Tony Cliff
El núcleo del marxismo es que la emancipación de la clase trabajadora es el acto de la propia clase trabajadora. Al mismo tiempo, Marx defiende que las ideas preponderantes de la sociedad son las ideas de la clase dirigente. Una forma importante a través de la cual estas ideas arraigan es la división de la unidad de los trabajadores en diferentes razas, nacionalidades y géneros.
La opresión de los negros por los blancos, de las mujeres por los hombres, etc. dividen a la clase trabajadora, y la política de dividir y vencer refuerza el poder de los capitalistas.
¿Cómo afecta la opresión a la condición de los trabajadores que pertenecen al sector oprimido? Los trabajadores negros en Gran Bretaña son explotados como trabajadores. Que sean discriminados como negros agrava la explotación. Reciben salarios más bajos, las condiciones de trabajo son peores, sufren una vivienda deficiente y otras privaciones sociales. Lo mismo para las trabajadoras, que son forzadas a sufrir una doble carga: la de asalariadas y el cuidado de los niños y la casa. Sus trabajos son mucho más marginales; tienen menos oportunidades de lograr formación; son forzadas a abandonar el trabajo para el cuidado de las criaturas; su opresión agrava su explotación.
¿Cómo afecta la opresión a los trabajadores que pertenecen al sector opresor? Lógicamente creen que son superiores a los trabajadores “inferiores”. Pero ¿realmente eso los beneficia? Los trabajadores blancos de los estados meridionales de EEUU creen que los beneficia ya que ganan más que los negros, tienen un mejor vivienda, etcétera. Pero los trabajadores blancos ganan mucho más en el norte; de hecho los negros del norte ganan más que los blancos del sur.
Lo mismo se aplica a las relaciones entre trabajadores y trabajadoras. Los hombres ganan más que las mujeres, por tanto parece que se benefician de su opresión. Pero ésta es una visión muy superficial de la situación, piénsalo. ¿Un trabajador escribiría esto a su amigo?: “¿Has oído las buenas noticias? Mi mujer tiene un salario bajo, la guardería cuesta un ojo de la cara, su lugar de trabajo está amenazado todo el tiempo y, además, está embarazada otra vez y no tiene ningún medio para abortar. ¡Son noticias maravillosas!”
Los trabajadores protestantes de Irlanda del Norte pueden pensar que golpear a los católicos es bueno para ellos, de otra manera no lo harían. Así, el obrero protestante tiene más probabilidades de tener trabajo y un buen nivel de vida que el obrero católico, pero el mismo obrero gana menos que un obrero de Birmingham o Glasgow.
Si viajo en un tren lleno de suciedad, como blanco bajo el capitalismo me sentaré cerca de la ventana. La mujer o el negro tendrán un asiento lejos de la ventana, en condiciones aún peores que las mías. Pero el problema real es el tren. Todos tenemos que soportar el mismo tren, no tenemos ningún control sobre el conductor que nos lleva a todos hacia el abismo.
El sector más oprimido de la clase trabajadora siempre refleja los horrores extremos del capitalismo. Trotsky escribió una vez que si alguien quería captar la necesidad de un cambio hacia una nueva sociedad, debía mirarlo todo con ojos de mujer. Si alguien quiere captar la naturaleza del capitalismo decadente y senil, debía mirar desde la última guerra mundial, a través de los ojos de los judíos. Si alguien quiere captar la naturaleza de la sociedad británica de hoy, debe que mirarlo todo con los ojos de Neville y Doreen Lawrence, los padres de Stephen Lawrence, el joven negro asesinado por cinco nazis, estos últimos protegidos por la policía británica.
Para alcanzar la unidad entre los trabajadores blancos y negros, los trabajadores blancos deben acercarse a los trabajadores negros e ir más lejos todavía. Para alcanzar la unidad entre los trabajadores y las trabajadoras, el hombre trabajador debe hacer un esfuerzo especial para demostrar que no es parte de los opresores. Lenin lo enunció claramente el 1902; escribió que cuando los trabajadores van a la huelga por un aumento salarial son simples sindicalistas. Tan sólo cuando van a la huelga contra la represión de los judíos o de los estudiantes son realmente socialistas.
Una huelga que implique a trabajadores negros y blancos contribuye a minar el racismo. Una huelga refuerza la solidaridad, y por tanto tiene un impacto más allá del tema inmediato. Los cambios espirituales en los trabajadores son el resultado más precioso de la huelga.
Pero la solidaridad puede comenzar a partir de una manifestación antirracista que comporte un sentimiento de unidad con los trabajadores negros y tenga un impacto en futuros conflictos obreros. Las concentraciones en Londres en solidaridad con Stephen Lawrence son muy grandes, compuestas por negros y blancos, y sin duda tendrán un gran impacto en la actitud de millones de personas ante la policía y también inspirarán una solidaridad creciente entre los trabajadores alrededor de toda una serie de temas.
Una huelga donde hombres y mujeres cierran filas contribuye a superar el sexismo. Hay que recordar la Comuna de París donde las mujeres lucharon brillantemente, haciendo que un reportero británico dijera que si todos los comuneros hubieran sido mujeres, habrían ganado.
En una reunión en Londres hace poco dije, “que llegue la revolución, y que la presidenta del consejo de los trabajadores de Londres sea una joven negra de 26 años, lesbiana”. Elegí estas características porque todas ellas rompen los tabúes del capitalismo. La juventud es despreciable, así como los negros, las mujeres y las lesbianas. Tras la reunión una joven negra se me acercó y me dijo, “esta soy yo. Soy negra, soy mujer, como puedes ver, tengo 26 años y soy lesbiana “. Le dije, “lo siento, hermana, has perdido el barco. La revolución será dentro de diez años. Serás demasiado grande”. Está claro que mis palabras no deberían tomarse literalmente. El presidente del consejo de los trabajadores de Londres puede ser un irlandés de 70 años, abuelo de 15 criaturas.
Cualquier persona revolucionaria debe oponerse beligerantemente a todo tipo de opresión. Un revolucionario blanco debe oponerse al racismo con más fuerzas que un revolucionario negro. Un revolucionario gentil debe oponerse al antisemitismo más fuertemente que ningún judío. Un hombre revolucionario debe ser completamente intolerante ante cualquier maltrato o menosprecio hacia las mujeres. Debemos ser los tribunos de los oprimidos.