Cientos de miles de personas se manifiestan en Barcelona gritando “Volem Acollir” (“queremos acoger”)
David Karvala
Unas 300.000 personas se manifestaron el sábado pasado en Barcelona, exigiendo que el Estado español acoja más personas refugiadas.
La manifestación fue enorme y juntó a personas de diferentes procedencias y clases sociales.
Activistas negras y musulmanas de Unitat Contra el Feixisme i el Racisme (UCFR), el movimiento unitario contra la extrema derecha en Catalunya, participaron en la cabecera de la mani.
Los manteros de Barcelona, muchos de ellos procedentes de Senegal, Gambia y otros países africanos, han formado recientemente un sindicato. Se unieron a la mani en un contingente que incluía a un ex Pantera Negra. Se organizan frente a la represión ejercida por el ayuntamiento de Barcelona. Sufrieron acoso antes, bajo la alcaldía de Convergència, y aún hoy cuando la izquierda controla la institución.
Refugiados sirios y activistas de izquierdas se manifestaron tras la pancarta de Tadamon, «solidaridad» en árabe. Esta campaña se opone a la dictadura siria y a sus aliados, y también a los bombardeos occidentales.
Los dos principales movimientos independentistas catalanes, ANC y Òmnium Cultural, se movilizaron para la manifestación llevando esteladas muy visibles durante la marcha.
La campaña se llamó «Casa Nostra Casa Vostra«, con el lema “Volem Acollir” (“queremos acoger”). Fue organizada por jóvenes profesionales —con muchas conexiones en los medios de comunicación— tras volver de trabajar como voluntarios con gente refugiada en las islas griegas; se construyó a través de una campaña mediática muy fuerte. Un concierto la semana anterior, en apoyo a la acogida de gente refugiada y para promover la mani, se transmitió en directo en la televisión pública catalana, TV3. Los principales dirigentes políticos de Catalunya asistieron al concierto, en una zona VIP.
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TV3 anunció la manifestación cada día, en las noticias, en informes especiales… incluso el programa de sátira política, Polònia, incluyó un sketch sobre el tema.
El gobierno catalán y todos los partidos independentistas —incluyendo el centro-derecha— también la apoyaron y movilizaron para la mani. Esto plantea una pregunta obvia, si queréis acoger a la gente refugiada ¿por qué simplemente no la dejáis entrar?
Dicen que “el Estado español no nos deja, no podemos hacer nada sin la independencia”. Pero se encuentran bajo presión en esto. El gobierno español prohíbe que Catalunya celebre un referéndum sobre la independencia, y el gobierno catalán se compromete a organizar uno de todos modos. En la mani, el partido anticapitalista CUP impulsó el lema «basta de excusas». Dice que si queremos la independencia necesitamos desobedecer a Madrid ahora, no dejarlo para un futuro lejano.
Esta movilización muestra que la gente quiere acoger a los refugiados. Pero la naturaleza verticalista de la campaña también conlleva algunas limitaciones. Se dirigió de una manera que excluía las demandas antirracistas más generales. Una de las pancartas principales iba a decir «Fuera la ley de extranjería» pero fue cambiada por «Catalunya, tierra de acogida».
Muchos manifestantes claramente no habían participado en ninguna actividad antirracista antes. Es fantástico que salieran a la calle, pero muestra que debemos seguir construyendo la lucha.
En algunas zonas, UCFR fue fundamental en el momento de movilizar la manifestación. Así se fortalecen las iniciativas contra la islamofobia y la extrema derecha. Para continuar la lucha contra el racismo, no podemos evitar estas cuestiones, necesitamos construir un movimiento que pueda enfrentarse a ellas.
David Karvala es activista de UCFR y de Marx21.net
Este texto es la traducción del artículo publicado en inglés en Socialist Worker (GB). También ha aparecido en alemán y griego.