

De hecho, sabiendo que muchos estudiantes dependen de las comidas gratuitas y de precio reducido que reciben en la escuela e inspirados por lo que hicieron los maestros de West Virginia durante su huelga, el sindicato está organizando la distribución de alimentos para los estudiantes que eligen no asistir a la escuela en los días de huelga. UTLA está creando una caja de resistencia en cada escuela interesada para ayudar a que esto suceda.

La huelga de docentes, si se lleva a cabo, será lo mejor que podría suceder para los estudiantes pobres de y sus familias.

Porque el debate actual es sobre profesores que tienen casi cincuenta estudiantes por clase, que gastan de su bolsillo para completar los materiales necesarios, que llevan trabajo a sus casas y que, sin embargo, no son ni respetados ni remunerados como los profesionales que son.

Por eso en su esencia, esta huelga es una batalla por la existencia misma de la educación pública.

Uno de los temas clave contra los que el sindicato, United Teachers Los Angeles (UTLA), está luchando es el plan del Superintendente Austin Beutner de dividir el Distrito Escolar Unificado de Los Angeles (LAUSD) en 32 “carteras” más pequeñas.

Si el distrito se decanta por la implementación del “modelo de cartera”, indicará que la privatización masiva de la educación ha llegado a Los Angeles.

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¿Qué es el “modelo de cartera”?

La idea es prestada de Wall Street. Esto no es sorprendente dado que Beutner forjó su carrera profesional como banquero de inversiones y colaborando con la administración Clinton en llevar el capitalismo de libre mercado a Rusia tras el colapso de la antigua URSS.

Forma parte de una larga lista de administradores escolares en todo el país que no tienen ninguna experiencia educativa.

En Wall Street, tener una “cartera” de participaciones diversa significa que los inversionistas pueden comprar acciones en compañías que creen que generarán mayores beneficios y deshacerse de las que creen que fracasarán.

Como señala la activista Clare Lemlich “trasladado al sistema educativo, el modelo de cartera significa que los consejos escolares tratarían a cada escuela como si fuera una acción. En lugar de invertir en un sistema de educación pública central, la cartera está ‘diversificada’ para incluir más opciones, lo que significa más escuelas privadas, todas compitiendo entre sí por los recursos. Si una escuela tiene dificultades, se puede vender y se puede abrir una nueva y competitiva en su lugar.”

El modelo de cartera, señala Lemlich, es la última propuesta de “reforma” de las escuelas corporativas para aplicar la lógica de los mercados capitalistas al sistema de educación pública.

“A los ojos de sus defensores, las escuelas son negocios, los distritos escolares son mercados, los estudiantes y los padres son consumidores, y el conocimiento es un producto que debe comprarse y venderse.”

“El distrito escolar deja de ser una autoridad central de planificación pública que supervisa la política de la escuela y, en cambio, se convierte en el poseedor del hacha para las escuelas de bajo rendimiento.”

A fin de vender la reestructuración agresiva del modelo de cartera, los comerciantes de mercado libre tienen que demostrar que el sistema escolar se encuentra en una profunda crisis financiera, que es la causa de la pérdida de estudiantes y padres.

Ésta es la razón por la cual el LAUSD tiene la intención de insistir en que no tiene suficiente dinero para las demandas de UTLA, a pesar del hecho de que el distrito cuenta con casi 2 mil millones de dólares en reservas y ya desvía 600 millones de dólares al año a escuelas concertadas. Los funcionarios del distrito han fabricado una crisis financiera en la educación pública precisamente para poder presentar el modelo de cartera como una solución.

Sus partidarios dicen que el modelo de cartera hace que las escuelas sean más “eficientes”, promueve el control “local” y brinda a las familias más “opciones”.

Pero al observar su implementación en todo el país, está claro que el modelo de cartera en realidad socava la democracia comunitaria, lo que permite que los intereses económicos, en lugar de la comunidad educativa, manden en las escuelas. Y la única área en la que el modelo de cartera tiene un historial probado de “eficiencia” es en la degradación de la educación pública.

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La primera línea de la lucha

“Todos los distritos que han adoptado el modelo de cartera, incluidos los de Nueva Orleans, Indianápolis, Denver y Washington DC, lo hicieron con respaldo multimillonario. Sus defensores operan a través de organizaciones sin fines de lucro y grupos de reflexión, pero el dinero detrás del modelo de cartera proviene de fuentes como la familia Walton (de Walmart), Mark Zuckerberg de Facebook, los gigantes tecnológicos de Dell y Eli Broad, una de las personas más ricas del mundo. Estas organizaciones son antidemocráticas y no rinden cuentas a la comunidad” recuerda Clare Lemlich.

Una vez más los profesores están en la primera línea de la lucha contra los recortes.

La huelga ilegal de nueve días en Virginia Occidental en marzo del pasado año puso de relieve otro debate nacional sobre los docentes: el plan del presidente Donald Trump de armar a los maestros con armas de fuego ocultas tras la masacre escolar del Día de San Valentín en Parkland, Florida.

Pero ahora los profesores de todo el país están armados; no como querría el presidente Trump, con armas de fuego ocultas, sino con el poder de la huelga y la voluntad de luchar por sus derechos.


Página web de United Teachers Los Angeles: https://www.utla.net