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Marx21

La pandemia de la Covid-19 es una crisis global, y solo se puede resolver a nivel global.

La idea de que la gente más rica del mundo se pueda salvar mientras el virus sigue causando estragos en el resto de la población no es tan solo inmoral, es falsa y estúpida.

Se están produciendo cientos de miles de muertes innecesarias en los países empobrecidos, y a la vez el virus muta hacia variantes más virulentas, variantes que podrían ser resistentes a las vacunas.

G7 criminales

El pasado 11-13 de junio los líderes de siete de los Estados más ricos del planeta, el G7, se reunieron en un hotel de lujo en Gran Bretaña, supuestamente para plantear respuestas a los problemas mundiales.

Anunciaron un plan para donar mil millones de dosis de vacunas contra el coronavirus a países de ingresos bajos y medianos durante el próximo año. Con esto, se presentaron como los salvadores globales.

Y sí, parecen muchas vacunas, pero la Organización Mundial de la Salud estima que para vacunar al menos al 70 por ciento de la población mundial —y establecer la inmunidad colectiva— hacen falta 11.000 millones de vacunas.

Bajo el plan del G7, durante el próximo año y medio, millones de personas más, principalmente en países empobrecidos, se infectarán mientras esperan que lleguen las vacunas. Muchas personas se enfrentarán a enfermedades graves y a la muerte porque los sistemas de salud de sus países —a menudo diezmados por los planes de austeridad impuestos bajo el neoliberalismo— no dan abasto.

Las escenas en la India de personas que buscan desesperadamente camas de hospital y bombonas de oxígeno para familiares a punto de morir se repetirán una y otra vez, en un país tras otro.

Alternativas

Pero las cosas no tienen que ocurrir así.

Se podría vacunar al mundo mucho más rápidamente si los países ricos decidieran dedicar los recursos necesarios para responder a esta terrible amenaza para la humanidad.

Hay que abolir todas las patentes y derechos de propiedad intelectual relacionados con las vacunas contra el coronavirus y los tratamientos de la Covid-19.

Una investigación realizada por la ONG Oxfam Intermon muestra que esto permitiría vacunar a todos los países en desarrollo del mundo por unos 5 mil millones de euros.

Si se mantienen las patentes, costaría 65 mil millones de euros.

“Sin una exención en las patentes, efectivamente estaríamos gastando hasta diez veces más de lo necesario para obtener las dosis suficientes”, dijo un portavoz de Oxfam. “Gran parte de este dinero irá directamente a los bolsillos de los accionistas de las empresas farmacéuticas”.

Además, debe crearse una red mundial de plantas de fabricación de las vacunas más eficaces. Las grandes empresas farmacéuticas insisten en que solo ellas tienen los conocimientos y las habilidades necesarias para fabricar vacunas complejas, pero la capacidad existe en países como India, Brasil… si se eliminan las patentes y se difunde la información necesaria.

Si las grandes farmacéuticas se resisten a esto, se pueden y se deben poner bajo control público.

Recordemos que gran parte de la investigación para conseguir las vacunas se llevó a cabo con dinero público.

Urgente

Todo esto puede sonar a irreal, pero lo irreal es pensar que la humanidad puede sobrevivir frente a las crisis de la Covid-19, del cambio climático y lo demás, bajo el sistema actual, dominado por las grandes empresas y los Estados poderosos.

Existen soluciones bastante sencillas a estos problemas, pero todas chocan con los intereses de la minoría más rica, el 1% que manda actualmente en el mundo.

Para resolver la crisis de la Covid-19 y los otros problemas, hace falta construir otro tipo de sociedad.

Este cambio global empieza por construir las diferentes luchas sociales locales, aquí y ahora.

Y una demanda urgente es que se eliminen las patentes y que las vacunas lleguen, literalmente, a todo el mundo.


Gráficos para difundir, para exigir vacunas para todo el planeta.