Álvaro Figueroa Navarro

Córdoba es una ciudad relativamente pequeña en la que, sin embargo, se ha desarrollado una importante labor de activismo social. Como en tantos otros lugares, la atractiva imagen de cara al exterior de muchas empresas oculta un profundo desprecio hacia los derechos de lxs trabajadorxs.

En un establecimiento de la empresa Cash Converters, una trabajadora fue despedida tras darse de baja por una lesión de espalda. La empresa aprovechó esta situación, además del hecho de que esta trabajadora fuera la que menos antigüedad tenía, para aplicarle un despido disciplinario, realizando acusaciones falsas contra ella, a fin de justificar este inexcusable despido. CNT Córdoba lleva desde septiembre de 2016 realizando una intensa campaña de presión hacia Cash Converters para que readmita a esta trabajadora. Al poco de comenzar la campaña, la empresa se mostró dispuesta a admitir la improcedencia del despido, ofreciendo una indemnización ridícula. Éste es un ejemplo de que las luchas tienen efecto. Ante la indignidad de la indemnización ofrecida, CNT Córdoba prosiguió la lucha valiéndose de los juzgados, de una campaña de concentraciones y llamadas al boicot (que recibió la solidaridad de la CNT en otros lugares del Estado), así como informando de quién está detrás de Cash Converters.

Córdoba es, asimismo, el lugar donde se sitúa el Centro Social Rey Heredia, un antiguo colegio ocupado por el colectivo Acampada Dignidad, que resistió y venció ante los ataques de un gobierno municipal del Partido Popular con mayoría absoluta. El Rey Heredia es un riquísimo proyecto de transformación y emancipación social, un proyecto autogestionado (sin ayuda de las instituciones) que abre sus puertas a colectivos de todo tipo para que puedan tener sus reuniones. Es un espacio donde se desarrollan actividades feministas, anticapitalistas, ecologistas, sindicales… y que cuenta con una biblioteca y un comedor social. Se trata, en resumen, de una evidencia más de que los espacios gestionados con democracia directa por la clase trabajadora funcionan.

Otra de las batallas que se viene desarrollando en esta ciudad tiene que ver con la privatización de la gestión del parking del hospital Reina Sofía. El concurso de esta administración del parking iba a permitir la participación de, tan solo, unas pocas empresas privadas, que serían las verdaderamente beneficiadas (y entre las que se encuentran aquellas que son propiedad de Florentino Pérez) y que no garantizan que lxs trabajadorxs del parking vayan a tener unas condiciones de trabajo dignas. La privatización iba a suponer, además, un aumento del gasto que lxs pacientes y familiares tendrían que realizar por el uso del aparcamiento. Por ello, en el mes de noviembre de 2016 nace la plataforma ciudadana “Aparcamientos Hospital Reina Sofía” formada por asociaciones de vecinos, sindicatos, partidos políticos y otros colectivos como Facua o “No me quitéis mi hospital”. Ante esta oposición al mencionado proyecto, la Junta de Andalucía no ha tenido más remedio que paralizar la privatización, a la espera de hablar con las fuerzas implicadas en dicho conflicto. Esto nos enseña que la Junta de Andalucía se resiente ante la movilización social.

Especial atención merece un tipo de opresión que suele estar más invisibilizada que otras, la de los colectivos transexuales. Enmarcado dentro de un sistema binario y heteropatriarcal, la negligencia del Estado español y la avaricia de las corporaciones farmacéuticas como Bayer ha llevado a que las personas transexuales sufran un desabastecimiento de los fármacos que necesitan para cuidar su salud física y psicológica. Ante esto, los colectivos transexuales de todo el Estado se han organizado para plantar cara a esta injusticia, concurriendo en Madrid el 17 de diciembre para protestar ante el Ministerio de Sanidad. En Córdoba, la asociación TT (Todes Transformando), se encargó de movilizar a activistas de toda la provincia, esfuerzo con el que se solidarizaron (aportando dinero y visibilidad) organizaciones como CNT Córdoba, Izquierda Unida o Ganemos Córdoba. Es este el camino que debemos seguir, el de crear lazos entre nuestras organizaciones, entre los movimientos de resistencia a las distintas formas de opresión y/o explotación (de género, sexuales, raciales, de clase…), aumentando la conciencia de unidad y fertilizando el terreno para una ruptura colectiva con el sistema capitalista, patriarcal y heteronormativo.

  • Álvaro Figueroa Navarro es activista de la CNT en Còrdoba
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