Anna Alcalà
@aanna895

[en català]

Después de leer muchos artículos sobre la situación actual de Nicaragua, de como se ha llegado hasta aquí y alguno que hasta apunta como salir de eso, pienso que es difícil escribir algo presentable, que aporte alguna información nueva. Intentaré hacerlo con lo que sé, lo que he encontrado y lo que me han contado, en especial una compañera de Managua que estuvo afiliada al FSLN hasta el 2000 y que evidentemente no quiere que salga su nombre ni que dé más pistas sobre su identidad.

Para entender esos últimos meses, hay que echar una ojeada a los últimos 10 u 11 años, recomiendo leer ese artículo que Iosu Perales publicó en Alainet A dónde va Nicaragua, o esto, publicado en Borrokagaraia: ¿Que pasa en Nicaragua?. También me ha gustado mucho Contra el Gobierno de Ortega y la derecha empresarial proimperialista, co-escrito por Milton D’Leon, integrante de LTS de Venezuela y María Rosas, en el que se tiene la «osadía» de criticar Ortega y también a la izquierda internacional, que abandona la población en vez de animarla a organizarse para poder hacer frente al dictador, en ese panorama de intereses cruzados. Otro podría ser Huérfanos de la izquierda, escrito por un nica anónimo, pero ya digo que hay muchos artículos, esos son recientes, aunque se podrían encontrar algunos escritos hace más tiempo, que también darían pistas de lo que estaba por suceder, como esa entrevista a Henry Ruiz de 2017.

Pienso que ninguna de las personas que escriben esos artículos, pueden ser sospechosas de encubridoras del imperialismo, tal y como se me ha acusado a mi cuando he defendido posturas muy parecidas. Yo también quiero hacer una crítica a una parte de la izquierda, y es que si me sorprendió la brutalidad de la respuesta de Ortega a una protesta pacífica, me sorprendió y entristeció e indignó aún más, ver como se le excusaba en base a mentiras, manipulaciones y difamaciones. Encuentro de una gran hipocresía justificar cosas que aquí nunca se justificarían.

No puedo dejar de ver el parecido que hay entre las estrategias del gobierno nicaragüense contra sus protestas, y las del estado español contra el independentismo, salvando las distancias, claro. La violencia policial desmedida, aunque aquí no tenemos ningún muerto todavía. La manipulación mediática, todos hemos visto cómo las noticias de, por ejemplo Tele5 o TVE1, no tienen nada que ver con la realidad, ni más ni menos que lo que han hecho los medios de comunicación orteguistas. Aquí los fascistas nos acusan de fascistas, allá el gobierno los acusa de ultraderecha. Aquí tenemos la «ley mordaza» por la que ya tenemos presos y exiliados, en Nicaragua acaban de inventar la “Ley contra el lavado de activos, el financiamiento al terrorismo y el financiamiento a la proliferación de armas de destrucción masiva. Los presos políticos como medida para desviar la atención del objetivo real.

Una parte de la izquierda, tanto de la catalana como de la latinoamericana, da por buena la versión que ha fabricado el gobierno de Nicaragua, que niega más de la mitad de los muertos, y además dice que la mayoría son orteguistas, que un día dice que los civiles armados son policías voluntarios, al día siguiente que son paramilitares financiados por la extrema derecha, y al cabo de unos días niega saber nada de esos asesinos. Atribuye el alzamiento popular a la manipulación mediática o al intervencionismo imperialista… una versión tan fácil como torpe. Porque dentro de la izquierda, podemos tener muchos puntos de vista distintos de cómo se tendría que enfrentar la situación, pero lo que no se puede hacer es partir de una base falsa.

Siempre había pensado que el mal uso que hacía Ortega de la ayuda venezolana (con la que se han enriquecido la familia y amigotes, a parte de servir para algún programa asistencialista, como dar un tiempo de comida en las escuelas, regalar unas láminas de zinc para el techo de la casa, previa lealtad partidista, alguna infraestructura mal hecha o prescindible…) se podría haber solucionado con una fiscalización de ese dinero por parte de Venezuela. Ahora ya no lo tengo tan claro. Pienso que ese apoyo al dictador, en vez de fortalecer a la izquierda, la debilita a marchas forzadas, porque por muchas veces que ese hombre repitiera «antiimperialismo» y «socialismo», los hechos eran que tenía bien contento el imperialismo y el empresariado y han vivido una luna de miel los tres, hasta que la población dijo basta.

Y sí, la población dijo basta antes que el COSEP (Consejo Superior de la Empresa Privada) se pronunciara a favor de las protestas, antes que la iglesia se viera impulsada a hacer de mediadora (a petición de Ortega), antes que los embajadores y senadores de Estados Unidos se intentaran aprovechar del descontento de la gente. Ese apoyo debilita la izquierda, porque Daniel Ortega hace muchos años que no tiene nada de izquierda, y quien no lo desmiente, está dando por bueno todo lo que ha estado haciendo. El mensaje que se envía es terrible.

Si hablamos de los medios de comunicación, tenemos que tener en cuenta que la familia Ortega controla buena parte de los canales televisivos y cuando digo controla, quiero decir que son de su propiedad. Que la primera semana de protestas, ya habían censurado la mayor parte de canales que escapaban a su control, no fue hasta dos o tres semanas más tarde que la noticia se internacionalizó.

