Sarah Bates
El pasado domingo en Suecia, terminada la jornada electoral, los racistas celebraron que un partido antiinmigrantes hubiese experimentado un espectacular avance con un número récord de votos.
Los Demócratas de Suecia, de extrema derecha, lograron obtener un 17,6 por ciento, frente al 12,9 por ciento en las elecciones de 2014. El líder del partido Jimmie Åkesson dijo que ellos fueron los “verdaderos ganadores” de las elecciones de ayer. El resultado los coloca en una posible posición de “hacedor de reyes”.
Las elecciones estuvieron marcadas por la retórica antiinmigrante, la crisis de la sanidad y recortes en el sector público.
Dentro del Riksdag, los partidos del parlamento sueco trabajan dentro de dos coaliciones.
La coalición gobernante, compuesta por los socialdemócratas y el Partido Verde, fue la primera, pero su voto se redujo en 3 puntos porcentuales al 40,6 por ciento.
La agrupación de la Alianza quedó en segundo lugar. Incluye cuatro partidos de centro y de derecha: los moderados, los liberales, el centro y los demócratas cristianos. Ellos obtuvieron el 40,3 por ciento de los votos.
El resultado significa que el bloque de los socialdemócratas tiene una mayoría de sólo dos escaños.
“Tendremos una gran influencia sobre lo que sucederá en Suecia durante las próximas semanas, meses y años”, alardeó Åkesson.
Apoyo
Una posibilidad es que el bloque de centroderecha forme un gobierno con el apoyo parlamentario de los Demócratas de Suecia.
Pero el primer ministro y líder de los socialdemócratas Stefan Löfven dijo que los partidos mayoritarios tienen una “responsabilidad moral” para formar un gobierno.
“Los Demócratas de Suecia nunca pueden, y nunca ofrecerán, nada que pueda ayudar a la sociedad. Solo aumentarán la división y el odio”, dijo.
Las elecciones vieron una caída votos de los principales partidos. Los socialdemócratas vieron su porcentaje de votos caer al 28,4 por ciento, el más bajo en un siglo.
Por el contrario, los Demócratas de Suecia han aumentado sus resultados en casi todas las elecciones desde su formación en 1988. Lograron un gran avance en 2010, obteniendo un 5,7 por ciento, ingresando al parlamento por primera vez y provocando manifestaciones masivas en toda Suecia. Este avance siguió una gran operación de mejora de imagen en 2006, cuando cambió su logotipo de una antorcha encendida a una flor amarilla y azul.
Pero la organización ha luchado por ocultar su naturaleza de extrema derecha. El partido fue fundado por fascistas. Usó el eslogan nazi “Mantengamos Suecia sueca” hasta principios de la década de 2000. Solo prohibió el uso de uniformes nazis y el uso de banderas esvásticas en reuniones del partido en 1996.
Pero la identificación abierta con el fascismo no se limita al pasado de los Demócratas de Suecia. Martin Silhen, su candidato para el ayuntamiento de Orkelljunga, publicó en Facebook que “Hitler no estaba mal”. También publicó que Hitler quería “eliminar la plaga judía de Europa de una manera humanitaria”. Los Demócratas de Suecia contienen activistas que eran miembros de grupos nazis del Frente Nacional Socialista y del Movimiento de Resistencia Nórdica.
Åkesson dice que admitirá miembros que estuvieron previamente en grupos nazis si “pueden demostrar creíblemente que han cambiado y desarrollado sus valores”.
El racismo está en aumento en toda Europa y debe ser detenido.
Este artículo fue publicado en Socialist Worker, periódico del SWP, organización hermana en GB de Marx21.