Joan C
1. La lucha por la República Catalana es una lucha contra el Estado español y no contra su gente. Es muy importante utilizar la terminología correcta. A quien nos diga que estamos dividiendo a la clase trabajadora le debemos recordar que igual que el capitalismo no entiende de fronteras la clase trabajadora tampoco. Todos formamos parte de la misma clase y la lucha de clase está siempre por encima de los Estados.
La Unión Europea tampoco es Europa. Es un matiz sutil pero importante que nos puede hacer ganar alianzas.
Presas políticas hace décadas que hay en el Estado español. Demostremos respeto hacia ellas e incluyámoslas en nuestras demandas de libertad.
2. Los fascistas son grupúsculos minoritarios dentro del constitucionalismo y no deberíamos generalizar.
Esta generalización, desgraciadamente bastante común, conlleva dos grandes problemas. El primero es la alienación de todas las personas moderadas, dentro de la corriente constitucionalista, que podrían llegar a entender el proceso independentista desde la óptica de un gran cambio social y de regeneración democrática, pero que se sienten ofendidas al ser tachadas de fascistas y se vuelven más reaccionarias. El segundo gran problema es la banalización del fascismo mediante el uso incorrecto del término.
3. Es muy importante también no caer en nacionalismos vacíos. Los catalanes no somos ni mejores ni peores que nadie, hemos nacido en Catalunya como lo podríamos haber hecho en otro lugar. La República Catalana debe ser social, feminista e inclusiva, pero también internacionalista. La clase trabajadora del Estado español son nuestros aliados clave, y el antifascismo y el antirracismo (incluyendo la lucha contra el odio y desprecio hacia las otras regiones) deben estar siempre al frente del movimiento.
4. La solidaridad funciona mejor cuando va en ambas direcciones. No podemos pedir solidaridad y no ofrecerla. Debemos involucrarnos en las luchas de otras regiones y Estados, pues sólo así ganaremos el respeto y el apoyo de la clase trabajadora de estas regiones y Estados y formaremos alianzas clave. Nuestros enemigos son muy poderosos: el Estado español, la Unión Europea y los Estados capitalistas. Solos y aislados no lo conseguiremos. Debemos unir nuestros esfuerzos a los del resto de la clase trabajadora con quien compartimos ideales, objetivos y realidades. Nuestra fuerza radica en la unidad de clase.
5. La implementación de la República Catalana debe ser un mecanismo de desestabilización del Estado español, que junto con una ofensiva del resto de territorios haga, finalmente, caer al régimen del 78. Sólo con una gran coordinación con otros territorios del Estado podremos conseguir este objetivo. La supervivencia de la República Catalana dependerá totalmente del colapso del Estado español tal y como lo conocemos. Es por ello que el internacionalismo es un factor clave para conseguir la victoria.
6. Asimismo, el gran enemigo de la República Catalana será, sin duda, la Unión Europea. La UE apoyará, como ya ha hecho, al Estado español y no querrá permitir ni reconocer a un nuevo Estado como el que queremos construir, pues va en contra de los intereses del capital.
7. Por último, que el escribir no nos haga perder el leer. Queremos que la República Catalana rompa con todo lo que conocemos hasta ahora. Una victoria del pueblo organizado y combativo, por un futuro mejor, un Estado nuevo que dé esperanza a los pueblos oprimidos de todas partes, que ayude a derribar al capitalismo y a la emancipación de la clase trabajadora. No nos conformamos con menos. ¡¡Adelante!!
Joan es activista del Socialist Workers Party en Londres. Éstas son notas que preparó para una charla sobre la lucha catalana.