Las redes sociales, en especial Facebook, han sido las encargadas de retransmitir desde el primer momento todo lo que iba sucediendo. Vídeos y vídeos y más vídeos de la violencia ejercida por los policías y paramilitares en actuaciones conjuntas o por separado y no fue hasta que la noticia empezó a salir por los televisores de todo el mundo que comenzó a atacar con fuerza el aparato mediático del FSLN, aquí se explica con todo detalle, y he sido testimonio de la aparición de ese ejército de cibernautas.

Quieren disfrazarlo de intento de golpe de estado por parte de la oligarquía, y como a través de sus medios piden la rendición y la dimisión de Ortega, pero ni los ricos son los instigadores de la población, ni piden eso. Esa demanda sale por primera vez el 19 de abril, dimisión y elecciones libres y transparentes, no como las anteriores. La renuncia no era la idea inicial, es el clamor popular que surge a partir de los cuatro muertos del día 19 a los que se fueron sumando más. Al cabo de un mes, empezó la «operación limpieza» (recuerda también a Albiol o Borrell, no?) que dejó una estela de muertos, tortura, abusos sexuales y secuestros por todo el país, y en especial en los barrios más combativos, que precisamente son los que históricamente han sido más sandinistas.

Curiosamente cuando se habla de la oligarquía, no se habla de Carlos Pellas, el hombre más rico de Nicaragua, y diría que el segundo de Centroamérica, propietario del Ron Flor de Caña, que ha mantenido prácticamente esclavizado a un pueblo entero y que gracias a Daniel Ortega, pudo silenciar las denuncias sobre la epidemia de Insuficiencia Renal Crónica que sufre el 80% de la población de Chichigalpa (70 mil hab. aprox), el departamento donde tiene las plantaciones de caña, provocada por los pesticidas que utiliza. No es casualidad pues, que el transporte por excelencia de los paramilitares sean camionetas Toyota Hilux, si tenemos en cuenta que la distribuidora de la Toyota en Nicaragua, es la Casa Pellas.

He llegado a leer que el gobierno de Daniel Ortega, es el primero que no pacta con la oligarquía. Cómo se le les llamaría pues a sus fieles, como por ejemplo Bayardo Arce, Roberto Rivas, Fidel Moreno, Gustavo Porras… todos con propiedades millonarias, como casas de lujo o islas privadas. O ¿cómo se le llamaría al hecho que no haya permitido la formación de sindicatos fuera del FNT (Frente Nacional de Trabajadores), de la CST (Central Sandinista de Trabajadores) y de CUS (Confederación de Unión Sindical)? Un gobierno neoliberal disfrazado de socialista.

Vamos a por la Iglesia. Muy lejos de defender la institución ni el Papa de Roma, pienso que ha habido una parte de esos obispos y curas que se han posicionado sinceramente de parte del pueblo. Es el caso del obispo de Managua, Silvio Báez, que fue el primero en presentarse a la Catedral para hacer de escudo humano entre los estudiantes atrapados adentro y la policía que los esperaba a fuera, y gracias a él, esos jóvenes salieron con vida. También algunos curas de zonas rurales que han presenciado los ataques de la famosa «operación limpieza», han tenido claro con quién debían estar. Otros, que eran cercanos a Ortega, pienso que sí se posicionan según el interés del momento, y ahora toca estar contra Ortega, tal y como apunta uno de los artículos que enlacé al principio.

No podemos olvidar tampoco, que en la historia de las luchas populares latinoamericanas, muchos curas han jugado un papel importante a favor de la izquierda. Es el caso del conocido Ernesto Cardenal o del asturiano Gaspar García Laviana, que murió luchando en las filas sandinistas en San Juan del Sur, en una emboscada de la Guardia Somocista. Y me hace ilusión decirlo, tuve el honor de conocer, por casualidad, a un pescador que era uno de sus compañeros supervivientes y me contó con todo detalle lo que sucedió detrás de aquellas montañas.

Antes de acabar, para aquella gente que cree que la población salió armada desde el primer día, informarles que un lanzamorteros, en Nicaragua, se lleva a la mayoría de manifestaciones, que cuando el FSLN estaba en la oposición, sus militantes también iban a las manis con esas armas, que eso se lleva incluso en las fiestas patronales. Evidentemente, puede ser mortal, pero eso depende más de la casualidad que de la intención, y que no se pueden comparar con las Dragunov con las que van los francotiradores del gobierno, o con las AK47 o M16 que llevan policías y paramilitares, que sí tienen un objetivo indiscutible.

Y para aquellos que creen que insultar, gritarle y pintar de azul a un paramilitar capturado por los manifestantes, es tortura, que se pregunten lo que harían si tuvieran en sus manos a la persona que acaba de pasar disparando por su barrio y que se ha cargado a unos cuantos vecinos o familiares.

Sé que todo eso no cuadra mucho con la idea del sandinismo que teníamos, si a nosotros nos cuesta de creer, imaginad a aquellos que estuvieron ofreciendo su vida por unos ideales que ahora han sido traicionados. La población nica no ha tenido más remedio que aceptarlo con todo el dolor que eso representa. No seré yo quien cuestione la voluntad de un pueblo que ha luchado una década contra un dictador y otra década contra el imperialismo. Lo mínimo que podemos hacer es apoyarlos y acompañarlos en esa lucha de liberación nacional, que un día u otro volverá a triunfar.

Salud.