Xoán Vázquez
Los supremacistas blancos y los neonazis se vieron obligados a cancelar dos actos convocados bajo el lema “Di no al marxismo en América” en San Francisco y Berkeley el pasado fin de semana después de que la plataforma antirracista Bay Area Rally Against Hate anunciara que se movilizaría y se enfrentaría al discurso de odio que los nazis y la denominada “derecha alternativa” representan.
Desde julio, cuando  los antirracistas se enteraron de que dos grupos de extrema derecha venían al Área de la Bahía, se han organizado a través la  convocatoria Bay Area Rally Against Hate, integrada por más de 100 organizaciones sindicales, de estudiantes, socialistas… hasta grupos comunitarios.
Después del  asesinato de Heather Heyer en Charlottesville, Virginia, el 12 de agosto, los activistas de Bay Area intensificaron su organización y encontraron una audiencia ansiosa por hacer oír su voz. Este sentimiento se puso de relieve nuevamente cuando más de 25.000 personas se manifestaron contra la extrema derecha en Boston el pasado 19 de agosto.
El 26 de agosto, una manifestación de San Francisco convocada por el grupo “Patriot Prayer” fue cancelada por su fundador Joey Gibson, por “razones de seguridad”. El grupo trató de reemplazar la manifestación  cancelada por una “conferencia de prensa”, que también tuvo que suspender.
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Como señala Luke Pickrell: “A lo largo de este año, Berkeley se ha convertido en un objetivo para grupos de extrema derecha y organizaciones nacionalistas blancas como Identity Evropa y Proud Boys. En Berkeley, estos nazis del traje y corbata se han mezclado con los partidarios de Trump y los grupos tradicionales del skinhead. El resultado en abril fue una orgía de violencia y odio de matones por las calles.”
“Todos estos grupos se reúnen cínicamente en nombre de la ‘libertad de expresión’, pero sus acciones en Portland y Charlottesville muestran lo que realmente son: la violencia y el  terror” afirma Pickrell.

El movimiento antirracista es una nueva crisis para Trump

El movimiento contra Donald Trump está avanzando y forzando a figuras clave de la administración de Trump fuera de la Casa Blanca.
Las manifestaciones masivas contra el fascismo y el racismo han barrido el país tras el asesinato de Heather Heyer en Charlottesville.
El Comité de las Artes y las Humanidades de la Casa Blanca dimitió el domingo pasado en protesta contra la negativa de Trump a condenar el terrorismo nazi en Charlottesville.
A principios de la semana, Trump tuvo que disolver tres “consejos empresariales” que había establecido con compañías importantes, porque muchas de éstas los habían abandonado debido a la cercanía del presidente a la extrema derecha. También fue obligado a cesar al asesor clave Steve Bannon el viernes de la semana pasada.
Los políticos del establishment y las figuras públicas están sintiendo la presión del movimiento desde abajo.
Las más de 25.000 personas que se manifestaron frente a 25 patéticos manifestantes ultraderechistas en Boston, Massachusetts, el pasado 19 de agosto, han dado un nuevo impulso al movimiento desde abajo.
Nicole de Boston Feminists for Liberation explicó: “La participación fue un esfuerzo combinado de la izquierda, aunque gran parte del crédito va a Black Lives Matter y la red que ha construido a lo largo de los años. La manifestación fue una muestra de la unidad de la izquierda en acción.”
Esa unidad tiene el potencial de alimentar un movimiento nacional contra el racismo y la brutalidad policial.
“Creo que esto definitivamente representa un punto de inflexión, no sólo en términos de la extrema derecha, sino en términos de movimientos contra la brutalidad policial”, dijo Nicole.
Aunque los nazis están envalentonados desde el triunfo de Trump, el movimiento que ha estallado en respuesta al ataque de Charlottesville los empuja hacia atrás.
Como señalaba Alistair Farrow en el Socialist Worker “Trump está bajo presión y un movimiento antirracista que está empezando a movilizar a la clase trabajadora organizada podría ser un clavo en su ataúd.”
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[Algunas de estas fotos de la protesta de 26A son de la excelente colección de Paul Chinn.]