Lucha por el cambio: patrimonio de la clase trabajadora y del activismo republicano
Judith Escales (activista del CDR París)
[Català]
Crónica de la charla/debate “La clase trabajadora y la lucha por la República”, 9 de febrero 2018
Se nos acumula la faena a quienes vemos la república catalana como un motivo de lucha de la clase trabajadora de todas partes. Esta es una de las conclusiones de la discusión organizada por Marx21 el viernes 9 de febrero en Barcelona.
La reunión tuvo lugar en Veus amb Veu, librería y editorial crítica con sede en el Raval. El pequeño espacio, que se autodefine como nacido “con el propósito de dar voz a quienes tienen mucho que decir y pocas oportunidades para hacerlo”, acogió una charla en que se habló de romper barreras.
Un cinturón metropolitano que vota derechas (¿para no votar “indepe”?), sindicalistas de la vieja escuela que interpretan la diferencia entre regiones españolas como en los 60, partidos de izquierda soberanista que no tienen claro el rol de cambio inherente a la clase trabajadora… Parece, sí, que ciertos tópicos están enrocando a dos islas en posiciones muy separadas.
Por otro lado, partidos y sobre todo medios deciden la agenda y nos la imponen cada día. Hoy todos tenemos que ser expertos en derecho y poder opinar sobre querellas, autos judiciales, derecho internacional… El pueblo que ha sido protagonista desde septiembre parece estar a la espera de lo que hagan los políticos. ¿Por eso hay quien siente que “la cosa se ha dormido”? ¿Deberíamos volver a ser proactivos? ¿Cómo serlo? ¿Seguimos con las acciones visibles para conquistar la soberanía desde plataformas ciudadanas y CDR? ¿Vamos a la huelga indefinida? ¿Solo eso será eficaz? ¿Acaso debemos esperar el desenlace de este culebrón político-jurídico? O quizá hemos de aguardar a que la nueva república se convierta en programa político para alcanzarla, ahora que hemos descubierto que el independentismo mágico y automático “son los padres”?
De igual modo, sabemos que el pueblo ha sido protagonista en las grandes acciones sin por ello dejar de serlo en el trabajo cotidiano. Y los participantes en el encuentro del viernes conocemos, de primera mano, este trabajo. Una tarea de los CDR, por ejemplo, que penetran a escala de barrio en el día a día de las personas y proponiendo debates sobre cómo será esta república. Construyendo, pues, un “programa ciudadano”. ¿Podemos levantar un puente entre las posiciones enrocadas en tópicos basándonos en lo que tienen en común? Sí. Y lo que las une son las luchas contra la represión y por la libertad de expresión, de autodeterminación; de elección, al fin y al cabo. El puente será la empatía, ponernos en la piel del otro. Ser cada uno un pequeño CDR.