Parientes lejanos que nos recuerdan que no estamos solos

 

(Crónica de With Catalonia, 16 y 17 de diciembre 2017)

Judith Escales (activista del CDR París)
[Català] [Français]
No diría que soy una activista “que pasaba por allí”, sino que lo soy mejor dicho y precisamente “porque pasaba por allí”. Concretamente porque el 1 de octubre estuve en el mercado del Guinardó cuando la policía cargó contra quienes aguardábamos en cola para votar. Desde entonces me impliqué en la tarea de contar Cataluña en donde vivo, en París. El fin de semana del 16 y 17 de diciembre tuve la oportunidad de participar en las jornadas organizadas por With Catalonia, en el corazón de la Barceloneta, en un colegio atacado por la policía el día del referéndum, bajo un sol radiante que hizo mucho bien a todos los que veníamos del frío gris del norte.
Con más de 300 personas inscritas, provenientes de Asturias, Castilla la Mancha, País Vasco, Andalucía; Irlanda, Canadá, Escocia, Inglaterra, Cerdeña, Francia, Alemania, Suiza, Grecia, Kurdistán —y seguro que me dejo a unos cuantos—, para mí el encuentro podría resumirse en 1) mostramos que somos muchos quienes vemos lo que está pasando en Cataluña como una oportunidad de cuestionar el sistema; 2) nos preguntamos qué podemos hacer mejor para conseguir ser más.
Más allá de un emotivo acto de bienvenida por donde vimos desfilar un amplio abanico de participantes, la emotiva presencia de los padres de Guillem Agulló, asesinado por un grupo fascista en 1993, demostraba que no podemos olvidar un tipo de comportamientos que existe. Y no lo olvidamos, ya que uno de los grupos de trabajo más enriquecedores de la tarde fue el de “lucha contra el fascismo” —y esto no puedo decirlo de primera mano, ya que las horas eran pocas, éramos muchos y hubo que repartirse entre varias temáticas transversales—.

Autocrítica y atrevernos a poner en marcha acciones concretas

Participé en el grupo de trabajo sobre medios de comunicación. Me sorprendió el formato del encuentro, planteado como una conferencia que no dio la palabra a los “no ponentes” hasta muy tarde. De todos modos, quiero destacar la aportación de Roc Martínez, miembro del comité de empresa de TV3, radical a la hora de recordar que los medios son también empresas con trabajadores que tienen derechos y necesidades básicas que han de ver cubiertas para poder ejercer su oficio. También se adhirió a la autocrítica iniciada por otros periodistas presentes que reconocían que la presión de lo que han estado soportando durante los últimos meses y sobre todo con la aplicación del 155 puede haberles hecho menos críticos con el proceso —colaborando en la propagación del llamado “independentismo mágico—.
Por otro lado, el formato del grupo de trabajo sobre feminismo y LGTBI fue mucho más accesible y permitió la participación de mujeres que quieren romper con los tópicos que pesan sobre el feminismo y que piden propuestas de acción concretas. El feminismo del día a día está muy bien pero llevamos mucho tiempo practicándolo –toda la vida– y avanzamos poco a poco. Tina MacVeigh, de People Before Profit, nos contó lo que han decidido hacer en su colectivo, en Irlanda: declinar la invitación a los actos que no garanticen participación paritaria. Y punto.

Desde fuera del Estado español…

Como miembro del CDR París, el domingo asistí a la reunión de solidaridad internacional con Cataluña. Más allá del papel de los CDR exteriores presentes —con representación poco numerosa en el encuentro y que debemos resolver por nuestra cuenta el encaje en la red de apoyo exterior a los derechos democráticos de Cataluña—, valoro especialmente la presencia de organizaciones arraigadas en el movimiento obrero y en el asociacionismo internacional. Es el apoyo de este tipo de organizaciones el que dotará a la campaña de apoyo a la república catalana de fuerza y continuidad.
Esa mañana se habló de acciones. Acciones como la del partido de Tina, People Before Profit, que consiguió izar la bandera catalana en el ayuntamiento de Dublín. O como la de los activistas del Catalan Defence Committee Glasgow que pusieron a los diputados del parlamento escocés en una buena “emboscada”, invitándolos a tomarse una foto con el cartel “I support democracy”… Ejemplo que ilustra precisamente el siguiente tema, que centró buena parte del debate.

¿Cómo transversalizamos nuestra lucha? ¿Cómo podemos hacerla mainstream?

Sabiendo como sabemos que el imaginario internacional no es benévolo con el independentismo catalán, ¿cuáles son los mínimos comunes denominadores que compartimos con movimientos políticos y sociales de la izquierda? Oímos las experiencias de los camaradas franceses del Collectif de Solidarité avec le Peuple Catalan, que consiguieron el apoyo del partido Europe Ecologie les Verts, y del colectivo Catalan Solidarity Action en Londres, que también ha articulado apoyos gracias a resumir los principios de su lucha en 1) contra la represión y 2) por la autodeterminación. Hay quien dirá que esto es adaptar nuestro mensaje para volverlo más digerible; para atraer seguidores… Pero de hecho, ¿acaso no son estos los dos ejes que hacen que hoy la demanda de independencia catalana sea radicalmente de izquierdas?
Son estas reflexiones y un puñado de nuevos contactos lo que me llevo del fin de semana. Agradezco la oportunidad de haber estado allí, de haber visto que somos muchos —y no solo catalanes— quienes nos enfrentamos cada día a los mismos tópicos, a la misma frialdad, en los países y comunidades respectivos. Somos legítimos para exigir el cumplimiento de nuestros derechos y no estamos solos al hacerlo. Hubo calidez. Y, según parece, ganas de aprovechar la red With Catalonia tampoco faltan.