Héctor Sierra
Varias decenas de inmigrantes procedentes del estado español se reunieron el sábado 20 de mayo frente a la embajada española en Londres para exigir la dimisión de Mariano Rajoy, sumando así sus voces a las de los miles reunidos en Madrid en apoyo a la moción de censura contra el presidente impulsada por Podemos.
Miembros de Marea Granate, el colectivo que organiza a los inmigrantes españoles, activistas del círculo de Podemos en Londres y otros hastiados con el flujo diario de escándalos de corrupción secundaron la protesta, en algunos casos acudiendo desde ciudades como Brighton o Cambridge. Un grupo numeroso de militantes del Socialist Workers Party (SWP), la organización hermana de Marx21, se unió también a la protesta.
La corrupción del Partido Popular es rampante y recorre todas sus estructuras. Sin embargo, son las políticas de austeridad impuestas por este gobierno lo que hace tan indignante cada caso de prácticas fraudulentas que sale a la luz. Mientras las condiciones de vida de la mayoría de la población empeoraban alarmantemente, los políticos en el gobierno han seguido lucrándose.
La austeridad del gobierno también ha consistido en deshacerse de todos aquellos que eran percibidos por el Estado como una carga. Desde que comenzó la crisis, un estimado millón de personas han tenido que emigrar en busca de trabajo. En un momento en el que más de una de cada dos personas jóvenes estaba en el paro, las reformas del gobierno negaron cualquier tipo de ayuda a aquellas que no hubiesen trabajado con antelación. Las personas que ya eran migrantes han sido otro colectivo especialmente castigado: dos de cada tres personas que abandonan el Estado español no habían nacido en él.
Sin embargo, éstas no son características exclusivas del gobierno de Mariano Rajoy. En el Reino Unido, el gobierno conservador también ha llevado a cabo devastadores recortes en educación o sanidad. A falta de dos semanas para que los británicos acudan a las urnas para elegir entre la visión conservadora del Brexit y la alternativa radical de Jeremy Corbyn, los activistas del SWP intentaron trazar los paralelismos entre Rajoy y Theresa May. Mientras los gobierno británicos y español discuten el devenir de Gibraltar tras el Brexit, centenares de miles de británicos en el estado español y españoles en el estado británico viven en la mayor incertidumbre.
Acciones como esta protesta desafían los intentos del actual gobierno británico de acusar a los inmigrantes de ser pasivos y disminuir los salarios y utilizarles así como cabeza de turco para desviar la atención de los recortes. No obstante, si aquellos que desean ver la caída de Rajoy de verdad quieren causar un impacto político desde el exterior, trabajar con fuerzas locales es indispensable. En última instancia, eso implica desarrollar un interés también por la situación del país en el que vives y trabajas. Theresa May y Mariano Rajoy son dos caras del mismo enemigo de una misma clase. Debilitar a uno debilita al otro. Lo que hacemos en el estado británico puede tener un efecto en el español, y viceversa.